Por primera vez desde el nacimiento del euro, se ha alcanzado la paridad entre euro y dólar. Las causas que han llevado a esta insólita situación son complejas y sus repercusiones, enormes, ya que la posición del euro frente a la divisa estadounidense tiene incontables implicaciones directas e indirectas, desde el comercio exterior a los salarios, pasando, por supuesto, por los precios.
¿Qué significa la paridad entre el euro y el dólar?
Llamamos cotización o tipo de cambio de una moneda a la cantidad de unidades de esa moneda que son necesarias para obtener una unidad de otra divisa diferente. Por consiguiente, cuando hablamos de paridad euro-dólar nos referimos a que ambas monedas son prácticamente equivalentes, es decir, que para obtener un dólar tenemos que entregar un euro, o viceversa.
Como ya se ha dicho, este equilibrio no tiene parangón en la aún corta historia del euro, y está motivado por una serie de factores coyunturales que han desembocado en, por un lado, el desplome de la divisa europea; y por otro, en el fortalecimiento de la estadounidense.
Causas del deslizamiento del euro
El decaimiento del euro es el resultado de una reacción en cadena que tiene dos detonadores: la inestabilidad internacional provocada por la guerra en Ucrania y la crisis energética. Ambos factores han sido enfocados por la autoridad económica europea de una manera muy diferente a la de su homóloga estadounidense, la Reserva Federal (Fed).
En medio de la vorágine del conflicto con Ucrania, Moscú ha disminuido las entregas de gas a algunos de sus principales socios en el Viejo Continente, como Alemania. Este hecho, unido al resto de baches en el comercio —carestía de los alimentos, embudo en los suministros, etc.— ha agudizado los temores a una recesión generalizada, hundiendo la cotización de la moneda única.
La inflación, que es en gran parte consecuencia de las razones expuestas, es un fenómeno global. Sin embargo, ni a la Fed ni al Banco de Inglaterra han iniciado el proceso de normalización de la política monetarias antes, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) mantuvo sus estímulos monetarios hasta el pasado mes de julio, que constriñen la cotización del euro. A finales del pasado mes de julio se tomó la decisión de elevar los tipos de interés en la Eurozona en 50 pb, medida cuya larga postergación ha sido decisiva en la actual paridad euro-dólar.
¿Cuál es el impacto de la paridad euro-dólar?
En los mercados internacionales, el miedo es un factor determinante, y hay pocas cosas que despierten más temor que una situación inusitada.
La historia del euro ha sido escrita, en gran parte, a través de su relación con el dólar. Durante la mayor parte de su joven vida, la moneda común europea ha sido más ‘cara’ que el dólar, lo que no ha impedido que este siga siendo la divisa de referencia a nivel mundial.
En cualquier caso, la equivalencia euro-dólar tiene consecuencias tanto positivas como negativas en esta orilla del Atlántico. El mayor peso de unas u otras estará determinado por la gobernanza económica.
Ventajas e inconvenientes
Por el lado de los inconvenientes, el más obvio y sangrante es el encarecimiento de los bienes de importación, especialmente los que provengan de economías dolarizadas. Más inflación significa menos consumo de estos productos y, por consiguiente, menos inversión externa, lo que redunda negativamente en la oferta de empleo y los salarios.
El efecto divisa también puede encarecer la compra de petróleo, lo que en un continente que sufre de dependencia energética podría disparar aún más el ya elevado precio de los combustibles y la energía: más inestabilidad y más dificultades para las empresas y el ciudadano medio.
Pero no todo son malos augurios. Hay efectos beneficiosos, como el aumento de la demanda de productos domésticos. De igual modo, un euro débil frente a un dólar fuerte abarata las compras externas de productos europeos, por lo que el sector exportador gana competitividad.
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