Recientemente la Comisión de Trabajo, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Congreso ha avalado la primera parte de la reforma del sistema público de pensiones. Ente otros puntos, se recupera el IPC como referencia a la hora de subir anualmente las pensiones y se deroga el factor de sostenibilidad. Además, se introducen nuevos incentivos y penalizaciones para tratar de acercar la edad de jubilación efectiva a la real.
Sistema público de pensiones en España
Hay que recordar que el sistema público de pensiones en España es de reparto, y no de capitalización. Esto significa que las cotizaciones de los trabajadores en activo se destinan a financiar las pensiones actuales y recibirán las suyas en base a las aportaciones de los que coticen en ese momento.
El aumento del número de pensionistas, la cuantía de pensión media y el período durante el que se cobra (por el incremento de la esperanza media de vida) ha llevado a que el sistema esté actualmente en déficit. Además, se prevé que con la jubilación de los baby boomers (que en España serían los nacidos entre 1957 y 1977), se agrave este desfase, por lo cual es posible que las pensiones públicas del futuro sean menos «generosas» que en la actualidad.
Por ello, muchas personas se plantean cómo complementar la pensión pública, para disfrutar de una jubilación sin sobresaltos. Aunque los planes de pensiones son uno de los instrumentos preferidos en este sentido, existen diversas alternativas que pueden resultar tanto o más interesantes, especialmente en un momento en el que están perdiendo parte de sus posibles ventajas fiscales.
Qué características tiene un plan de pensiones
Los planes de pensiones están pensados para invertir a largo plazo, con el objetivo de hacer crecer los ahorros o, por lo menos, no perder por efecto de la inflación y así complementar el dinero de la pensión pública cuando llegue la jubilación.
Existen diferentes planes de pensiones, que pueden estar orientados a diversos perfiles de riesgo, con diferente proporción en renta fija o variable. Destacaremos dos aspectos:
- Se puede movilizar el plan de pensiones siempre que se desee, dentro de la misma entidad gestora o a otra distinta, sin que ello suponga pagar nada a Hacienda en ese momento (ya que no se ha rescatado el dinero invertido, solo se ha cambiado de plan).
- Uno de los mayores inconvenientes de los planes de pensiones es su iliquidez, y es que sólo se pueden recuperar en supuestos concretos: por jubilación, fallecimiento, situaciones de gran dependencia o dependencia severa, incapacidad laboral, desempleo de larga duración o enfermedad grave, además de otra posibilidad que se ha añadido recientemente, el rescate pasado un plazo de diez años desde su aportación.
Qué ha cambiado en los planes de pensiones en los últimos tiempos
Desde el año 2018 se ha incorporado la posibilidad de rescatar el plan de pensiones a los diez años, comenzando a estar operativa a partir del 1 de enero de 2025, es decir, para los planes que hubieran comenzado en 2015 o antes (si el plan se ha iniciado después, por ejemplo, en 2018, habría que esperar los 10 años, hasta el 2028).
Menos ventajas fiscales
La fiscalidad es otro aspecto que ha variado en los últimos años. Antiguamente, se permitía una reducción en el IRPF de lo invertido en un plan de pensiones, con un límite de 8.000 euros.
Este límite ha sufrido una merma considerable, descendiendo a 2.000 euros, y en los presupuestos para 2022 se prevé que baje hasta 1.500.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que al recuperar el dinero invertido en el plan este tributará como rendimientos del trabajo por el importe rescatado, por lo cual en la práctica, es un diferimiento fiscal.
Planes de pensiones de empleo
El gobierno está reforzando la figura de los planes de pensiones de empleo (PPE), aumentando su límite hasta los 8.500 euros, por tanto, junto los 1.500 euros del plan individual, se podría llegar a aportar hasta los 10.000 euros.
Los planes de pensiones de empleo son aquellos cuyo promotor es cualquier entidad, corporación, sociedad o empresa y cuyos partícipes son sus empleados. Estos planes se nutren de las contribuciones de los promotores y, en su caso, de las aportaciones de los partícipes. Además se prevé que sean extensibles a los autónomos y funcionarios de la Administración Pública.
Alternativas a los planes de pensiones
Para conseguir mantener un ahorro similar al que se obtendría invirtiendo en un plan de pensiones, podría establecer un importe periódico (apartar una cantidad cada mes), para así no contar ahora con él y destinarlo a una aportación para su futuro.
Fondos de inversión
Los fondos de inversión presentan ciertas similitudes con los planes de pensiones: son un instrumento colectivo, en el que el partícipe compra pequeñas participaciones y se puede traspasar a otro fondo sin coste fiscal en ese momento.
También existe una enorme diversidad de fondos de inversión, lo que permite a cada inversor enfocarse en los que considere más adecuados, pudiendo diversificar en función del binomio riesgo-rentabilidad, pero también según sectores, áreas geográficas, etcétera. En este punto es aconsejable recibir asesoramiento.
Al igual que con los planes de pensiones, es importante no sólo ver el rendimiento que se puede alcanzar —y recordar que las rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras— sino también el coste de las comisiones por suscripción, reembolso o depósito.
Inversión en ETF
Los ETF son fondos de inversión que cotizan en bolsa. Al invertir en un ETF, en lugar de comprar participaciones de un fondo de inversión, se adquieren acciones de un fondo que cotiza en bolsa.
La diferencia de esta operativa con la tradicional es su facilidad para operar, ya que no hay que esperar al cierre de la sesión para conocer el valor liquidativo del fondo, sino que en cualquier momento se puede conocer su cotización.
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