“El que no llora, no mama”. Aunque sea uno de los refranes menos ortodoxos de la cultura española, tiene un trasfondo de realidad que se impone en muchas ocasiones. En este caso, y como buenos ahorradores que pretendemos ser desde este espacio, vamos a echar un poco de “cara”. Es decir, la mayoría de servicios y productos que nos ofrece el mercado tiene los precios cerrados. Hay que pagar lo que cuestan, y punto. Pero en otros casos hay un cierto margen para “negociar” con la empresa, y eso lo debemos tener siempre en cuenta.
Antes de ver algunos ejemplos representativos, vamos a contar con un ejemplo lo que le ha sucedido a Miguel con la última renovación en el seguro de su coche.
Como cada mes de febrero llegaba al banco de Miguel el recibo con el importe del seguro (a terceros). Nada más observar la cifra, algo le extrañó. No recordaba muy bien la cantidad del año anterior, pero estaba claro que se había elevado sin motivo aparente.
En este caso, como en muchos otros, lo mejor es llamar directamente a la empresa. Como Miguel intuía, la subida en la prima de su seguro era debida a un aumento en las condiciones contractuales, que en este caso no había solicitado. Se trataba de un seguro adicional para cubrir su vehículo en desplazamientos internacionales. Lo rechazó de inmediato, y lógicamente tuvieron que bajarle el precio final.
Siendo coherente, y de forma educada, se puede intentar apretar un poco más el precio final hacia la baja, teniendo en cuenta además que muchas veces se hacen revisiones periódicas basadas en el IPC ante las que no se puede hacer nada. Por lo tanto, mientras haya posibilidad, se debe “regatear” como en un bazar tunecino.
Sectores propicios para negociar
El asunto de los seguros de coches, y probablemente de muchos otros ramos, es uno de los ámbitos que ofrece una mayor capacidad para negociar. Por normal general se trata de un servicio que no se suele utilizar con frecuencia, por lo que al final la aseguradora no tiene ningún gasto recurrente en muchos de sus clientes. De este modo, hay un margen para poder tirar a la baja el precio de contratación.
Otro de los servicios donde hay un margen de negociación con la empresa es el de la telefonía. Por ejemplo, en la contratación de ADSL, fijo y móvil (ofertas convergentes) al existir una gran variedad de combinaciones en todo lo que se puede adquirir, en muchas ocasiones se puede negociar con la persona que contratamos para que nos ofrezcan el mejor servicio posible al menor precio.
No siempre dará resultado, porque de hecho muchas ofertas tienen ese precio cerrado. Pero los operadores de telefonía se guardan contraofertas añadiendo más servicios al mismo precio para ganarse al cliente. Ese será el momento del ahorrador inteligente para conseguir más servicios por el mismo precio.
El mundo del motor tampoco se nos puede olvidar. Nunca se debe entrar en un concesionario sin la predisposición a negociar. Justo en la acera de enfrente habrá otro dispuesto a escucharnos. Por lo tanto, al igual que con los seguros y la telefonía, no siempre hay precios cerrados por un vehículo. Jugando con los “extras” y la equipación, siempre se pueden arañar unos euros que vienen bien al bolsillo.
¿Por qué negociar?
Hasta ahora hemos contado algunos de los sectores en los que negociar los precios del servicio, y posibles maneras de hacerlo. Ahora bien, ¿hay algún motivo objetivo por el que negociar sea una buena opción? Creemos que sí.
- Estas empresas, sobre todo las que son más grandes, juegan con ciertos márgenes en los precios de sus servicios. Por eso están abiertos a la negociación.
- Otro aspecto es que muchos de sus servicios no se utilizan, o no son extremadamente necesarios. Por eso comprenden que el precio puede ser más elevado que el de su uso real.
- Por otra parte hay una gran competencia en estos segmentos de negocio. Así, no pueden perder clientes y en muchas ocasiones admiten la negociación como vía de venta.
- También hay que señalar que muchos trabajadores de estas empresas cobran en función de comisiones por ventas. Por lo tanto, y jugando con los márgenes, serán muy agresivos y nos les importará negociar el precio.