¿Cuántas veces te has propuesto ahorrar cada mes, aunque sea una cantidad pequeña de dinero? ¿Cuántas veces has empezado un nuevo año con el propósito de ahorrar (además de hacer más ejercicio, aprender inglés, etc)? Seguro que muchas. ¿Y qué sucede con el paso de los meses? Pues que el primer mes ahorras 200€, el segundo 40€, y el tercero te gastas 300€ para irte de fin de semana, usando los 240€ que habías ahorrado en los dos primeros meses. Y claro, llega el momento en el que no le encuentras ningún sentido a eso de ahorrar cada mes y prefieres seguir viviendo al día, consultando lo que tienes en tu cuenta antes de hacer un gasto. Total, ¿para qué apartarlo?
Sería conveniente diferenciar en este punto el ahorro puntual con un objetivo concreto del ahorro sistemático como hábito financiero. En el primer caso, el objetivo por el que estemos ahorrando (realizar un curso, comprar un coche, hacer el viaje de tus sueños…) nos impondrá unos requisitos de tiempo y cantidad a ahorrar. Y para poder cumplir nuestro objetivo, tendremos que acogernos a ellos sin más remedio: si no ahorro 300 euros mensuales durante los próximos 5 meses, no podré hacer ese viaje de 1.500 euros que realmente quiero hacer en verano.
El ahorro como hábito financiero, sin embargo, es el que presenta una mayor dificultad por el simple hecho de no estar asociado tan claramente con un gasto futuro que realmente queremos realizar. Dejar de gastar cada mes 100 euros para meterlos en una “hucha” con la que no tenemos ninguna intención de hacer nada en un plazo corto de tiempo es un hábito que debe crearse día a día, pues la tendencia natural del ser humano es el consumo, no el ahorro.
Uno de los debates más interesantes que siempre ha originado el ahorro sistemático es el del momento idóneo de apartar ese dinero. ¿Es necesario hacerlo a principio de mes o conviene hacerlo cuando el mes acabe y ya tengamos nuestros gastos cubiertos? La respuesta a esa pregunta es el ya clásico “depende”. ¿De qué depende? Fundamentalmente, de los hábitos financieros de la persona que esté ahorrando. De ti, en una palabra. No obstante, sea cual sea la estrategia que sigas de ahorro, en Selfbank tienes a tu disposición nuestra Cuenta Ahorro Self.
Ahorrar a principio de mes, una estrategia ganadora
La forma más comúnmente recomendada de llegar a establecer el ahorro mensual como un hábito casi automático en nuestra economía doméstica, es tratar el ahorro como si fuera un gasto más que atender cada mes. ¿No te llegan a principio de mes las facturas de la luz, el teléfono y los colegios? Pues a partir de ahora te llegará también una factura que tú mismo debes emitir: la factura del ahorro. Este es un método de ahorro tan conocido que tiene hasta nombre propio: “Pay Yourself First” (Págate a ti primero).
Tienes a tu disposición muchas maneras de obligarte al pago de esta factura. La más común en los tiempos que corren, ya que el cobro de los ingresos mensuales suele efectuarse directamente en nuestra cuenta, es la de las transferencias automáticas a principio de mes. No es materia de esta entrada valorar si conviene ahorrar un 10% de los ingresos, como recomiendan los libros, o 10 euros al mes. Lo importante es, en primera instancia, adoptar ese hábito como algo natural.
La gran ventaja de apartar ese dinero a principios de mes es que adaptaremos necesariamente nuestro gasto mensual al dinero disponible en la cuenta. Aunque te parezca imposible, tenemos una capacidad de adaptación sorprendente: gastamos en función del dinero disponible. Y si los ingresos varían, sea al alza o a la baja, readaptamos nuestros hábitos de gasto casi instantáneamente a la nueva situación. En un lenguaje más cercano: nos buscamos la vida.
Si se demora el acto del ahorro a final de mes, es más que probable que no se llegue a llevar a cabo nunca. ¿Por qué? Porque mientras haya dinero disponible, la tendencia natural va a ser gastarlo. Esa cena que no te apetece del todo o ese jersey que realmente no necesitas, pueden acabar siendo el motivo por el que a final de mes no llegues a poder apartar una mínima cantidad de dinero para tu ahorro.
Si estás en esta situación, cuando llegues a final de mes y no puedas apartar dinero para tu ahorro, piensa con sinceridad si durante ese mes no has incurrido en gastos que podrías haber recortado sin mayor problema. Probablemente, la respuesta sea afirmativa. Y la solución la tienes al alcance de tu mano: págate a ti primero, a principio de mes, y esos gastos serán recortados automáticamente cuando la cantidad de dinero que dispongas a la hora de afrontarlos sea más ajustada.
¿No puedo ahorrar el dinero sobrante a fin de mes?
Aunque como has podido comprobar no es la estrategia recomendada, sí es válido ahorrar el dinero sobrante a final de mes si eres una persona que tiene unos buenos hábitos financieros, y por ejemplo, trabajas con un presupuesto de gastos mensual al que eres capaz de ceñirte sin desvíos considerables.
En esa situación, realmente no importa el momento en el que se lleve a cabo el acto puntual de apartar ese dinero para tu ahorro, pues lo realmente relevante es que en tu presupuesto mensual trabajes siempre con una cifra destinada al ahorro y seas capaz de cumplirla mes a mes, o incluso ser capaz de ahorrar cantidades superiores a la presupuestada. Si estás en esta situación, enhorabuena, y sigue haciéndolo así de bien. Con el paso de los años verás la recompensa.