En España la edad de jubilación está entre los 65 años y los 67, en función de lo que se lleve trabajado y lo que se haya cotizado. Teniendo en cuenta que la esperanza de vida media es de 80,4 años para los hombres y de 85,7 años para las mujeres, según los últimos datos del INE, podemos considerar que después de la vida laboral todavía queda mucho por delante.
Y para ello es importante tener bien cubiertas las espaldas. Porque, como bien sabemos la mayoría, y nos repiten casi a diario en las noticias, las pensiones públicas no están 100% garantizadas. La crisis del mercado laboral y la cada vez más baja tasa de natalidad en nuestro país han dado lugar a que la llamada ‘hucha de las pensiones’ -el Fondo de Reserva- esté más vacía.
¿Esto qué significa? Pues que si cada vez vivimos más pero cada vez hay menos gente en el mercado laboral -es decir, cotizando a la Seguridad Social-, será muy difícil sufragar la jubilación de las generaciones futuras, empezando por nosotros mismos.
Por ello, el Gobierno está buscando fórmulas para resolver el dilema y que dentro de unos años los ciudadanos puedan seguir gozando de una pensión digna que les permita vivir una vez se jubilen. El Pacto de Toledo, de hecho, ya baraja financiarlas vía impuestos o nuevas fórmulas, pues parece que con las cotizaciones a la Seguridad Social será insuficiente.
La alternativa privada
Es en esta tesitura donde los planes de pensiones privados aparecen como una alternativa idónea para que, el día de mañana, podamos tener ingresos cuando acabemos de trabajar o, al menos, podamos completar los ingresos públicos si estos menguan.
Según los datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco), a cierre del pasado año había en nuestro país 9,7 millones de planes de pensiones abiertos. Si bien hay que matizar que la cifra neta es de 8 millones, pues en realidad algunos ciudadanos tienen abierto más de uno.
Esto supone que, aunque sea una cifra récord, todavía está lejos de las de otros países de la UE donde los planes privados son más habituales entre la población. Aquí en España siempre hemos tenido la seguridad de que el Estado haría frente a nuestras pensiones, pero la crisis desbarató esa confianza.
Hace falta algo más hoy en día para garantizar nuestro futuro más allá de la jubilación, por eso es importante concienciarse de la situación actual y empezar a barajar la posibilidad de abrir uno. Sobre todo, de cara a los más pequeños de la casa.
¿Por qué es bueno concienciar a los niños?
Muchos de nosotros, ya en la edad adulta, hemos tenido claro que tendríamos nuestra pensión cuando fuéramos mayores, pero la realidad nos hemos dado de bruces en la cara y ya no lo vemos tan seguro. Ahora a muchos les urge abrirse un plan privado, sobre todo a quienes están en la edad madura y ven cada vez más cerca la hora de la jubilación. De hecho, la edad media de los partícipes de los fondos de pensiones es de 50 años, según Inverco, pues son quienes más prisa tienen por tener unos ahorros para el día de mañana.
Pensando en los más pequeños de la casa, son muchos los que han pensado alguna vez cómo poder ir conformando un plan de ahorro para que sus hijos lo pudieran disfrutar en la edad adulta. Por el momento, según apunta Inverco, ya hay 6.381 españoles de entre 0 y 20 años con un plan de pensiones. Esta cifra solo representa el 0,1% del total, pero es significativa en un país en el que hace cinco años quizá ningún padre se lo planteaba.
No obstante, debemos ser conscientes de que las aportaciones a planes de pensiones de nuestros hijos no desgravan, por lo que fiscalmente no es la opción más eficiente. De hecho, solo desgravarían las aportaciones al plan de pensiones del cónyuge, y con determinados límites. Llegados a este punto, hay dos alternativas para que nuestros hijos puedan disfrutar de ese ahorro en el futuro:
a) seguir aportando a nuestro plan de pensiones, ya que si no lo rescatamos antes, serán los hijos como beneficiarios quienes lo acabarán heredando.
b) iniciar un plan de ahorro mensual, para lo cual lo más adecuado sería construir una cartera de fondos de inversión. Además, el hijo podría figurar como titular de esa cuenta.
Además, abriendo un plan de inversión desde que son pequeños, los niños toman conciencia de que ahorrar para el futuro es importante. Es una manera alternativa de enseñarles la importancia de guardar dinero cada mes y de no derrochar. Si todo se transmite de padres a hijos -los valores, la educación, las aficiones…-, ¿por qué no el ahorro?
Estos datos tienen finalidad informativa y no deben interpretarse en ningún caso como una recomendación de compra o venta, o de realización o cancelación de inversiones, ni puede servir como base de ningún tipo de decisión sobre inversiones actuales o futuras. Self Bank no se hace responsable de los perjuicios que pueda sufrir el inversor como consecuencia del uso de dicha información. El Cliente es responsable de las decisiones de inversión que adopte y del uso que haga de la información proporcionada a tal efecto. Self Bank proporciona esta información a través de un proveedor y no asume compromiso alguno de la actualización en el contenido de la información presentada. La evolución o resultados pasados de las inversiones no garantizan la evolución o resultados futuros.
Self Bank no acepta ningún tipo de responsabilidades por pérdidas, directas o indirectas, como consecuencia de este informe. Ninguna parte de este documento puede ser copiada o duplicada de cualquier forma o medio o redistribuida sin el previo consentimiento por escrito de Self Bank.