Ha llegado la tan deseada y temida vuelta al cole, y las familias se encuentran de nuevo con los cuantiosos desembolsos que ello supone: libros, uniformes/ropa y calzado para los hijos/as, matrículas, actividades extraescolares, canguros… Toda una verdadera cuesta de septiembre que en muchos casos parece un puerto de montaña digno del Tour de Francia.
Toca agudizar el ingenio para minimizar los gastos u obtener algún ingreso extra que nos permita afrontar esta época con más tranquilidad (antes del siguiente puerto, la cuesta de enero).
Por ello, en el caso de los libros, por ejemplo, muchas personas recurren a los préstamos, intercambios y donaciones. En muchos colegios existen bancos de libros —establecidos o no por la Comunidad Autónoma de turno—, en los grupos de WhatsApp se multiplican las consultas y las ofertas en este sentido… Si el libro no ha cambiado, ¿por qué no aprovecharlo?
Otra alternativa para ahorrar son los llamados cheques guardería, que permiten ahorrarse un buen pico cada mes, y que son al mismo tiempo un buen instrumento para que las empresas retribuyan y motiven a sus empleados.
Qué son los cheques guardería
El cheque guardería consiste, básicamente, en el pago de la guardería por parte de la empresa (en la práctica, puede consistir en un cheque virtual o ser una transferencia).
En algunos casos, puede ser una retribución a mayores, pero habitualmente la cantidad abonada por la empresa se le descuenta al trabajador de su salario bruto. Pero, entonces, ¿cuál es el beneficio de esta modalidad para el trabajador?
Ventajas del cheque guardería
Al descontarse el importe de su salario bruto, el importe que deja de cobrar el trabajador en su nómina es menor que el dinero “contante y sonante” que se paga a la guardería.
Por ejemplo, si un trabajador cobra 1.500 y paga 300 euros de guardería, le quedarían 1.200 euros una vez pagada ésta “de su bolsillo”.
Sin embargo, si se instrumenta el pago a través del cheque guardería, la empresa le descontará los 300 euros del salario bruto, sin tener en cuenta la retención del IRPF. De esta manera, si su retención fuese del 15%, el trabajador se ahorraría unos 45 euros (el 15% de 300), es decir, cobraría 1.245 euros; con lo cual, en definitiva, dispondría de más dinero cada mes.
Pero además, fiscalmente los cheques guardería están exentos del IRPF, lo cual supone una gran ventaja, tanto en el caso de que el cheque sea una retribución que se añada al salario, como incluso en la hipótesis de que nos lo descuenten del sueldo. ¿Qué efectos tiene?
Por ejemplo, un trabajador con un hijo y con un salario bruto de 25.000 euros anuales, tendrá una retención de 3.065 euros al año. Si los 3.000 euros anuales que destina a la guardería se los abonan a través de este sistema, fiscalmente es como si cobrase 22.000, con lo cual la retención se reduciría a 2.312 euros, es decir, un ahorro fiscal de más de 700 euros (aproximadamente, unos 3 meses de la guardería).
Por su parte, la cotización a la Seguridad Social no se ve afectada, es la misma tanto si se paga la guardería directamente como si se disfruta del sistema de cheque guardería.
Reseñar, por otra parte, que el cheque guardería se aplica a los gastos derivados de la escolarización, y no a otros relacionados, como el material escolar, el transporte, etcétera.
Cómo beneficiarse de él
Lo primero, por lo tanto, es comprobar si nuestra empresa dispone de este sistema de retribución. En caso de que no disponga de él, podría solicitar su implantación al departamento correspondiente, ya que supone un beneficio para el trabajador y para la empresa no supone un coste adicional en cuanto al salario abonado (aunque sí puede tenerlo, lógicamente, en términos de tiempo y, en su caso, de contratación del servicio).
Por otra parte, también podemos explorar la existencia de otras ayudas públicas.
Ayudas públicas relacionadas con la escolarización
Además de las becas propias del Ministerio de Educación, muchas Comunidades Autónomas y ayuntamientos también ofrecen diferentes ayudas relacionadas con la escolarización. En este caso, podemos encontrar diversas subvenciones relativas tanto a matrícula como a otros gastos, como los de comedor, los de transporte, la compra de libros, etcétera.
Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid existen cheques de educación infantil, ayudas para el transporte escolar, precios reducidos para el comedor escolar, y programas de préstamo de libros. En el caso de la Junta de Andalucía existen bonificaciones para la escolarización de niños menores de tres años y ayudas al comedor escolar y para el transporte, para alumnado con necesidades específicas…
Cada Comunidad establece sus ayudas, con lo cual hay que comprobar a cuáles se puede acceder en función de dónde se viva, pero la mayoría de ellas se repiten a lo largo de todo el territorio, por lo que es muy probable que en tu Comunidad cuentes con varias de las que citamos, o alguna otra. Míralo, no cuesta nada, y puede conseguir un buen ahorro.
En general, el acceso a este tipo de ayudas —que está regulado en las disposiciones que se publican en los boletines oficiales correspondientes— depende del cumplimiento de una serie de requisitos, entre los que destaca el de la renta.
El baremo habitual es el de no superar determinada renta disponible por miembro de la unidad familiar, pero es bueno comprobar si los cumplimos, puesto que, en ocasiones, el límite no es tan bajo como podríamos pensar. Es decir, que puede haber muchas familias que no estén accediendo a estas ayudas no porque no cumplan los requisitos, sino por desconocimiento.
Y a mayores, consulta en tu ayuntamiento, ya que algunos también ofrecen ayudas de este tipo. En muchos casos, están restringidas a colectivos desfavorecidos, pero no está de más revisar si tienes acceso a alguna de ellas, te puedes llevar alguna sorpresa.