Otha Anders es un ciudadano de Luisiana, Estados Unidos, que un día encontró un centavo en el suelo por la calle y desde entonces decidió empezar a guardar todos los que pasaban por sus manos.
Durante 45 años Otha estuvo guardando en bidones de agua de cinco galones (19 litros) todas las monedas de un centavo que pudo. Tuvo oportunidad de cambiarlas, sobre todo cuando a finales de los años 60 y principio de los 70 el gobierno Estadounidense daba 25 dólares adicionales por cada 100 dólares en centavos que se entregasen, pero él se negó.
La historia de Otha Anders nos deja una enseñanza muy clara: con planificación y esfuerzo todos podemos ahorrar. Otha nunca desistió de su idea de seguir guardando todos los céntimos que tenía, a pesar de que tuviera que hacer esfuerzos o incluso perder dinero, como cuando en los años 70 podía haber ganado 25 dólares entregando 100 en monedas; pero quizá, de haberlos cambiado, le hubiera sido muy fácil gastarlos, mientras que manteniéndolos en sus botellas sabía que no los gastaría hasta que llegase el momento preciso.
¿Y si hubiese tenido conocimientos en gestión de finanzas personales?
Otha tuvo voluntad y el mérito de mantener un hábito de ahorro durante 45 años, algo que no es nada fácil. Pero ¿y si hubiera tenido conocimientos sobre finanzas personales?
Como ya os hemos comentado en otras ocasiones, la forma más segura de perder el dinero poco a poco es guardarlo debajo del colchón. Cuando hay inflación el dinero pierde valor con el paso del tiempo, por eso es útil pensar en productos de inversión que se ajusten a nuestro perfil para que ese dinero al menos mantenga el valor que tenía en el momento de conseguirlo. Dependiendo del riesgo que queramos asumir podemos elegir un tipo u otro de productos, pudiendo en consecuencia conseguir mayor o menor rentabilidad.
¿Os imagináis el dinero que tendría ahora Otha si lo hubiese invertido?
Hace 45 años el valor del dólar era mayor, es decir, con él podías comprar más cosas. Durante todo ese tiempo los precios de los productos y servicios han subido. Ahora con un dólar podemos comprar menos, por lo tanto podemos decir que ha perdido valor.
El primer céntimo que Otha recogió del suelo tenía un valor mayor que el último que encontró 45 años después. De haber ido invirtiendo el dinero que conseguía podría haber combatido la inflación y ahora la suma de dinero que tendría sería mayor y podía afrontar con una mayor tranquilidad su jubilación.