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3 consejos para volver a ordenar tus cuentas tras el verano

El verano es, habitualmente, una época más relajada en todos los sentidos. Los largos días y el buen tiempo propician que realicemos más actividades y que salgamos más, y también, en consonancia con lo anterior, una mayor alegría a la hora de gastar.

Por eso, al finalizar agosto, es un buen momento para proponerse volver a la rutina. No sólo a los quehaceres habituales, sino también a todas aquellas pautas relacionadas con la planificación de nuestras finanzas (¡de las que tanto nos gusta hablar!).

Y es que no solo venimos de unos meses en los que se suele gastar un poco más: vacaciones, escapadas, salidas a comer fuera, etcétera, sino que se acerca una época en la que es mejor contar con unas finanzas saneadas: la (temida) vuelta al cole, la Navidad (que ahora comienza antes, con el Black Friday)… Por eso, lo mejor es que nos pongamos las pilas cuanto antes, para retomar la buena senda.

¡Comenzamos!

1. Revisa tu presupuesto de gastos

Ya al principio del verano hacíamos hincapié en la importancia de los presupuestos. Si no tienes un presupuesto de gastos elaborado ¡ya estás tardando en hacerlo! (puedes ver cómo en este artículo). Pero, si eres de los que ya lo tienen, la vuelta del verano es un buen momento para ver cómo se están desarrollando nuestras previsiones.

Quizás hayamos estirado la cartera o la tarjeta un poco más de la cuenta, por aquello de las vacaciones y el buen tiempo, y es momento de reajustar nuestras previsiones, afinando en aquellos aspectos que, en realidad, no son tan imprescindibles. En definitiva, como se suele decir ahora, saneando las cuentas.

Por ejemplo, imagina que tu presupuesto de gastos para todo el año es de 24.000 euros (una media de 2.000 al mes). Llegado agosto, lo gastado realmente alcanza los 17.000, es decir, te has pasado 1.000 euros de lo previsto. En lugar de seguir, de septiembre a diciembre con la media de 2.000 euros (con lo que se cerraría el año con 25.000 de gastos), se trataría de recuperar esos 1.000 euros de desventaja, lo cual quiere decir, en la práctica, que tendríamos un presupuesto para esos 4 meses de 7.000 euros (1.750 al mes).

2. Revisa los ingresos

¿Qué tal van los ingresos? Quizás tengas una cantidad más o menos fija, si tienes una nómina, pero ¿no tienes alguna manera de aumentar los ingresos? ¿Cuentas o puedes contar con alguna fuente de ingresos pasivos, que te proporcionen rendimientos sin trabajar?

El de los ingresos es un aspecto que muchas personas consideran que no pueden variar, pero, en muchos casos, no es así. ¿Has empezado a invertir? Millones de españoles disponen de diversas cantidades de dinero invertidas en diferentes vehículos de inversión. Lo bueno es que no es necesario ser rico para invertir, puedes empezar por pequeñas “tapas” financieras para ir adentrándote en el mundo de la inversión, ir adquiriendo conocimientos y experiencia, ver qué productos se adaptan mejor a ti, e ir obteniendo una rentabilidad por tu dinero.

En este caso, si la inversión no es muy grande, lo importante es que las comisiones sean muy reducidas o inexistentes, ya que, si no, se va lo comido por lo servido.

Por ejemplo, a la hora de invertir en Bolsa, puede haber diferentes comisiones, como las comisiones de apertura, mantenimiento y cancelación de la cuenta, por hechos relevantes (abonos de dividendos, ampliaciones de capital…), las de custodia (por “guardarte” las acciones), además de las propias comisiones por operar y las tasas de la Bolsa. Si eliges bien tu broker, puedes ahorrar mucho dinero en este aspecto, de manera que la rentabilidad que obtengas en tus operaciones te rinda, aunque inviertas cantidades pequeñas.

3. Piensa en el futuro

Esta es una recomendación que puede hacerse en general, aunque la vuelta de las vacaciones es un buen momento para reflexionar sobre el futuro. Venimos de un tiempo de ocio, más relajado, y es momento de retomar la vida habitual, pero no sólo los quehaceres diarios, sino lo que nos espera un poco más allá.

¿Tienes a punto tu colchón de emergencia, para cualquier imprevisto que te pueda surgir? ¿Cuentas con algún plan de pensiones o plan de ahorro que te permita afrontar la jubilación con más tranquilidad? ¿Ahorras para tus hijos? ¿Te formas de alguna manera para gestionar mejor tus finanzas (además, claro está, de leer este blog)?

Dependiendo del número de síes que hayas dado como respuesta a estas preguntas, y otras similares, estarás mejor o peor preparado para afrontar los tiempos venideros, en tus manos está el conseguirlo.