¿Alguna vez te has quedado en descubierto en el banco porque tu cuenta corriente estaba en negativo? ¿O tu banco se ha visto obligado a devolver un recibo porque en ese momento no tenías dinero suficiente?
En este post vamos a tratar de explicarte lo importante que es que lleves una gestión eficiente de tu tesorería, es decir, que sepas organizar tus ingresos y tus gastos para no llevarte sorpresas.
Para que el saldo de tu cuenta bancaria no aparezca en rojo, es esencial que tratemos de anticiparnos y hacer una proyección de nuestros gastos e ingresos en el futuro.
Para los gastos del día a día no solemos tener problema. Cada uno sabe el dinero que puede gastarse o lo que quiere ir ahorrando, pero el problema viene cuando nos llega algún recibo anual, como por ejemplo el seguro del coche o el IBI de nuestra vivienda. Por no hablar de la temida ‘BBC’ (bodas, bautizos y comuniones), que puede terminar por descuadrarte las cuentas.
Por ejemplo, pudiera darse el caso en el que una persona cobre una nómina de 1.500 € mensuales, y tuviera que atender unos gastos medios de 1.200 €. En principio, parece ser que no hay ningún problema en atender los pagos asociados a esos gastos, pues la persona en cuestión cobra 300 € más que sus gastos.
Pero, ¿qué sucede si en un momento determinado tiene un saldo disponible en cuenta de 600 € y en la cronología de pagos e ingresos tiene que atender esos 1.200 € de gastos con anterioridad a que su empresa le ingrese la nómina en cuenta a final de mes? Efectivamente, lo que sucede es que esa persona tiene un riesgo evidente de impago de facturas, pues sólo podrá atender a la mitad de los gastos disponibles en el momento en el que se dan.
Se trata de evitar quedarnos sin fondos en nuestra cuenta, ya que en ese caso el banco nos cobrará intereses por este descubierto, o peor aún, nos veremos obligados a pedir algún tipo de financiación exprés.
Los afortunados que tengan un pequeño colchón para los imprevistos y que no quieran dejar de rentabilizar sus ahorros, una opción muy interesante es la cuenta remunerada que ofrecen muchos bancos. A diferencia de los depósitos, que te penalizan si retiras el dinero antes del vencimiento, en las cuentas remuneradas tienes total disponibilidad en cualquier momento.