Hace unos días nos hicieron la siguiente pregunta: ¿Por qué invertir en España? Y la respuesta, más allá del más o menos conocido “España va bien”, tiene diferentes variables. Desde un punto de vista macroeconómico, podríamos ver algunos factores a vigilar, como la inestabilidad política en Italia, la situación interna de Cataluña y el desempleo aún excesivo, por ejemplo. Sin embargo, como argumentos favorables también tenemos un crecimiento de la eurozona y de España positivo –éste acercándose al 3%-, una visibilidad creciente de numerosas compañías con una tracción de negocio muy sólida y un potencial en valoración muy interesante. Además, el fuerte comportamiento subyacente de la actividad, el potente momento de los beneficios empresariales y una gradual normalización de tipos de interés deberían favorecer a la renta variable, vista en su conjunto.
No obstante, en Fidentiis Gestion nos centramos en los fundamentales de las compañías, en la viabilidad de sus negocios y las capacidades de sus directivos de aflorar valor.
Y eso permite encontrar alternativas dentro del universo de inversión. No hacemos grandes apuestas a 5-10 años vista, sino que concentramos la cartera en compañías cuya trayectoria de beneficios a 12-24 meses no esté reflejada en el precio actual. Por eso insistimos siempre en que la visibilidad del negocio es primordial. Un ejemplo de ello han sido algunas entidades financieras que, aun teniendo unos fundamentales sólidos, han sufrido con el retraso en la subida de los tipos de interés -factor básico para sus cuentas de resultados, lo que ha provocado su reducción en las carteras… y la selección de otras alternativas.
En cualquier circunstancia de mercado es posible encontrar valor y dar con compañías que se ven favorecidas por unos u otros factores.
ACS ha realizado una jugada maestra en su acuerdo con Atlantia, al reducir el desembolso de ACS y el riesgo financiero de la operación, unir un socio industrial en Hochtief a precio atractivo (146 €), despejando dudas del valor, y aliarse en el desarrollo y gestión de infraestructuras con uno de los principales operadores del mundo dando visibilidad a la contratación en la parte de construcción.
Otra opción ha sido Repsol, gracias a un crudo que mantiene su precio debido a una demanda creciente, inversión escasa en petróleo convencional y una rápida tasa de declino del shale americano. Ni el precio actual ni las estimaciones de consenso están recogiendo este escenario de precios de crudo, ni las innumerables mejoras en la parte de costes, lo que presenta un potencial de revalorización atractivo.
Por ello creemos que es y va a ser rentable invertir en España.