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Vuelta al mundo de las supersticiones para tener un año nuevo próspero económicamente

Lucky piggy and cork from champagne bottle

Ya sea por superstición, o tan solo por tradición, las doce uvas acompañan la última cena del año de los españoles que, a golpe de campana, deseamos un próspero año nuevo, mes a mes, uva a uva. Pero no sucede así en todo el planeta, existen otras muchas maneras de pedir por 365 días de buen porvenir económico que nada tienen que ver con nuestra tradición uvera.

Con independencia del calendario seguido, a lo largo de la historia, cambiar de año ha sido un momento especial para todas las civilizaciones. Un momento cargado de simbolismo que se extiende hasta nuestros días, dando continuidad a cábalas y ritos de generación en generación.

Lentejas en vez de uvas

Ya en la Antigua Roma las lentejas eran un cultivo muy apreciado, dos mil años después se las sigue considerando prueba de abundancia en Capodanno, o Año Nuevo. Por ello, en los primeros instantes del año los italianos sacan la cuchara y comen lenticchie e cotechino, algo así como lentejas cocinadas con una variedad de salami típica de Italia.

                                                                     

Rojo, amor; verde, salud y amarillo, dinero

En Latinoamérica las supersticiones son muy frecuentes en fin de año. Del inmenso abanico de tradiciones que se siguen, nadie pone en duda una de ellas: el amarillo es el color del dinero.

Las velas no faltan cuando se trata de rituales y misticismo. Dejar una amarilla encendida desde el día 31 de diciembre al 1 de enero asegura, dicen, riqueza para el año entrante. Otra forma más íntima de empezar el año cargado de dólares –o euros– es llevar ropa interior de este color en Nochevieja. Si se quiere aumentar las probabilidades de éxito económico, entonces la prenda debe tener estampados billetes de dólares.

Un borrego detrás de la puerta

En el mes de diciembre, en las tiendas de buena parte de México aparecen figuras de borreguitos, con abundante lana y una cara simpática. Para llamar a la prosperidad del hogar, los mexicanos confían en la tradición de colocar una de estas figuras detrás de la puerta de la entrada. Las hay de multitud de formas y materiales, lo que cuenta es que esté situada detrás de la puerta cuando empieza el año.

Saltar de una silla (y romper platos)

En Dinamarca, la puerta de la casa también es protagonista en Nochevieja. Allí, la tradición marca la extraña acción de lanzar platos contra la puerta de los seres queridos como muestra de cariño y buenos presagios. Actualmente, simplemente basta con romperlos, no tiene que ser contra su puerta. Por otra parte, para llamar a la fortuna, en Dinamarca hay que subirse a una silla y saltar con la última campanada.

Más supersticiones en la comida de fin de año

No solo las lentejas y las uvas son los protagonistas culinarios en las supersticiones del final del año. Muchas de ellas han cruzado fronteras y han sido adoptadas como una más en las costumbres de la familia. Por ejemplo, en la última cena, comer pescado cocinado con escamas, cuantas más tenga, mayor riqueza. También el trigo, decorando la casa con espigas o guardando una en la mano al entrar el año.

Nunca en una mesa española, pero en Alemania, en Silvester, es fácil encontrar salchichas y, por supuesto, sauerkraut, o chucrut. El repollo fermentado tan característico es la mejor forma de desear prosperidad económica.

Cenar carpa atrae al dinero, y para conservarlo se recomienda guardar una escama en la cartera durante todo el año; y también en algunos lugares de la casa, para traer abundancia a toda la familia.

En Alemania y Austria, comer cerdo en Nochevieja es otra forma de atraer prosperidad, progreso y dinero. Vale con salchichas, schnitzel y, de postre, mazapanes con forma de cerdo.

Por último, aunque en España nunca comeríamos arenques en escabeche en la última cena del año, en otras zonas de Alemania, Polonia y en los países escandinavos así lo hacen, como un buen reclamo de prosperidad.

Supersticiones que cruzaron el charco

Los emigrantes europeos y africanos se llevaron al nuevo continente las costumbres culinarias que ahora existen en el New Year’s Eve de Estados Unidos. La tradición española de las doce uvas también ha saltado el Atlántico más recientemente, para acompañar las campanadas de algunos países latinoamericanos.

En el sur de Estados Unidos hay un plato que define la prosperidad del año nuevo como ningún otro: el Hoppin’ John. Su ingrediente principal son las judías carilla o black-eyed peas, muy apreciadas por la comunidad afroamericana. Son servidas con arroz y hojas verdes; éstas últimas vinculadas con el color del billete americano. En cambio, en el Medio Oeste se cena cerdo y sauerkraut, lentejas en zonas con descendencia italiana, y arenques en escabeche allá donde llegaron los escandinavos.

Dinero llama a dinero

Aunque las supersticiones de fin de año varían por países, o incluso por regiones, existen formas de pedir abundancia económica común en muchos lugares del mundo. Veamos algunas:

Una copita de champán

No pretendemos valorar cuál de las anteriores costumbres es más efectiva, de lo que no hay duda es de que aportan un toque especial y divertido al cambio de año. Así que cada cual con su creencia, tradición o superstición, pero que no falte una copita de cava o champán para empujar las uvas, digerir la comilona y brindar por un próspero año nuevo. ¡Feliz Año Nuevo ahorradores!

 

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