La moda es algo que a todas las personas, en menor o mayor medida, interesa. Al final, es algo sociológico. Nos vestimos con un propósito siempre: ir a trabajar, ir al colegio, ir a hacer deporte, ir a una fiesta, ir a una entrevista de trabajo… Y con las prendas de ropa nos intentamos adaptar a la situación y queremos, además, transmitir algo concreto.
Nos vestimos para impresionar, nos vestimos para gustar y gustarnos, nos vestimos para demostrar nuestra posición social, nos vestimos para seducir o simplemente para mostrar cuál es nuestro estado de ánimo. Por lo tanto, todos tenemos la moda presente en nuestras vidas, aunque lo neguemos.
Evidentemente, después hay adictos a la moda que no pueden resistirse a irse de compras y que matan por cada novedad o tendencia que sale. Pero claro, eso cuesta un dinero, y muchas veces de forma inconsciente derrochamos en ropa buena parte de nuestro sueldo, sin ser conscientes de la importancia del ahorro.
Por suerte, hoy en día hay muchas formas de ir bien vestido sin arruinarse en el intento. Porque quizá ir a la moda no es lo más importante, sino adaptar la moda a uno mismo y saber aprovechar las prendas como debemos.
Cómo ir siempre bien vestido sin entrar en números rojos
Una de las máximas del célebre diseñador de zapatos español Manolo Blahnik, cuyos zapatos han pasado a denominarse ‘manolos’ gracias a la serie ‘Sexo en Nueva York’ -eran la mayor obsesión de la protagonista, Carrie Bradshaw-, es que “una mujer puede ir un mes entero con el mismo vestido e ir perfecta si le pone unos zapatos diferentes y especiales cada día”.
¿Qué quiere decir con esto? Que a veces importa más el complemento que el elemento principal. Y que nos conviene más tener un armario formado con prendas básicas, que nunca pasan de moda, para darles el toque de elegancia y distinción con los complementos.
Tener un buen fondo de armario garantiza que no haya que comprar ropa cada dos por tres. Hay prendas que nunca pasan de moda, como las camisas blancas, los jerseys de lana, los pantalones de pinzas, los vaqueros, las americanas… Invertir en estas prendas te supondrá un gran ahorro a la larga y podrás destinar el grueso del dinero a los complementos.
Invertir en zapatos buenos, bolsos o un abrigo es algo de lo que te puedes alegrar toda la vida. Los productos de firmas como Blahnik, y también otras de menor rango, pero fuera del ‘low cost’, nos garantizan que no se vayan a estropear de un año para otro y que incluso podamos usarlos toda la vida -algunos pasan de padres a hijos-. Y, otro punto a favor, hasta se revalorizan.
Existen plataformas de venta de productos de lujo, como la francesa ‘Vestiaire Collective’, donde se puede recuperar el dinero invertido en estas prendas y complementos -o más porque, pasado el tiempo, se convierten en modelos icónicos al estar descatalogados-.
Ropa de calidad para más de una temporada
Esta larga vida de las prendas y complementos de calidad se enlaza con otro aspecto: la compra de ropa de segunda mano, o la venta.
Con la creciente preocupación de la sociedad por el estado del planeta y del medio ambiente, el consumo se ha repensado. Están surgiendo nuevas fórmulas para intentar ser más respetuosos y contaminar menos ante la gravedad de la situación. Precisamente, la moda es uno de los sectores que más impactados se ha visto por este cambio, ya que es el segundo más contaminante del mundo, por detrás del petrolero.
Por ello, han surgido nuevas opciones para renovar el armario sin dejar tanta huella medioambiental. Además de comprar ropa de mejor calidad alejada del ‘low cost’ y el ‘fast fashion’ que tanto daño hace, ahora existen las plataformas de venta de ropa de segunda mano. Cada día más personas se animan a adquirir nuevas prendas por esta vía, lo que reduce los ciclos de producción, permite que se reutilicen las prendas para que no sean flor de un día y, además, posibilita que muchas personas puedan recuperar parte de lo gastado en ropa.
Por ello, plataformas como Micolet o Vinted en España sirven de ayuda para renovar el armario sin gastar tanto y de forma más sostenible. Igualmente, nos permiten tener unos ingresos extra y no acumular esa ropa en el armario que nunca más usaremos.
El alquiler de prendas es otra opción a considerar para determinadas ocasiones: bodas, bautizos, comuniones y eventos similares, donde se nos exige ir vestidos de una forma que no es habitual en el día a día. Lo que implicaría comprar un outfit de fiesta completo para solo una vez, o dos. Por ello, muchas personas ya prefieren alquilar un conjunto para esas ocasiones especiales. En España, triunfa ‘La Más Mona’ para invitadas.
¿Has pensado en un sastre o costurera? Confeccionar ropa por encargo es una alternativa que sigue siendo muy válida. Facilita encontrar exactamente lo que queremos, en exclusiva para nosotros -nadie lo llevará repetido-, que se acomode perfectamente a nuestro cuerpo y, además, sabiendo que los materiales comprados tienen una calidad que nos durará mucho tiempo. Es muy buena opción, sobre todo, para trajes, abrigos o determinados vestidos, o para retocarlos o modernizarlos de un año para otro.
Por otra parte, hay que intentar aprovechar los periodos de rebajas para ir de compras, sobre todo las cosas más caras, y estar al tanto de las promociones y ofertas que hacen a menudo nuestras marcas favoritas. De esa manera, ahorraremos bastante y evitaremos comprar cada dos por tres de forma innecesaria.
Como vemos, hay muchas formas de ir bien vestido sin necesidad de arruinarse. Solo hay que usar la cabeza, el sentido común y controlar los impulsos consumistas que todos tenemos hoy en día.