Los inversores podemos optar por multitud de estrategias de inversión. No hay necesariamente una mejor que otra, sino que algunas se ajustan mejor a nuestra forma de ser que otras. Si adoptamos una que no se ajusta bien a nuestras necesidades, siempre podremos probar otra, hasta que encontremos una adecuada. Value, growth o momentum, ¿cuál es tu estrategia de inversión?
Vamos a ver las características de tres de las estrategias de invertir más populares para comprenderlas mejor y para que nos resulte más fácil elegir la apropiada. Y no debemos olvidar que no tienen por qué ser excluyentes: en una cartera de inversión siempre hay cabida a diferentes y diversas estrategias.
Una estrategia de inversión para cada situación
Es importante ajustar nuestra estrategia de inversión a nuestra situación individual. Por ello es interesante hacer una valoración previa de algunas cuestiones antes de empezar con una estrategia de inversión. Tres aspectos muy importantes a tener en cuenta son:
- ¿Cuál es tu situación actual financiera?
- ¿Cuál es tu coste de vida mensual y qué deudas tienes?
- ¿Qué capacidad de ahorro e inversión tienes, tanto ahora como previsiblemente en el futuro?
No se necesita mucho dinero para empezar a invertir, pero no deberías hacerlo si no te lo puedes permitir.
El siguiente paso es determinar cuáles son nuestros objetivos de inversión:
- ¿Queremos ahorrar e invertir para la jubilación?
- ¿Queremos ahorrar e invertir para un gran desembolso futuro, como comprar un inmueble o para otros gastos?
También es importante tener una noción de cuál es nuestra tolerancia al riesgo. Si no tenemos un concepto claro del nivel de riesgo con el que nos sentimos cómodos, hay tres factores a tener en cuenta: edad, ingresos y años restantes para la jubilación.
Como norma general, cuando más jóvenes somos, más riesgo estamos dispuestos a asumir, sin perder de vista que más riesgo puede traer tanto más beneficios como más pérdidas. Pero, ante todo es importante entender lo que hacemos y lo que queremos conseguir, leer, aprender, y mantener una mente abierta en el mundo de la inversión.
1. Estrategia de valor: value investing
Los inversores en valor, también llamados value investors, son aquellos que buscan comprar gangas. Intentan comprar acciones de empresas que están infravaloradas desde el punto de vista fundamental, es decir, en momentos bajos de negocio y capacidad de generar beneficios. Consideran que al comprar una acción están pasando a ser propietarios de la empresa.
La inversión en valor se basa en la idea de que el mercado es parcialmente o temporalmente irracional, y que es posible comprar acciones de empresas por menos de lo que realmente valen. Esta idea la resume bien la famosa frase de Machado: “es de necio confundir valor y precio”.
Aunque puede parecer que esta estrategia de inversión requiere de mucho tiempo y dedicación, la realidad es que podemos encontrar multitud de fondos con gestores que implementan esta filosofía de inversión. Incluso podemos seguir alguna estrategia pasiva, ya que hay índices como el Russell 1000 Value Index que intentan captar aquellas empresas infravaloradas por parámetros fundamentales.
Una de las claves para que funcione una estrategia de value investing es el paso del tiempo. La inversión value depende de que el mercado, transcurrido un tiempo, se dé cuenta de que una empresa es mejor de lo que se creía. Normalmente esta situación ocurre cuando la empresa consigue mejores beneficios de lo esperado de forma continuada, o simplemente cuando el mercado está dispuesto a pagar múltiplos más elevados que anteriormente.
2.Estrategia de crecimiento: growth investing
En lugar de fijar la atención en buscar gangas, los inversores en crecimiento buscan empresas con negocios que vayan a crecer mucho en el futuro. Los inversores en este tipo de empresas creen que aunque se pague un precio más alto por una empresa, si crece lo suficiente, con el tiempo es mejor inversión. Muchas veces se identifica este tipo de inversión con la búsqueda de empresas de calidad, ya que aquellas que son capaces de crecer de forma sostenida suelen tener buenos negocios y claras ventajas competitivas.
El tipo de análisis que suele hacer un inversor en crecimiento va más allá de los estados financieros de la propia empresa e intenta determinar su papel en el sector, su cuota de mercado, el crecimiento estimado de su mercado potencial, etc. Si nos equivocamos con las proyecciones del futuro de un negocio, podemos salir perdiendo mucho dinero, ya que cuando compramos una empresa con expectativas altas de crecimiento su precio suele ser elevado. Para que nuestra inversión tenga éxito la compra acciones con múltiplos de valoración altos requiere que las expectativas de su negocio posteriormente se cumplan.
3.Estrategia de tendencia: momentum investing
Los inversores de tendencia intentan fluir, o acompañar al mercado. Es una estrategia basada en la idea de que los mercados tienen cierta inercia; que cuando una empresa gana, seguirá ganando; y cuando pierde, tenderá a seguir perdiendo. En general, los inversores momentum recurren más al análisis técnico que al análisis fundamental. El análisis técnico se basa en la idea de que el precio es el mejor indicador para tomar decisiones de compra o venta, y que observando su evolución seremos capaces de discernir patrones que nos ayuden a predecir su movimiento futuro.
La operativa con productos cotizados está dirigida a inversores que deben tener experiencia y conocimientos financieros suficientes para invertir en ellos. La inversión en estos productos requiere una vigilancia constante de la posición ya que comportan un alto riesgo y se puede perder el 100% del capital invertido.
Antes de efectuar cualquier contratación, es recomendable informarse legal, regulatoria y fiscalmente sobre las consecuencias de una inversión.
Las decisiones que cada inversor adopte, tanto de inversión como de nivel de delegación y asesoramiento, son su responsabilidad.
Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.
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