Algunos brókeres españoles han anunciado recientemente que cobrarán a sus clientes un interés anual por tener dinero en sus cuentas. La idea de que los inversores paguen simplemente por tener el dinero quieto ha dado mucho de qué hablar en el mundo financiero.
Las comisiones son un aspecto muy importante a tener en cuenta a la hora de invertir. Porque el conjunto de todas las comisiones que pagamos reduce la rentabilidad que obtenemos invirtiendo y podría llegar a suponer un coste significativo.
Aunque las instituciones financieras llevan años lidiando con con tipos de interés negativos, ninguna entidad financiera hasta ahora se había atrevido a trasladar directamente ese coste a sus clientes.
Un entorno de tipos de interés negativos
En la zona euro el Banco Central Europeo (BCE) es el encargado de fijar los tipos de interés. Además, desde junio de 2014 el BCE cobra a los bancos por guardarles el dinero, concretamente un 0,10% sobre el dinero depositado en su custodia, con el objetivo de incentivar que los bancos prestaran su liquidez, en lugar de estancar el dinero en depósitos del BCE.
En marzo 2016, los intereses llegaron al -0,40%, un nivel negativo que se ha mantenido desde entonces. Hasta el momento, esta realidad de tipos de interés negativos había afectado principalmente a inversores institucionales: fondos de inversión, fondos de pensiones… Los bancos que trabajan con inversores institucionales suelen utilizar el eonia, la referencia de tipos de interés a un día en el mercado interbancario para la zona euro.
La importancia de las comisiones bajas para el inversor
Los inversores compramos activos financieros con la esperanza de obtener una rentabilidad de ellos el día de mañana, ya sea vendiendolos, o por lo que nos renten. En este punto hay que considerar que la rentabilidad futura siempre es incierta, sin embargo, las comisiones en las que incurrimos al operar en los mercados son presentes y conocidas.
Todo gasto en los que incurrimos a la hora de invertir es dinero que se pierde por el camino. Es cierto y perfectamente razonable que las comisiones son un peaje que hay que abonar, necesario para el engranaje de las inversiones. Pero no todos los bancos, ni todos los brókeres ofrecen los mismos servicios, tienen los mismos márgenes, ni cobran las mismas comisiones, por lo que los inversores tenemos capacidad y, en cierta forma, obligación de decidir el más adecuado para nuestras inversiones.
Comisiones para invertir en bolsa
Cuando compramos acciones en bolsa, es inevitable pagar algunas comisiones. Una parte son cobradas por el mercado y son aplicadas indistintamente del bróker que utilicemos, como, por ejemplo, el canon de bolsa. Pero hay otras comisiones que son las aplicadas por los brókeres que nos facilitan la operativa:
- Comisión de compra/venta.
- Comisión de custodia.
- Comisión por cobro de dividendos.
- Comisión por ampliaciones de capital, splits, y otras operaciones corporativas.
La comisión de compra/venta es en la que más se suelen fijar los inversores que operan a diario o con mucha frecuencia, ya que se convierte en un coste muy significativo en este tipo de operaciones cortoplacistas.
A la hora de calcular la rentabilidad de nuestras inversiones, no hay que olvidar que al invertir en una acción de bolsa no sólo pagaremos la comisión de compra, también la de venta, en el momento en que cerremos la inversión.
La comisión de mantenimiento suele pasar más desapercibida pero es de gran importancia para aquellos inversores que pretendan invertir a largo plazo. Algunos brókeres la cobran simplemente por mantener las acciones en cartera. Por tanto, si tenemos una estrategia de inversión prudente a largo plazo, es muy importante encontrar un broker que ofrezca una cuenta sin comisión de custodia, como la de Self Bank.
Cuentas de bolsa sin comisión de custodia
Con Self Bank podemos operar en bolsa sin pagar comisión de custodia en ningún mercado, y sin necesidad de realizar operaciones de forma regular. Tampoco pagaremos comisiones de mantenimiento, ni por abono de dividendos u otros hechos corporativos. Como bien sabemos, todo lo que ahorramos en comisiones es dinero que se añade a nuestra rentabilidad final.
Además Self Bank nos ofrece todas las ventajas de ser un banco. De esta manera el dinero de los clientes está cubierto por la garantía depositaria del Fondo de Garantía de Depósitos, que cubre hasta 100.000€, así como la disponibilidad inmediata en cualquier momento. Los valores que compramos, sean acciones, ETF o warrants, están depositados en España, y por tanto regulados y supervisados por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores y sin los líos de modelos engorrosos (720 y D-6).
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