En el mercado podemos encontrar activos financieros de todo tipo. Cada uno tiene unas características propias y puede ser conveniente para una estrategia en un momento determinado. El buen inversor es aquel que sabe elegir el vehículo de inversión apropiado para su estrategia.
Algunos de los productos con más potencial de rentabilidad en los mercados son los conocidos como apalancados. También suelen conllevar más riesgo de lo normal, por ello es necesario conocer bien sus características para no llevarse sorpresas desagradables.
¿Qué son los productos apalancados?
En términos financieros algo está “apalancado” cuando existe crédito (alguien nos presta dinero) y por tanto la inversión no se realiza 100% con capital propio. A mayor crédito, menor es la parte necesaria de inversión propia. Esto implica que con relativamente poco capital podemos tener la misma exposición (y rentabilidad) que si invirtiéramos mucho más capital.
La dinámica se entiende fácilmente contraponiendo dos ejemplos de compra de acciones:
Ejemplo 1:
Compramos 10.000€ de acciones de una empresa. Si la empresa se revaloriza un 20% y vendemos nuestras acciones habremos conseguido 2.000€ de beneficios (un 20%).
Ejemplo 2:
Utilizamos un producto apalancado mediante el cual al invertir 10.000€ conseguimos una exposición equivalente a 20.000€ (alguien nos ha prestado el equivalente a 10.000€). En este caso se dice que el producto tiene un apalancamiento de 2 a 1, es decir, multiplica por dos nuestra inversión. Ahora si la empresa se revaloriza un 20% obtendremos 4.000€ de beneficios, que tras devolver los 10.000€ prestados nos dejará con un 40% de rentabilidad (4.000€ sobre nuestros 10.000€).
¿Cómo invertir en productos apalancados?
Hay muchas formas de invertir de manera apalancada. Una sería simplemente pedir el dinero prestado. Sin embargo, hay muchos activos financieros que ya llevan implícitos un grado de apalancamiento. La mayor parte de productos derivados (futuros, divisas, cfds…) se pueden utilizar para obtener apalancamiento sobre un activo subyacente.
Riesgos y Advertencias
Hemos visto como el apalancamiento puede multiplicar nuestros beneficios cuando lo utilizamos para invertir en un activo que se revaloriza. Sin embargo este efecto multiplicador se produce igualmente cuando el activo pierde valor. Esto quiere decir que podemos perder dinero muy rápidamente si invertimos de forma apalancada y el mercado va en nuestra contra.
Así como al invertir en una acción sólo podemos perder toda nuestra inversión si la empresa quiebra completamente, con el apalancamiento se puede perder el 100% de la inversión con una bajada moderada del activo subyacente. Incluso en determinados productos, como los CFDs, es posible perder más del capital inicialmente desembolsado, si bien el riesgo depende en gran parte del grado de apalancamiento que utilicemos.
Ventajas y Oportunidades
Para inversores principiantes la idea del apalancamiento es muy atractiva ya que ven cómo pueden multiplicar sus beneficios de forma considerable. Sin embargo ya hemos visto que esta manera de pensar viene acompañada de sus riesgos, ya que también es posible sufrir importantes pérdidas. El apalancamiento se puede utilizar de muchas maneras. Los inversores con más experiencia utilizan el apalancamiento para estructurar sus carteras y personalizar la exposición y riesgo que quieren.
Otro uso frecuente de instrumentos apalancados es la cobertura en momentos puntuales. Por ejemplo si tenemos una parte de nuestra cartera invertida en renta variable europea y se aproxima un acontecimiento que pensamos puede producir bajadas puntuales, pero no queremos vender todas nuestras inversiones (por el coste fiscal), una opción posible sería utilizar productos apalancados para invertir a la baja. Con esto neutralizaríamos el impacto de las bajadas en nuestra cartera. De esta manera con poco capital podemos “asegurar” toda nuestra cartera en caso de bajadas de los mercados.
Algunos productos financieros con apalancamiento
Futuros
Un futuro es un contrato a plazo negociado, por el que las partes se comprometen a la compra-venta de un activo determinado (denominado subyacente) en una fecha futura (fecha de liquidación) a un precio prefijado. Se negocian en mercados organizados por lo que pueden ser vendidos en cualquier momento de la sesión de negociación, que además suele tener un horario más amplio que en los mercados de contado. Mediante futuros podemos invertir en diversos activos como divisas, materias primas, índices de acciones, etc.
Al ser un producto apalancado debemos aportar garantías al mercado para evitar el riesgo de contrapartida. La garantía es un depósito de una parte del total de nuestra exposición. En el caso de los futuros las garantías se recalculan diariamente.
CFDs
Un Contrato por Diferencias (CFD) es un instrumento de inversión derivado al contado sin vencimiento, que permite realizar operaciones sobre los movimientos de los precios sin poseer el activo subyacente. Una de las ventajas de los CFDs, a parte de su uso del apalancamiento, es que nos permite invertir tanto al alza como a la baja (si pensamos que el activo subyacente va a bajar)
Divisas
La negociación de divisas nos permite, de forma simultánea comprar una moneda a cambio de la venta de otra moneda diferente, en base a la creencia de que una divisa va a evolucionar mejor que otra. Al operar con divisas podemos obtener también un elevado apalancamiento.
Cuentas de Bolsa a Crédito
Son cuentas que permiten obtener crédito para invertir en acciones y ETF cotizados en mercados regulados, depositando inicialmente tan solo una pequeña parte del total de la inversión. Por ejemplo, la cuenta Tentuplica de Self Bank ofrece un apalancamiento de hasta diez veces el capital inicial aportado por el inversor. Una de sus principales ventajas frente a los CFDs es que el inversor compra acciones reales, conservando todos sus derechos como accionista de la compañía, como asistencia a las juntas o el cobro del dividendo directamente de la compañía. Además, la negociación en mercados regulados ofrece ciertas garantías adicionales.
Conclusión
El apalancamiento puede ser una herramienta muy interesante para el inversor. Como siempre, su buen uso ha de partir del conocimiento del activo y sus implicaciones. Tanto si queremos realizar una estrategia de cobertura para nuestra cartera como si queremos añadir potencial de rentabilidad asumiendo un riesgo controlado, el apalancamiento puede ser una buena opción.