La demanda de nuevas tecnologías como los vehículos eléctricos, internet de alta velocidad, la realidad aumentada y el comercio electrónico, junto con el mayor ritmo de transformación digital tras el paso de la pandemia de coronavirus están impulsando el crecimiento a través de nuevos flujos de ingresos en la industria de la TMT: tecnología, medios y telecomunicaciones.
Esta fue una de las principales conclusiones de la última European TMT Conference de Morgan Stanley, una reunión virtual con más de 190 empresas y 1.400 inversores.
Pese a este creciente interés por productos y servicios que permiten la nube, las aplicaciones sobre blockchain y redes de nueva generación, las empresas están teniendo que luchar contra serios problemas del lado de la oferta, así como con incertidumbres económicas. Lo hacen mediante tres tendencias que están ganando fuerza:
1. Expandir las fuentes de ingresos
La transformación de los deportes televisados desde el inicio de la pandemia muestra la capacidad de algunas empresas de adaptarse a los cambios en los hábitos de consumo y expandir las fuentes de ingresos.
Los propietarios de los activos relacionados con el deporte y la propiedad intelectual, por ejemplo, fueron gravemente golpeados por la distancia social y la prohibición de público en las gradas. Pero supieron dar un giro digital y han logrado diversificar sus ingresos.
Este giro desde las fuentes tradicionales de ingresos (taquilla) las ha llevado a la monetización de sus marcas en el ecosistema digital, abriendo nuevos mercados como el coleccionismo, los e-sports y los NFT, que han proliferado gracias a las aplicaciones sobre la cadena de bloques o blockchain.
Las empresas de medios también han invertido en contenido premium bajo demanda para responder al mayor apetito de los consumidores. Han lanzado sus propios servicios de streaming y han invertido en contenido para conseguir suscriptores.
2. Gestionar la menor oferta de chips
Mientras que el mercado continúa con una fuerte demanda de microprocesadores para dispositivos conectados, desde móviles a vehículos eléctricos, la oferta continúa siendo limitada. Y se espera que siga siendo así durante todo 2022.
Para responder a la demanda de las empresas locales, pues la mayor parte de los chips provienen de Asia, se ha incentivado la producción local. La idea es reducir la dependencia de fuentes externas.
Por lo tanto, todos los ojos de la industria están puestos en cómo conseguir que la cadena de producción mundial mantenga el ritmo de crecimiento que exige la demanda global de microprocesadores.
3. Construyendo la conectividad de nueva generación
La instalación de la tecnología 5G, aunque está siendo lenta, sobre todo en EE.UU. y Europa comparada con Asia (Corea del Sur, China y Japón) podría tener un gran impacto.
Las nuevas tecnologías llegarán a todos los sectores gracias a la mayor velocidad y la menor latencia de la 5G. Ayudarán en la industria gracias a la automatización, a la sanidad gracias a la telemedicina, al comercio gracias a las compras mediante dispositivos virtuales y a los medios de comunicación con la expansión de los juegos para móviles.
Sin embargo, y a pesar de todo esto, las empresas no están invirtiendo en aplicaciones 5G. Hasta que las operadoras de telecomunicaciones no vean que los ingresos aumentan gracias al 5G tampoco invertirán en capital o en mejoras en la red y los equipos.
A medida que las empresas y los consumidores sean más usuarios, los inversores tendrán que vigilar si las operadoras se convierten en las grandes impulsoras de la 5G o si son las empresas tecnológicas las que invierten en sus propias redes, lo que restaría ingresos potenciales a las operadoras.
Estas son las tres grandes tendencias que van a marcar el sector de las TMT en los próximos meses y años. Las empresas que mejor las identifiquen y se adapten a sus necesidades podrían ser las nuevas líderes del mercado.
La operativa con productos cotizados está dirigida a inversores que deben tener experiencia y conocimientos financieros suficientes para invertir en ellos. La inversión en estos productos requiere una vigilancia constante de la posición ya que comportan un alto riesgo y se puede perder el 100% del capital invertido.
Antes de efectuar cualquier contratación, es recomendable informarse legal, regulatoria y fiscalmente sobre las consecuencias de una inversión.
Las decisiones que cada inversor adopte, tanto de inversión como de nivel de delegación y asesoramiento, son su responsabilidad.
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