La vuelta de vacaciones suele dar lugar a uno de los momentos críticos de la economía familiar: la cuesta de septiembre, para muchos más temida todavía que la cuesta de enero.
A ella se suma la avalancha de gastos acumulados durante las vacaciones de verano, que muchos asumen mediante el pago diferido de las tarjetas de crédito, y gastos propios del mes de septiembre, sobretodo relacionados con la vuelta al cole.
Vamos a analizar algunas tentaciones que debemos evitar, para que el retorno a la normalidad no sea más dificultoso de lo necesario para nuestra cuenta corriente.
Descontrol en la vuelta al cole
Los más pequeños vuelven a la normalidad con la vuelta al cole. Ahí se suelen sumar varios gastos que suponen un buen pellizco al presupuesto familiar: libros, material escolar, uniformes, etc.
Debemos evitar emocionarnos y comprar más cosas de las que realmente necesitan nuestros hijos, y tratar de re-aprovechar todo aquello que podamos, ya sea de ellos mismos, hermanos, familiares o amigos. Eso incluye desde libros al propio material escolar.
En general, todos tenemos la tentación de darle lo mejor a los reyes de la casa, y ahí solemos ser más generosos, si cabe. Y eso es más acusado aún en los padres primerizos, que pueden tener la ilusión de llevar a sus hijos “full equip”.
El gimnasio, el inglés, …
Septiembre es junto a enero el mes de las buenas intenciones, del inicio de curso en que volvemos con las pilas cargadas y nos vemos capaces de todo.
Es el momento ideal para que contratemos servicios que no vamos a usar realmente. Los idiomas o el gimnasio son perfectos ejemplos de ello.
Es importante que intentemos hacer una reflexión interna lo más realista posible, sobre si realmente vamos a ser capaces de tener la constancia suficiente para ir al gimnasio o a los cursos de idiomas antes, en la hora de comer o al salir del trabajo.
Una cosa es pensarlo cuando estamos relajados durante el período estival, y otra que lo cumplamos metidos en la vorágine del día a día.
Compras compulsivas
Además de lo necesario para la vuelta al cole que ya hemos comentado, es frecuente que en septiembre tengamos que afrontar algunas compras, o incluso es buen momento para unificar los suministros o buscar nuevas ofertas, para intentar rebajar la factura mensual.
Por ejemplo, la telefonía y los packs de televisión son un clásico que cada septiembre actualizan catálogo, así podemos aprovechar para racionalizar el gasto y ajustarlo a nuestras necesidades reales.
Los últimos días de vacaciones podemos intentar avanzarnos en esa tarea, ya que actualmente internet puede ser nuestro gran aliado para buscar las mejores ofertas sin que ello suponga salir de casa. Una vez volvamos a la rutina, seguramente dispongamos de menos tiempo para hacer ese trabajo de comparación que tan buenos réditos nos puede dar.
Sin presupuesto no hay paraíso
Las vacaciones son una época en la que los presupuestos se quedan en casa, y dejamos que la improvisación y el disfrute sean dueños de nuestra actividad. Por eso, es fácil que cuando volvamos nos cueste volver a planificar nuestros gastos y llevar una actividad ordenada.
Lo mismo sucede con la comida. Al venir de las vacaciones quizás hemos perdido los hábitos saludables, tanto de cocinar como de racionalizar el gasto. Establecer un presupuesto y un listado de productos que vamos a necesitar en nuestra planificación de comidas, nos ayudará a tener un gasto responsable y además será más fácil seguir una dieta saludable.