El concepto de banca está cambiando. Las startups FinTech han llegado para quedarse, incorporando sus avances a la banca tradicional y llegando hasta el último cliente. Inteligencia artificial y Big Data son sus principales motores.
Qué es inteligencia artificial.
Se necesitarían decenas de párrafos para definir en profundidad el concepto de IA, o inteligencia artificial. Sin extendernos demasiado, proponemos el siguiente resumen como referencia para orientar el artículo:
La IA es un sector de la informática centrado en la investigación y desarrollo de sistemas capaces de resolver tareas de forma similar a un humano, sin las limitaciones físicas propias de un humano y pudiéndose aplicar en cualquier ámbito para:
- Responder a una entrada de información como lo haría una inteligencia humana.
- Realizar tareas y movimientos propios en base a una inteligencia humana.
Para ilustrarlo, pensemos en dos ejemplos muy diferentes donde se aplica IA:
- Un automóvil capaz de estacionar por sí mismo. Recibe imágenes y mediciones de sus sensores para ordenar movimientos a su sistema motriz como si fuera una persona girando el volante, cambiando de marcha y pisando el acelerador.
- Software capaz de analizar las palabras de millones de tweets para interpretar un determinado pensamiento o posición social.
Prácticamente desde los orígenes de la Informática se ha pretendido que la computación sea capaz de resolver tareas siguiendo la inteligencia de un humano. Aquellos modelos teóricos y de aplicación en campos muy concretos han evolucionado, situando la IA muy cerca de la mayor parte de la población. Hoy día, todos estamos estrechamente vinculados con la tecnología, en casa, en el trabajo y en cualquier momento con nuestro smartphone. En este entorno tecnológico que vivimos, la interacción con algoritmos de inteligencia artificial es continua. Detrás de cualquier dispositivo conectado a Internet hay software y computación en la nube que usan técnicas de IA para hacernos la vida más fácil.
Y como no podía ser de otro modo, las FinTech también necesitan inteligencia artificial para muchas de sus aplicaciones:
FinTech, reinventando el sector bancario.
En la segunda década del siglo XXI los clientes demandamos servicios financieros, lo que ya no requiere ir al banco. El banco ha pasado de ser un lugar físico donde acudir a realizar operaciones de inversión y ahorro a ser una entidad que ofrece servicios online al usuario, sin requerir su presencia física.
Ese cambio de filosofía se debe, en gran medida, a la aparición de las FinTech. Éstas son empresas tecnológicas que se han adelantado al ofrecer y mejorar servicios que tradicionalmente han sido de la banca: comprar acciones, enviar dinero, administrar cuentas, etc. Al mismo tiempo que han creado métodos para automatizar y optimizar su funcionamiento interno, como sucede con las RegTech.
Ante la irrupción de las FinTech, los bancos han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos y servicios. Y en gran medida lo han hecho mediante la integración de las FinTech y su software en su esquema de funcionamiento. Así han mejorado en todos los ámbitos, y sus ventajas y nuevos servicios son fácilmente visibles para el cliente.
Inteligencia artificial y FinTech, la base del futuro de la banca.
Con una forma de razonar o resolver problemas similar a la humana y una capacidad de procesamiento exponencialmente mayor, la IA es una herramienta imprescindible para los servicios financieros, para las FinTech y, tras su integración en la banca, para los bancos.
En cientos de líneas de código se plantean todas las entradas de información posibles, se exploran todos los escenarios, se realizan pruebas e infinidad de iteraciones, se observan datos y se muestra un resultado. Además, todo el proceso retroalimenta el algoritmo para aprender y auto mejorarse (machine learning).
La inteligencia artificial utiliza redes neuronales para dar una solución humana a una tarea. Las FinTech, haciendo uso de la IA, crean mecanismos para solucionar problemas o realizar un servicio como lo haría un experto humano. En la banca, los servicios FinTech aplicando IA son capaces de ayudar al ahorrador en sus decisiones financieras (cómo distribuir los ingresos, cómo maximizar el ahorro, propuestas para invertir, fórmulas para pagar una hipoteca, etc.). Pero también son útiles para la propia banca, automatizando tareas y poniendo a su disposición información de sus clientes, riesgos y cumplimiento normativo. Lo vemos a continuación.
Algoritmos de trading y gestión de carteras.
Podría parecer ciencia ficción que un software sea capaz de asesorar a un cliente como lo haría un experto financiero. Pues ya es una realidad muy cierta, los gestores automatizados, o roboadvisors a finales de 2017, con tan solo tres años de vida en España, movieron 100 millones de euros según la AEFI (Asociación Española de FinTech e InsurTech). Y todavía es una cifra muy lejana a la de Estados Unidos, donde los ahorradores confiaron unos 20.000 millones de euros a los roboadvisors. Una de las claves de su expansión son sus bajos costes de gestión de carteras, con comisiones muy inferiores a los de la banca tradicional.
Detrás de los gestores automatizados hay algoritmos de trading que toman decisiones siguiendo unos parámetros preestablecidos por la FinTech. En base a unos datos de entrada como el tipo de inversión deseada o el perfil de riesgo, analizan todas las variables, rastrean fondos y estudian los mercados para terminar configurando una cartera óptima de inversión. Al mismo tiempo, todo ese proceso retroalimenta al algoritmo para corregir cualquier error y mejorar su eficiencia en posteriores cálculos.
Las oportunidades que brindan las FinTech al pequeño inversor son inmensas gracias a la IA y al Big Data. Los asesores financieros independientes ofrecen su experiencia para recomendar una determinada configuración de carteras, pero hasta el cerebro humano más prodigioso se queda muy pequeño al compararlo con la capacidad de procesamiento del software de las FinTech. Con tal velocidad de cálculo y el enorme volumen de datos capaz de analizar, no es difícil esperar buenos resultados de sus carteras de inversión, lo que justifica su rápida expansión y la pronta aceptación de los inversores.
Gestión de cuentas bancarias automatizada.
La IA no solo muestra su músculo en la inversión. En la relación diaria con la banca el ahorrador también puede verse beneficiado con su potencial. Existen startups que estudian el perfil del ahorrador como si de un psicólogo financiero automatizado se tratase. Analizan sus hábitos de consumo, ahorro e inversión para ofrecerle un mejor asesoramiento.
Ese asesoramiento también podría ser realizado por otro servicio FinTech, permitiendo al cliente optimizar el dinero de sus cuentas, separando parte para los gastos habituales (como los recibos o compras frecuentes), para pagar la hipoteca y otros préstamos y, con el excedente, proponer un plan de ahorro optimizado.
Los chatbots son otro importante aporte para la relación entre una empresa y sus clientes, que también puede utilizarse en la banca. Son ventanas de conversación disponibles 24 horas en las que un algoritmo es capaz de seguir una conversación, responder cualquier duda que pudiese tener el cliente y realizar trámites de manera autónoma.
Gestión de riesgos con RegTech.
En un artículo específico vimos que existen FinTech que optimizan la gestión de riesgos de las entidades financieras. Su software, habitualmente ejecutado desde la nube, permite a los bancos controlar el cumplimiento de la normativa vigente, detectar posibles fraudes y transacciones sospechosas, automatizar tareas de reporting y detectar turbulencias o riesgos potenciales en los mercados. Como cabe esperar, para las RegTech los algoritmos de inteligencia artificial también son imprescindibles.