El sector global de la alimentación está en constante evolución debido a una creciente demanda, a los cambios en los gustos de los consumidores y a la digitalización, que transforma el cómo producimos, procesamos y consumimos la comida. La innovación tecnológica que viene presenta oportunidades de inversión en toda la cadena de valor.
Las cifras estimadas por las instituciones son muy reveladoras: la población mundial alcanzará los 9.700 millones de personas en 2050, a base de crecer a un ritmo de 60 millones más cada año. Para alimentarlas, habrá que aumentar la producción mundial de comida un 70%.
Como ejemplo, el consumo de aves de corral en China ya ha superado al de Estados Unidos. Sin embargo, en base a la renta per cápita anual, para acercarse al consumo del país norteamericano, el país asiático debería cuadruplicar sus cifras.
Por otro lado, en los países desarrollados se está produciendo otro cambio muy relevante: cada vez más consumidores se decantan por la producción sostenible y la alimentación saludable. Tanto es así, que las ventas de alimentos orgánicos ya suponen dos dígitos porcentuales en algunos mercados y se espera que sobrepasen la producción convencional, dado que los consumidores ahora entienden mejor los efectos medioambientales y sobre la salud de sus opciones alimenticias.
Nuevas tecnologías que cambian la producción
Siempre se ha dicho que uno de los sectores que más tardaba en adaptarse a las nuevas tecnologías era el agrícola, quizás porque era muy dependiente de factores externos como el clima o las enfermedades.
Sin embargo, ahora los granjeros se benefician de mejores predicciones meteorológicas, mayor capacidad de almacenaje y mayor capacidad de recoger y analizar datos. Prueba de esta evolución tecnológica fue la compra por parte del fabricante de maquinaría agrícola John Deere de la start-up robótica Blue River Technologies.
Por ejemplo, el aprendizaje de las máquinas (machine learning en inglés) permite que los equipos agrícolas distingan entre malas hierbas y cosechas, para que apliquen automáticamente herbicidas cuándo y dónde sean necesarios, reduciendo así el consumo de químicos.
En lo que respecta a la aplicación del Big Data, los laboratorios desarrollan elementos biológicos que hacen crecer las plantas o que las inmunizan contra ciertas enfermedades. Por ejemplo, la firma danesa Novozymes ha desarrollado un fertilizante que mejora la nutrición de las plantas. Y la start-up Indigo Agriculture recoge información genética y microbiana de plantas que han crecido bajo condiciones complicadas para ofrecer semillas que se adapten mejor a unas condiciones geográficas o climáticas concretas.
Aumenta la seguridad alimentaria
La innovación tecnológica quiere ser menos intrusiva con los alimentos. Como referencia, una firma de San Francisco, Impact Vision, pretende reemplazar las pruebas tradicionales sobre alimentos con una imagen no invasiva de la longitud de onda que emiten los materiales. El objetivo es combinar imágenes con el aprendizaje de las máquinas para que valoren el estado de los alimentos (niveles de frescura, grasas, humedad y proteínas) sin tener que abrir el envase.
Además, estos dispositivos serían capaces de detectar el fraude en el pescado descongelado para que no lo vendan como fresco, con el objetivo final de que sean los consumidores los que dispongan de estas aplicaciones en sus móviles.
Y en la acuicultura, la tecnología está permitiendo que las granjas de salmones se sitúen en aguas más profundas al escasear el espacio en la costa, y que algunas firmas, como la noruega Bakkafrost, aumenten el peso de los salmones jóvenes que cría en piscinas y se reduzca su mortalidad, al tiempo que permite reciclar el 99,7% del agua utilizada en el proceso.
Más allá de las firmas de bioquímica, las nuevas tecnologías sobre semillas darán a los granjeros mejores herramientas para nutrir y proteger las cosechas y animales, tanto en tierra como en el mar.
La tecnología está cambiando la forma en que producimos, procesamos y transportamos los alimentos. Estos cambios tendrán un impacto relevante en el sector de la alimentación que podrá beneficiarnos como consumidores, pero también, si seguimos los cambios de cerca, como inversores, gracias a las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías.
En este sentido, son muchas las gestoras que han lanzado al mercado fondos de inversión y ETF con temáticas como la alimentación y la agricultura.
En cuanto a los ETF o fondos indexados encontramos algunos como el S&P Cmmdity Prdcers Agrbusz Index NR USD – isin IE00B6R52143 – ticker ISAG con el que puedes operar a través de la Cuenta de Bolsa de Self Bank.
En cuanto a fondos de inversión, la oferta es muy variada:
Nombre del fondo | ISIN | Divisa |
Pictet-Nutrition R | LU0366534773 | EUR |
DPAM INVEST B Eqs Sust Food Trnds | BE0947764743 | EUR |
Amundi Fds CPR Global Agriculture SU-C | LU0347595372 | USD |
RobecoSAM Sustainable Food Equities D EUR | LU0374106754 | EUR |
DWS Invest Global Agribusiness NC | LU0273147594 | EUR |
BGF World Agriculture E2 EUR | LU0496654822 | EUR |
Allianz Global Agricultural Trds CT EUR | LU0342689832 | EUR |
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