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¿Te parece lo mismo invertir en Bolsa que realizar una apuesta deportiva?

Cuando hablamos de bolsa, seguro que todos nos encontramos con mucha gente que lo considera un juego, un casino. De hecho, hablan de jugar a bolsa, no de invertir o comprar. Eso resume en buena medida el ideario colectivo de cierto desprestigio por la inversión en renta variable. En cambio, curiosamente no se suele decir jugar a las apuestas deportivas, sino simplemente apostar. En esta entrada vamos a comparar ambas alternativas, y ver qué similitudes tienen y cuáles son las diferencias entre una y otra opción.

La Apuestas deportivas, fenómeno online

Las apuestas deportivas no son nada nuevo. En países como Inglaterra hay una gran tradición de empresas que se dedican a esa actividad desde hace muchos años. Sin embargo, la eclosión de internet abrió una nueva era, tanto para las posibilidades de negocio de esas empresas como para la popularización de su actividad en la mayoría de países del mundo.

En el caso concreto de España, teníamos la quiniela, pero era algo mucho más rígido, limitado a los partidos de primera y segunda división, y una vez a la semana. Además, podríamos acertar el 70% de nuestras apuestas, y en cambio no obtener ninguna recompensa.

Similitudes

La parte emocional: Actualmente podemos apostar a casi cualquier evento deportivo que tenga lugar, en todos los deportes y con múltiples modalidades. Además de las apuestas anticipadas, tienen mucho éxito las apuestas en vivo, que permiten apostar en tiempo real mientras se está jugando un partido. Eso le da una dosis de emoción que hace que la apuesta no sea simplemente una transacción económica y que intervenga un cierto aspecto emocional.

Para algunos, puede ser una afición seguir los eventos deportivos a la vez que hacen sus apuestas.  Ese componente emocional seguramente sea el punto que tengan más en común las inversiones en bolsa y las apuestas deportivas para aquellos que operan a corto plazo. Una persona que invierte en transacciones intradía tiene un perfil inversor similar al de un apostante.

El análisis de nuestra apuesta/inversión: Los que consideran las apuestas de un modo más “profesional” también indican que analizan las probabilidades de éxito, valiéndose de información estadística y de toda aquella que pueden recabar. Eso nos suena, ¿verdad? Análisis técnico, análisis fundamental…

Diferencias

Hay muchas diferencias entre ambos mundos, pero vamos a destacar las más evidentes.

Horizonte temporal: Es evidente que las apuestas tienen un factor tiempo claramente de inmediatez, salvo en las apuestas para el ganador de un torneo. Por ejemplo, ahora podemos apostar quién ganará la Champions League en 2017. En cambio, las inversiones tienen en general un horizonte temporal tan largo como queramos. Nuestra inversión no caduca, y por ello podríamos llegar a tener acciones de una empresa en teoría hasta el infinito.

Todo o nada: Lo más parecido a las apuestas en el mundo de la inversión son las opciones binarias, que como su nombre indica es una especie de apuesta en la que nos llevamos todo el beneficio si acertamos, o perdemos la apuesta si no. Las apuestas deportivas funcionan del mismo modo: si apostamos a la victoria de un equipo, si ésta no se produce perdemos todo lo invertido.

Cuando invertimos, esto no es así, salvo que la empresa quiebre, y en ese caso es posible que aún recuperamos algo de lo invertido en la liquidación de la empresa. Los mercados son muy volátiles y si nuestra inversión tuviera una fecha de caducidad, seguramente las probabilidades de ganar dinero serían limitadas. En cambio, al no tener una fecha de corte, no tenemos pérdidas hasta que no decidamos vender. Si no lo hacemos, somos dueños de una empresa, y eso tiene un valor.

Fiscalidad: A raíz de la gran aceptación popular que han tenido tanto las apuestas deportivas como el póker online, los gobiernos de la UE se pusieron manos a la obra para obligar a las empresas a reportar la operativa de sus clientes, exigiendo a las casas de apuestas a tener una licencias, siendo uno de sus obligaciones reportar datos fiscales. El problema es que a nivel fiscal se tienen en cuenta sólo los beneficios netos. Es decir, se pueden compensar pérdidas, pero sólo durante el ejercicio, sin dar lugar a créditos fiscales.

La casa siempre gana: A diferencia de los mercados cotizados, en los que las bolsas cobran una comisión pero es el propio mercado el que fija los precios, en el caso de las apuestas es la casa de apuestas la que fija la cuota, en base a sus intereses, y cada una con sus márgenes de ganancias.

Factor suerte: Toda apuesta o juego tiene una variable de imponderable, que es lo que le da cierta emoción. En los eventos deportivos, a menudo no sucede lo más probable. En cambio, en las inversiones invertimos en base a los datos que están en nuestro poder y en teoría las cotizaciones reflejan los valores en base a la información disponible por todos los actores del mercado (es lo que dice la teoría de los mercados eficientes). Por tanto, si todo fuera perfecto, el factor suerte en las inversiones no debería existir.

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