El fútbol profesional es más que una afición para gran parte de la población mundial. Aparece en las conversaciones de cada día, es el protagonista de las noticias deportivas y sus resultados llegan a condicionar el estado de ánimo de muchas personas. En España seguimos el fútbol en todas partes, desde la liguilla del colegio de los niños, el equipo local, las categorías inferiores y, por supuesto, LaLiga, y hasta la Premier inglesa o la Serie A italiana.
Las cifras económicas detrás del deporte rey son escandalosas. La última estimación posiciona el negocio del fútbol europeo en 25.500 millones de euros anuales, de los que más de 15.000 proceden de las cinco principales ligas del mundo: España, Alemania, Italia, Francia e Inglaterra. En nuestro país, entre la primera y la segunda división, los clubs ingresaron casi 3.500 millones, sin incluir los traspasos.
El fútbol en la Bolsa.
Por muy bonito que sea el fútbol como deporte, no cabe la menor duda de que tras el espectáculo priman las motivaciones económicas. Sucede así en todos los niveles, desde la abultada ficha de los jugadores hasta la suscripción para ver el partido en casa.
En las últimas décadas varios clubs europeos destacados, o mejor dicho, sus respectivas sociedades deportivas, han buscado financiación en la Bolsa. El Tottenham fue el primero, allá por 1983, seguido por otros grandes equipos europeos. La lista de sociedades deportivas cotizadas siguió creciendo y en 2002 apareció un índice que recogía a los principales clubs del Viejo Continente. Hay noticias que vaticinan la próxima incorporación de equipos españoles, pero de momento, estos son los 22 componentes del STOXX Europe Football, o FCTP:
Aunque sea el índice referencia para invertir en fútbol, otros grandes equipos han preferido mantenerse fuera del FCTP. Es el caso del Tottenham o del Arsenal, que cotizan en la bolsa de Londres, o el del Manchester, en la de Nueva York.
Invirtiendo en fútbol.
El STOXX Europe Football lógicamente se ve afectado por los resultados deportivos de sus componentes y por el mercado de fichajes. Pero además, al igual que cualquier otra empresa que cotice en mercados de renta variable, la oferta y demanda de acciones afecta directamente a su valor.
Para el inversor aficionado al fútbol puede ser una alternativa interesante. No obstante, hay que saber separar el perfil de aficionado, del de inversor, pues en el mercado de acciones de equipos de fútbol hay otros criterios más allá de los meramente los deportivos. Cabe recordar que es un mercado volátil, donde la liquidez no siempre es la deseada.
Repasando la evolución del índice, vemos que desde su creación en 2002 ha fluctuado enormemente. Si bien es cierto que hay períodos concretos en los que invertir en fútbol puede ser más rentable que el IBEX35 o el S&P500, su volatilidad nos obliga a ser especialmente cautos. Replicando su valor, a día de hoy podríamos acumular pérdidas que alcanzarían el 50% partiendo de 2002, 2008 o 2011. Así, por ejemplo, la subida del 30% de 2010 quedó anulada con la caída del 40% al empezar 2012. Y desde 2015, el agregado atraviesa ejercicios de crecimiento moderado, con una cotización que oscila entre los 90 y los 120 puntos.
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