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¿Cómo se está comportando la economía de México tras la llegada de Donald Trump?

Map boundaries USA and Mexico

El día 9 de noviembre de 2016 es una fecha que difícilmente olvidarán los mexicanos. Tras una campaña electoral marcada por las críticas a los inmigrantes ilegales y la amenaza de levantar un muro en la frontera, finalmente se produjo lo que muchos temían: Donald Trump derrotó a Hillary Clinton en las urnas. Las consecuencias que puedan tener los menores intercambios comerciales entre ambos países determinarán en gran medida el futuro de la economía de México.

 

 

Tras un impacto inicial muy acusado en los mercados financieros del país (tanto en el de divisas como en bolsa y renta fija), los ánimos se han ido calmando progresivamente.

¿Cómo ha evolucionado el principal índice bursátil mexicano IPC (no confundir con inflación)?

La bolsa mexicana ha subido en lo que llevamos de año casi un 3% ya que el miedo inicial ya ha pasado y hay un sentimiento de que si el peso se deprecia, muchas empresas mexicanas se verán favorecidas. Esta es una situación similar a la ocurrida en Reino Unido, donde la bolsa de Londres cotiza en zona de máximos históricos gracias a la devaluación de la libra.

Además, existen muchas empresas mexicanas cotizadas dedicadas a las materias primas. Este es un sector que atraviesa un buen momento curiosamente gracias a las perspectivas de mayor gasto en infraestructuras por la parte de la Administración Trump, lo que hará aumentar la demanda de materiales.

Una de las mayores compañías mexicanas es America Movil, propiedad de Carlos Slim. America Movil solo obtiene un 28% de sus ingresos en México y no solo cuenta con una importante presencia en el resto de Latinoamérica sino también en EE.UU., de donde provienen el 14% de su negocio.

 

¿Cómo está reaccionando el banco central?

El Banco de México tiene un gran trabajo por delante. Se encuentra en un proceso de subida de tipos destinado a contener la inflación y reflotar el peso mexicano.

Al igual que hacen los bancos centrales de los países nórdicos cuando el BCE sube o baja tipos, el Banco de México ya estaba replicando los movimientos de la Reserva Federal. Pero tras la elección de Trump esta tarea se está intensificando; solo una semana después de las elecciones subió tipos desde el 4,75% al 5%, y a día de hoy ya están en el 6,25%.

El bono mexicano sufrió una caída importante de precios el día posterior a las elecciones fruto de las dudas sobre el futuro de México y su capacidad para pagar a sus acreedores. Esta caída de precio se tradujo en un repunte de la rentabilidad, aunque por el momento las agencias de rating le han mantenido la calificación, que se encuentra al mismo nivel (BBB+) que la española, por ejemplo.

Elevando tipos consiguen aumentar la rentabilidad de la deuda mexicana y hacerla más atractiva para inversores internacionales, que para adquirirla deben comprar pesos mexicanos. Es de esta manera cómo lograr que la divisa suba:

La depreciación del peso también provoca un aumento de la inflación ya que encarece los bienes importados. El nivel de precios se encontraba en el 3% antes de las elecciones y se ha disparado hasta el 4,7%, por lo que la política monetaria también tiene que ir encaminada a estabilizar la subida de precios.

 

No hay mal que por bien no venga

Muchos ven en esta situación una oportunidad única para dejar de ser tan dependiente de EE.UU., ya que hasta ahora el 80% de sus exportaciones se realizaban a sus vecinos de arriba.

Además de con EE.UU. el país cuenta con hasta 44 tratados comerciales con otros países entre los cuáles está España, su 6º socio comercial. Cada vez se habla más de China como un país que podría ocupar el hueco que dejen las menores relaciones comerciales con EE.UU.

Los fabricantes de vehículos japoneses controlan un 29% del mercado mundial y son conscientes del nivel de sofisticación y de mano de obra cualificada al que ha llegado la industria mexicana. La experiencia que ha alcanzado la industria del país y la caída del peso mexicano lo convierten en un lugar idóneo para la fabricación de automóviles japoneses y europeos.

 

El tercero en cuestión: Canadá

El caso de Canadá es diferente ya que el país no tiene tanta dependencia de EE.UU. Su banco central bajó por última los tipos en julio de 2015 hasta el 0,50% y desde entonces no los ha modificado.

El presidente del país se reunión en febrero con Trump y respiró tranquilo al oír que los cambios del NAFTA (North American Free Trade Agreement) afectarán principalmente a la relación de EE.UU. con México y no tanto con Canadá.

A sabiendas de que su relación con México es también importante, su ministro de asuntos exteriores y su homólogo en México han dicho públicamente que el nuevo acuerdo comercial que sustituya al NAFTA deberá ser negociado a tres bandas, y no mediante acuerdos bilaterales.

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