El término SHEconomy procede el inglés: She, ellas y economy, economía y es relativamente joven. Nunca antes se habían conseguido tantos progresos en la igualdad de sexos y nunca se había hablado tanto de ello, sobre todo de ese vínculo positivo entre diversidad de sexo y economía.
Dos recientes trabajos de Morgan Stanley Research ponen énfasis en esta nueva realidad desde dos nuevos ángulos que ayudan a entender por qué se ha creado el término SHEconomy.
En el primero de ellos, explica cómo el crecimiento de la población femenina estadounidense en edad laboral (muchas de ellas solteras y centradas en su carrera laboral) logrará una mayor representación en el mercado, ayudará a impulsar los salarios y mejorará los productos en varias categorías.
En un segundo trabajo, se identifica cómo las empresas con mayor diversidad de sexos tienden a ser más grandes y a ofrecer mejores retornos con una menor volatilidad.
Las claves de la SHEconomy
Una de las claves de la SHEconomy es evidente: en 1980 una mujer ganaba 64 centavos por cada dólar que ganaba un hombre. Según el Bureau of Labor Statistics; hoy, la brecha se ha estrechado a entre 77 y 85 centavos. Pero hay más, porque según los datos históricos del Census Bureau el 45% de las mujeres en edad de trabajar (25-44 años) estará soltera en 2030 frente al 41% de 2018.
Como se percibe hoy en las empresas, las mujeres están retrasando el matrimonio porque eligen continuar solteras o porque se divorcian antes (50 y 60 años). También están retrasando la maternidad y teniendo menos hijos que en el pasado.
Además, las mujeres controlan una mayor parte de los presupuestos de consumo. Aportan cerca de 7 billones al PIB de EE.UU. por año, según el Centre for American Progress, y son las principales compradoras en el 72% de los hogares, según una encuesta de consumo elaborada por MRI-Simmons.
Las mujeres se están graduando más que los hombres y ya son el primer salario en casi el 30% de los hogares con matrimonios y cerca del 40% del total. Por todo ello, la SHEconomy marca una tendencia que impulsará segmentos de la economía en los que las mujeres gastan habitualmente más, incluyendo moda, cuidado personal, comida para llevar, lujo o vehículos eléctricos.
Por otro lado, el peso de las mujeres también ha crecido en la política y los negocios, no solo como emprendedoras: en Estados Unidos ya suponen el 25% del Congreso frente al 2% de 1970. En España, de los 350 diputados del Congreso, 166 son mujeres, el 47,4%, el dato más elevado de la historia, que nos lleva a ser el país con más diputadas de Europa. Además, desde 2010, el porcentaje de mujeres ejecutivas ha crecido en todas las regiones del mundo, sobre todo en Asia (excluyendo Japón), prácticamente duplicando los datos.
Buenas noticias para las mujeres, son buenas noticias para las empresas
La SHEconomy viene avalada por las cifras que demuestran que las firmas con mayor diversidad de sexos se benefician por las experiencias que traen las mujeres, lo que se traduce en mejores inversiones y retornos.
Por ello, se ha creado el HERS (Holistic Equal Representation Score) una forma de confirmar estas afirmaciones midiendo el porcentaje de mujeres en los consejos de administración, ejecutivas y empleadas, particularidades de las distintas industrias y diferencias regionales.
Pues bien, las empresas con un nivel más alto de HERS tienden a ser grandes empresas con elevadas rentabilidades por dividendo, ofrecen menos volatilidad y exposición al riesgo. Aunque las empresas estadounidenses con elevado HERS tienen un mayor ROE, mientras que las europeas y asiáticas ofrecen un menor ROE.
Así, la SHEconomy marca una tendencia clara: en los últimos ocho años, las acciones de las empresas más diversificadas han batido a las demás en las regiones cubiertas por los MSCI, incluso tras ponderar factores tales como el tamaño, la rentabilidad, el beneficio y el riesgo.
Para concluir, tanto si la diversidad impulsa una mejor evolución como si solo es un reflejo de una estrategia de las empresas, la relación se va a acentuar, pues las mujeres juegan un papel cada día más prominente en el mercado laboral y, por tanto, en la economía global.