Se acaban las vacaciones y aumentan los divorcios y, por tanto, la división de bienes.

Las vacaciones llegan a su fin y tras pasar unos días junto a la pareja o familia los índices de divorcios y separaciones se incrementan. El aumento de las horas libres con la pareja, en ocasiones, provoca más conflictos domésticos, conflictos que muchas veces durante el resto del año se dejan apartados por la rutina, el cansancio y el estrés laboral. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los divorcios crecieron en España un 0,3% y se registraron 96.824 divorcios, 4.353 separaciones y 117 nulidades matrimoniales. Unas cifras que sitúan a España como uno de los países con la tasa de divorcio más alta del mundo.

El coste del divorcio puede oscilar entre los 450 o 600 euros de un divorcio exprés a los 3.600 euros que podría costar de media un divorcio por contencioso. Pero además del desembolso que supone el trámite de la separación, tras la ruptura llega el reparto de los bienes.

La división del patrimonio es uno de los puntos más conflictivos. Este reparto dependerá del régimen económico con el que se rija el matrimonio. En el caso de los bienes gananciales hay que dividir el patrimonio tras el acuerdo o sentencia; pero, también se deben tener en cuenta aspectos como el reparto de los fondos de inversión, de los planes de pensiones, de la vivienda, la cancelación de tarjetas de crédito o la modificación de la situación fiscal.

Hay que tener en cuenta que en el caso del régimen de gananciales los beneficios que obtiene cada uno de los miembros de la pareja a partir de la fecha de la boda son comunes, a excepción de los bienes privativos obtenidos antes del matrimonio así como las herencias o donaciones. Por su parte, en la separación de bienes cada cónyuge mantiene el patrimonio de forma independiente, aunque se haya obtenido algo conjuntamente.

Fondos de inversión.

Si se trata de bienes gananciales, el 50% del valor de la cartera de acciones iría destinada a uno de los cónyuges, y el  50% restante  al otro. “Por ejemplo, si la pareja cuenta con fondos de inversión habría que hacer dos partes iguales con los saldos o participaciones para que una entidad financiera distribuya estos activos. Al no existir venta no se requiere el pago de impuestos, salvo que las partes efectivamente optaran por reembolsar previamente al reparto”.

Planes de pensiones.

Este punto es diferente. Un plan de pensiones es de titularidad privada. La cuantía aportada será únicamente del beneficiario del plan, aunque este se haya conseguido durante un matrimonio en bienes gananciales.

Vivienda.

A la hora de realizar las escrituras de la propiedad de la casa se debe reflejar si uno de los cónyuges ha aportado una cantidad de dinero mayor, así como si el dinero corresponde a una herencia o donación, con el fin de tenerlo en cuenta para llevar a cabo un reparto proporcional de la misma. Desde el punto de vista fiscal, se pagarían menos impuestos si se realiza una extinción de condominio, en lugar de acudir al notario y firmar una escritura de compraventa para la transmisión de su parte del piso al otro cónyuge.

Fiscalidad.

El tema fiscal es uno de los aspectos más importantes, ya que el cambio de estado civil tendrá efecto en la declaración de la renta. En este punto no debe olvidarse el régimen o custodia de los hijos, una de las principales deducciones fiscales.

Cuentas.

Tras el divorcio y el reparto de los bienes se debe actualizar la documentación legal de las personas autorizadas en la cuenta, así como el resto de documentos financieros.

Tarjetas de crédito.

Se deben cancelar las tarjetas de crédito de las cuentas conjuntas para evitar gastos sorpresa por parte de la otra parte de la pareja, así como revisar los pagos domiciliados en la cuenta.

Joyas u obras de arte.

En el reparto de activos como joyas, obras de arte, colecciones, etc., lo recomendable es contar con un tasador que valore las mismas y elaborar una proposición de reparto de los bienes entre la pareja.

 

Para minimizar económicamente el impacto de un divorcio el primer consejo sería intentar consensuar con la pareja todas las decisiones, no hacerlo puede conllevar un incremento en el gasto; además, es importante tomar conciencia de la nueva situación financiera y elaborar un presupuesto acorde a ella, calcular los gastos fijos mensuales en relación a los ingresos individuales, elaborar un nuevo plan financiero y tomar el control de las finanzas.