El propósito es claro: disfrutar de nuestras merecidas vacaciones sin arruinarnos. Para este verano 2019 tenemos el reto de llegar a septiembre sin la cuenta a cero y para lograrlo iremos dando pasos semanalmente hasta el pistoletazo de salida de las vacaciones. Y como las casas hay que construirlas de abajo a arriba, comenzaremos por la base de este plan de ahorro: el presupuesto.
Elaborar un presupuesto de cara a las vacaciones es fundamental, ya que nos permitirá organizarnos para lograr el objetivo sin tener que privarnos de nada y sin tener sobresaltos a la vuelta del viaje. Aunque elaborar un presupuesto mensual debería ser algo habitual en los hogares, no es algo muy común en España, donde solemos vivir más al día.
Está comprobado que una buena planificación de las finanzas personales permite afrontar mejor los gastos, sobre todo los imprevistos, y ahorrar. Por ello, vamos a ver cómo podemos hacer ese presupuesto que nos va a guiar hasta nuestro objetivo final.
Al detalle
A priori, elaborar un presupuesto mensual parece sencillo. Consiste en sumar los ingresos y los gastos por separado y restar las cantidades resultantes. Bien, ese es el concepto básico, pero por medio hay muchos matices. Porque para poder ahorrar y cubrir todos los gastos hay que detallar todas las necesidades que tenemos y las que podemos tener de aquí a las vacaciones.
En primer lugar están los ingresos. Si el presupuesto se hace en familia, hay que sumar todos los ingresos que entren en casa, especificando lo que ingresa cada uno o la parte que aporta. De este modo, tendremos el montante bruto del que dispondremos en las vacaciones. Sí, bruto, es decir, sin descontar los gastos, que vienen a continuación.
Teniendo en cuenta que el presupuesto es para las vacaciones, los gastos serán más que en un presupuesto habitual, pues hay que sumar esos gastos cotidianos a los extraordinarios de los meses estivales. Por ello, hay que tener todo muy atado para que los imprevistos no acaben frustrando el objetivo.
En primer lugar están los gastos fijos, como la alimentación, las facturas mensuales -teléfono, luz, agua, alquiler/hipoteca, impuestos, Internet…-, transporte -público o la gasolina del coche/moto-, o las actividades que desarrollemos -gimnasio, danza, música, idiomas, etc.-. Como normalmente el importe de estos gastos suele ser fijo, será sencillo calcular cuánto habrá que destinarle hasta las vacaciones.
No obstante, hay otra serie de gastos que pueden venir por el camino para los que hay que estar preparados. Para ello, crearemos un ‘Fondo de gastos A.V’ (antes de vacaciones), en el que meteremos el dinero para afrontarlos. Hablamos de los cumpleaños que tengamos en ese periodo de tiempo, si hay que hacer frente al pago de algún seguro o alguna reparación que pueda surgir. Para ello, destinaremos a este fondo una cantidad fija en los meses que medien hasta vacaciones. Por ejemplo, si sabemos que tendremos que pagar en tres meses el seguro del coche y son 300 euros, pues destinaremos 100 euros cada mes al fondo. Así dolerá menos efectuar el pago que si se hace de golpe.
Los gastos vacacionales, el capítulo aparte
Como ya hemos señalado, el capítulo de gastos de este presupuesto es más abultado, ya que hay que incluir los asociados con las vacaciones. Para ello hay que fijar una cantidad para gastar en total que se establecerá según el destino y la duración del viaje. En ella se incluye el viaje -billetes de avión, tren o autobús o gasolina para el coche-, el alojamiento, la comida, las visitas turísticas y otros gastos extra -compras, salidas de ocio, etc.
Estos gastos van a condicionar en buena medida el presupuesto, pues dependiendo del viaje ajustaremos el resto de gastos. Por ello, es importante tener ya decididas las opciones de viaje con sus correspondientes costes para poder elaborar un presupuesto fiable, pues si después esos gastos se disparan el presupuesto queda en papel mojado.
Teniendo en cuenta este gasto especial, podremos distribuir el resto de gastos cotidianos. Eso implicará, por ejemplo, que esos meses hasta vacaciones probablemente no se pueda ahorrar tanto o no se pueda hacer muchos planes de ocio. Porque no olvidemos que el objetivo es llegar a septiembre sin quedarnos a cero. No obstante, hay una opción para cumplir los objetivos sin privarse de nada.
Que el presupuesto se convierta en hábito
El objetivo, además de lograr las vacaciones soñadas sin arruinarnos, es incluir el presupuesto en nuestra vida. Es decir, que cada mes hagamos uno para distribuir mejor los gastos y poder ahorrar más y mejor. Llevar la contabilidad del hogar al día es muy importante para poder hacer frente a imprevistos o darse un capricho de vez en cuando.
Además, esto se traduce en más salud. Sí, porque sabiendo llevar las cuentas personales se afrontarán los pagos con holgura y desaparecerá ese estrés y esa ansiedad que aparecen cuando no se puede hacer frente a las deudas. Unos problemas que pueden acabar siendo más graves de lo que pensamos y que tienen una sencilla solución. Se llama presupuesto.
Así que la primera tarea que tienes sobre la mesa para seguir nuestro reto, no es otra que preparar tu presupuesto. ¿Sencillo, no crees?
Reto Self Bank
Semana 1 → Mis primeras vacaciones sin dejar la cuenta a cero
Semana 2 → ¿Qué es eso del presupuesto? Cómo estructurar tus finanzas personales de cara al verano
Semana 3 → Los detalles que te harán ahorrar de cara a este verano
Semana 4 → Busca y rebusca para tener unas vacaciones de ensueño sin tirar la casa por la ventana
Semana 5 → Si tu destino está en el extranjero, pide tu moneda online y ahorra con un buen descuento.