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¿Qué tipo de ahorrador eres?

Seguro que cuando llega la cuesta de enero al inicio de año o la vuelta de las vacaciones en septiembre, te planteas cómo puedes ahorrar mediante algún plan para mejorar tu situación financiera en los próximos meses o años.

Y también conoces a gente de tu trabajo, entorno familiar o amigos, que con unos ingresos similares a los tuyos tienen una situación financiera mucho mejor en unos casos, y mucho peor en otros. No es casual. Como ocurre en otras facetas de la vida, hay determinadas tipologías de personas, que bien por la educación recibida o por su propia naturaleza, tienden a tener un comportamiento u otro.

Qué es ahorrar

Ahorrar no deja de ser aplazar nuestro consumo actual a favor de un consumo futuro. Esto tiene sentido, o bien porque esperamos que en el futuro ese ahorro nos pueda proporcionar más utilidad/felicidad que el consumo actual, o bien porque podamos poner a trabajar ese ahorro para que crezca y nos permita poder consumir más en el futuro.

De ahí que sea importante no sólo ahorrar, sino qué hacemos con ese ahorro que generamos. Si lo tenemos en una cuenta corriente esperando que la inflación nos haga perder poder adquisitivo, seguramente no tenga demasiado sentido.

Ahorrador: ¿se nace o se hace?

Una pregunta sin una respuesta clara. Somos lo que somos como resultado de la educación e inputs recibidos, pero también por una tendencia innata, pues de lo contrario no habría hermanos que han tenido una educación similar con comportamientos opuestos.

Sin duda, la educación y el efecto imitación de nuestros referentes, principalmente nuestros padres, juegan un papel importante en crear nuestra personalidad. Si nuestros padres eran aversos a las deudas y eran ahorradores empedernidos, es mucho más fácil que nosotros sigamos esa “tradición”, aunque nada es seguro.

Tipos de ahorradores

No se trata de una clasificación oficial, y seguro que no están todos los que son, pero sí son todos los que están.

El tacaño

Cada vez que tiene que gastar en algo, aunque sea una necesidad básica, lo pasa mal. Le duele cada euro que sale de su cartera y trata de minimizar los gastos,  aún a coste de actividades o bienes que le proporcionan placer.

El austero

En este caso, es la típica persona que cuando más disfruta es cuando ahorra, pero no tiene que ser cuando no consume, sino cuando consigue comprar o disfrutar algún servicio muy por debajo de su precio normal.

A diferencia del tacaño, sí disfruta consumiendo algunas cosas, pero siempre que sea de la forma más eficiente. Por poner un ejemplo visual, no se trata de comprarse el móvil más barato para no gastar, sino que se trata de comprarse algo muy por debajo de su precio. Si encuentra un smartphone de gama alta a mitad de precio, es posible que se lo compre.

Adicto a ofertas/cupones

Pese a que le gusta ahorrar, a veces es peor el remedio que la enfermedad. Sus intenciones son buenas, pero puede ser que el uso de esas ofertas/cupones tengan un resultado peor de lo esperado. Por ejemplo, si compramos comida con ofertas de 3×2 y no somos capaces de comerla antes de que perezca.

El planificador

Típica persona muy disciplinada y organizada. Tiene un plan muy estudiado, posiblemente elaborado en un Excel con los datos históricos y proyecciones para verificar si se cumple lo previsto en el plan. Persona muy metódica que no deja pie a la improvisación y al que le gusta tenerlo todo bajo control.

El prudente

Persona que no tiene ningún objetivo concreto, ahorra simplemente por ser precavido, y para evitar quedarse sin fondos o no poder atender algún gasto futuro que realmente le motive.  No hace seguimientos concretos y se suele mover más por impulsos que por una forma de actuar muy pensada.

El improvisador

Persona que no ahorra de forma premeditada, sino que simplemente vive al día y si llegada la siguiente nómina aún conserva algo de la anterior, lo guarda. Como no lleva ningún control ni tiene ningún proyecto de ahorro, puede tener problemas algunos meses en los que deba afrontar alguna salida de dinero extraordinaria.

Ahorro

Simplemente sigue una política básica, equipara los gastos con los ingresos, de forma que si hay meses en los que tiene una entrada nueva de dinero, se da algún capricho que tuviera pendiente, siempre con el límite de igualar los ingresos cobrados.

Derrochador

Seguro que conoces alguno, y no deja de ser vivir muy por encima de sus posibilidades, mediante el uso del crédito, bien con préstamos, bien con pagos aplazados en la tarjeta de crédito. Ropa cara, coche de lujo, viajes que son la envidia de la oficina…, pero luego hay que pagarlo.

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