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¿Qué son los valores cíclicos en bolsa?

El mundo bursátil es un ecosistema complejo de por sí cuyas dinámicas y reglas internas no son fáciles de comprender en un primer acercamiento. Lo mismo pasa con el lenguaje, ya que tiene su propia jerga y sus propios códigos que a mucha gente le resultan desconocidos. Uno de estos conceptos es el de los valores cíclicos. Hoy vamos a descifrar qué son y cómo se comportan.

Hablamos de valores cíclicos cuando nos referimos a los valores (empresas que cotizan en bolsa) que se mueven en sintonía con la evolución de la economía. Es decir, su precio sube cuando la economía vive momentos de crecimiento e igualmente cae cuando ésta entra en recesión o reduce el ritmo de crecimiento.

Es decir, estos valores están muy ligados a la actividad económica. De hecho, los indicadores de estas empresas son un buen termómetro para pulsar el estado de la macroeconomía de un país. Pero, ¿de qué sectores hablamos?

Manufacturas, construcción, banca…

Como hemos señalado, se trata de acciones de empresas muy vinculadas a la marcha económica. Es decir, cuando las cosas marchan bien, se construye más (inmuebles e infraestructuras), se viaja más, se consume más fuera de casa, se piden más préstamos… Por lo tanto, hablamos de compañías de sectores tan dispares como las finanzas, el turismo, el consumo, los inmuebles o las manufacturas.

Por lo tanto, estos valores suelen subir con velocidad y de forma vertical en periodos expansivos y caer con la misma fuerza en los recesivos. Ante este panorama, ¿cuál es la mejor estrategia a seguir? Como apunta la lógica, es recomendable comprar en periodos alcistas cuando hay mucho volumen de contratación y vender cuando las cosas empiezan a torcerse.

Pero, en este último escenario, no debemos vender cuando ya la situación es complicada, sino cuando los indicadores económicos empiecen a dar síntomas de agotamiento. Esto podemos verlo en las previsiones económicas que tanto entidades privadas como públicas van dando cada poco tiempo de la economía española y la mundial.

Otro buen indicador es el de la compraventa de viviendas, el consumo eléctrico, el precio de los carburantes o el del resto de materias primas. Si nos mantenemos atentos a estos mercados podremos salir de los valores cíclicos antes de que sea demasiado tarde.

Dentro de la bolsa española podríamos considerar valores cíclicos a empresas como por ejemplo ACS, Mediaset o Meliá Hotels. El antónimo de valor cíclo es lo que se denomina como un valor defensivo, que se caracteriza porque su negocio no se verá tan afectado en caso de recesión económica. Dentro de este grupo podemos meter a empresas eléctricas, de alimentación o  farmacéuticas, ya que por muy mal que esté la economía la gente sigue consumiendo productos básicos como luz, medicamentos o comida. Dentro de la bolsa española tenemos varios ejemplos de valores defensivos como Endesa, Grifols o Ebro Foods.

¿Cómo me puedo proteger de ellos?

Tener en la cartera valores cíclicos es recomendable en los periodos de bonanza. Además, estos periodos suelen mantenerse en el tiempo, de modo que se puede obtener rentabilidad de forma duradera. Si bien, y como recordamos siempre, una cartera siempre tiene que estar diversificada para que, en caso de recesión, se compensen las pérdidas.

Para defenderse de estos valores lo conveniente es invertir también en valores anticíclicos, es decir, los que se mantienen estables sea cual sea el curso económico. Las utilities (servicios básicos como suministro de agua y electricidad), las farmacéuticas, el sector de la alimentación o el de higiene son segmentos de primera necesidad que no están tan ligados al devenir económico. Por ello, una cartera equilibrada debe contener parte de ambas tipologías de empresas.

 

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