¿Qué es una ICO (Initial Coin Offering)?

Una ICO (initial coin offering en inglés, que podemos traducir por oferta inicial de moneda), es el procedimiento mediante el cual se financia la creación de una nueva criptomoneda. Es un proceso no regulado por los organismos reguladores oficiales. Normalmente, en el proceso un porcentaje de la nueva criptomoneda es vendida a los inversores a cambio de dinero u otras criptomonedas (principalmente Bitcoin).

Cuando una startup quiere lanzar una nueva criptomoneda y conseguir fondos mediante una ICO, redacta un plan en un documento llamado whitepaper. En este documento viene reflejado de qué trata el proyecto de la nueva criptomoneda, cuánto dinero necesita el proyecto para ser llevado a cabo, cuántas unidades de las nuevas criptomonedas recibirán los creadores del proyecto para sí mismos, qué medios de pago se aceptan para financiar la nueva criptomoneda, y cuánto tiempo durará la campaña inicial de la ICO.

Las nuevas criptomonedas que se distribuyen entre los inversores del proyecto también son conocidas como tokens. Estas monedas o tokens cumplen una función parecida a las acciones que se distribuyen en una OPS (oferta pública de suscripción) en la creación y salida a bolsa de una nueva empresa. Si no se recaudan suficientes fondos para financiar el proyecto de la nueva criptomoneda, se considera que la ICO ha fracasado y se devuelve el dinero a los inversores.

Los inversores en una ICO aspiran a que el proyecto de la nueva criptomoneda tenga éxito y puedan vender en el futuro sus monedas por un valor superior al que las adquirieron.

Ethereum: una ICO que tuvo gran éxito

En el 2014 se anunció el proyecto Ethereum, y se recaudaron Bitcoins por valor de 18 millones de dólares en la ICO. Esta cantidad equivalía a unos $0,4 por Ether (la moneda de Ethereum). Tras implantarse el proyecto a lo largo del 2015, en 2016 la capitalización de Ethereum superaba los mil millones de dólares norteamericanos, o lo que es lo mismo $14 por Ether.

Riesgos evidentes de una ICO

Aunque hay ejemplos de grandes éxitos de ICOs, al no estar reguladas por ningún organismo oficial existe un claro peligro de fraude. Las criptomonedas están a la vanguardia de la nueva tecnología y los pioneros deben ser conscientes que pisan suelo no explorado. En la mayoría de países todavía no existe legislación apropiada para tratar con los conflictos que pueden surgir de estas iniciativas, y por tanto el inversor debe ser consciente de que acudir a cualquier ICO implica un alto grado de especulación.

 

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