Una de las megatendencias más importantes es el cuidado del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, áreas que la Unión Europea considera fundamentales y prioritarias, como se destaca en el Pacto Verde Europeo. La UE busca compatibilizar una economía competitiva y eficiente con un mejor uso de los recursos naturales, para así poder alcanzar el objetivo de ser neutrales en emisiones de carbono en el año 2050.
La importancia de estas políticas transversales queda reflejada en el presupuesto vinculado a las mismas, ya que se destinarán a ellas un tercio de los 1,8 billones de euros del plan de recuperación Next Generation EU.
Qué es la taxonomía verde de la Unión Europea
Para diferenciar los proyectos «verdes», que se pueden beneficiar de estos fondos y que contribuyen a la sostenibilidad del planeta (interesante para todo el mundo y en particular para los posibles inversores de esos proyectos), la Unión Europea presentó el 1 de enero de 2022 su propuesta de taxonomía verde, un sistema de clasificación de las actividades relacionadas con fuentes de energía, en el que se establece qué proyectos afectan negativamente al clima y al medio ambiente.
¿Son energías verdes la energía nuclear y el gas natural?
En el texto, además de las energías renovables, se han incluido como «verdes» —eso sí, de forma transitoria y bajo estrictas condiciones— la energía nuclear y el gas natural.
La inclusión de ambas fuentes de energía no ha estado exenta de polémica. Principalmente avalada por Alemania (en el caso del gas) y Francia (con una gran parte de su producción eléctrica de origen nuclear), algunos países, como Austria, Portugal, España, Luxemburgo o Dinamarca han mostrado su rechazo.
En la elaboración de la taxonomía, basada en las recomendaciones de expertos y científicos, se ha tenido en cuenta que la transición energética hacia un mix formado únicamente por energías renovables no contaminantes no es tan rápida ni automática como se desearía, por lo que hay que contar con alternativas mientras se realiza, optando por incluir estas dos energías bajo determinadas condiciones:
- En el caso de la nuclear, no emite gases de efecto invernadero, pero sí genera residuos con una gestión complicada; los requisitos impuestos por la taxonomía de la UE limitan la etiqueta verde de esta energía a las centrales nucleares que hayan recibido su permiso de construcción antes del año 2045 y que tengan un plan claro y detallado de eliminación de los desechos.
- En el caso del gas, la etiqueta verde se dará a aquellos proyectos que no emitan más de 270 gramos de dióxido de carbono, y siempre y cuando la instalación sustituya a otra que contamine más.
Cuál es el proceso de aprobación de la taxonomía verde
Tras el borrador presentado por la Comisión Europea, los Estados miembros pueden realizar alegaciones, y a partir de ahí, se presentará un documento definitivo, que sólo podrá ser rechazado por mayoría cualificada en el Consejo de la Unión Europea (para lo cual, tendrían que conseguir los votos del 55% de los países, que al mismo tiempo sumen el 65% de la población), y por el Parlamento Europeo.
El trámite podría necesitar entre 4 y 6 meses, por lo que se espera que esté aprobado, si sale adelante, antes del verano de 2022.