Cuando se empieza en el mundo de la inversión, una de las primeras cuestiones que uno se plantea es si es bueno promediar a la baja. La teoría es sencilla: si he comprado unas acciones porque pensaba que estaban a buen precio, si luego bajan, ¿por qué no comprar más? Así tendré más acciones a un mejor precio medio.
Es una estrategia que tiene muchos detractores; incluso, algunos dicen «piramidar» a la baja. En muchos casos, puede ser una equivocación, pero quizás no siempre. Entonces, promediar a la baja, es estrategia de inversión o error? Veamos sus pros y sus contras.
Cómo funciona
Imaginemos que compramos 1.000 acciones de una empresa, a un precio de 10 euros, que consideramos razonable. La acción comienza a bajar, y llega a estar a 8 euros. En ese momento, compramos otras 1.000 acciones, por lo que tendremos 2.000, a un precio medio de 9 euros por acción.
Hay que observar en este momento dos cuestiones: una, hemos mejorado nuestro precio medio; si a 10 nos parecía bien, ahora que las tenemos a 9, ¿está mejor?
Por otra parte, cuando teníamos 1.000 acciones a 8 euros, estábamos perdiendo un 20%. Ahora con las 2.000 a 9 euros, solo perdemos un 11%, estamos (al menos, aparentemente) más cerca de recuperar la inversión. Eso sí, la pérdida latente sigue siendo la misma, 2.000 euros.
En contra de promediar a la baja
Hay diversas razones por las que muchos inversores rechazan esta estrategia. La primera es que no se debería tratar de tapar un error reincidiendo en el mismo.
Si las acciones bajan, será por algo; entonces, ¿por qué comprar más? Quizás es una cuestión de ego y no queremos reconocer nuestro error, de manera que en vez de vender, vamos a comprar más de esas acciones, para ver si así recuperamos el dinero invertido. ¿Y si sigue bajando? ¿Y si la bajada es estructural, porque los resultados o la marcha de la empresa no acompañan? ¿Tendríamos que seguir promediando a la baja?
Otro inconveniente de promediar a la baja es que puede ir en contra de la deseable diversificación de una cartera. Si insistimos en comprar un determinado valor solo porque sigue bajando, estaremos aumentando la proporción del mismo, quizás hasta niveles que no teníamos previsto o que no deseábamos en un principio. ¿Qué sucedería si esa empresa realmente tuviese graves problemas? ¿Perderíamos todo el dinero?
Entonces, ¿no se debe promediar en ningún caso?
Muchos inversores desaconsejan hacerlo como norma general. Aunque, como veremos, habrá casos en los que pueda resultar interesante.
Una de las primeras cuestiones que hay que tener en cuenta es el estilo de inversión de cada uno. No es lo mismo hacer trading, invertir a corto plazo, que hacerlo a largo. En el caso de las inversiones a plazos reducidos, promediar a la baja debería, en general, estar vetado, puesto que lo habitual es establecer algún tipo de stop loss, para cortar las pérdidas a partir de cierto nivel.
Sin embargo, si invertimos a largo plazo y realizamos un concienzudo estudio de la empresa en la que vamos a invertir, ¿por qué no comprar cuando está más barata? ¿Acaso no estarían de acuerdo Warren Buffett, o su maestro Benjamin Graham? Precisamente, si hay valor en la acción y la podemos comprar a un precio más adecuado, ¿por qué no adquirirla?
Relacionado con lo anterior, está la estrategia seguida por muchos inversores basada en los dividendos. Si hemos elegido las empresas adecuadas, que pagan un dividendo sostenible y creciente en el tiempo, pero, por las razones que sea (por ejemplo, por la guerra comercial entre Estados Unidos y China), temporalmente han bajado, promediando podemos elevar nuestra rentabilidad anual.
Por ejemplo, tenemos invertidos 50.000 euros en 10.000 acciones de una compañía, a 5 euros la acción. El dividendo anual de la empresa es de 0,20 euros (un rendimiento del 4%).
Ahora, las acciones han bajado a 3 euros, y aprovechamos para comprar otras 10.000 acciones. De esta manera, tendremos 20.000 títulos, que nos han costado 80.000 euros, es decir, 4 euros por acción. Como el dividendo anual es 0,20 euros, la rentabilidad es del 5%.
Como es lógico, la promediación a la baja estaría basada, igual que el punto anterior, en que realmente el análisis que hayamos hecho sea correcto, que sea una empresa sólida y con un dividendo sostenible. Siguiendo con el ejemplo anterior, si la bajada se debiese a un empeoramiento en las condiciones del negocio de la empresa, es posible que ésta tuviese que bajar el dividendo, por ejemplo, a 0,10 euros, por lo que la rentabilidad ya sería únicamente del 2,5%.
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