Prejubilación, dejar de trabajar antes de tiempo

Aunque la edad de jubilación legal en España son los 65 años, existen diferentes modalidades que implican el retiro del mundo laboral antes de tiempo.

En concreto, las dos más frecuentes son la prejubilación y la jubilación anticipada. Aunque en realidad suenen al mismo concepto, cada una tiene sus particularidades dentro de lo que es la esencia principal: abandonar la vida profesional antes de cumplir la edad legal de jubilación.

La prejubilación, una modalidad “privada” de jubilarse

La diferencia esencial entre los dos términos radica en quién se responsabiliza de esos años en los que tocaría estar trabajando pero no se está haciendo. Mientras en el caso de la jubilación anticipada es la propia Seguridad Social quien se hace cargo de la pensión de jubilación, siempre que se cumplan unos requisitos legales, en el caso de la prejubilación es la propia empresa quien asume los costes asociados.

Es decir, cuando uno se prejubila no deja de estar llegando a un acuerdo privado entre él mismo y su empresa por el que el trabajador recibirá una cuantía económica determinada desde el día que deje de prestar sus servicios a la empresa hasta el día en el que legalmente cumpla los requisitos para jubilarse de pleno derecho.

La prejubilación supone entonces una figura en la que el trabajador sigue cobrando de su empresa un porcentaje de su sueldo, y la empresa sigue abonando las cotizaciones sociales del trabajador a la Seguridad Social para no perjudicar la pensión de jubilación que le quedará en un futuro.

Si bien es cierto que en España uno no puede jubilarse anticipadamente hasta haber cumplido los 63 años y disponer de un mínimo de 35 años cotizados a sus espaldas, para prejubilarse no existen ni edad ni exigencias públicas de cotización asociadas, pues como se ha comentado anteriormente, se trata de un convenio privado. Por eso existe gente prejubilada a sus cincuenta y pocos años de edad (son una minoría, también es cierto).

Las prejubilaciones han venido siendo en los últimos años una medida muy recurrida por las empresas para controlar y reorganizar sus estructuras de coste de personal, especialmente afectando a sus trabajadores más veteranos que en muchas ocasiones disponen de unas condiciones económicas fuera del mercado actual.