¿A quién no le ha pasado? A todos nos resulta engorroso, e incluso intrusivo en ocasiones, cuando nuestro banco nos pide según qué documentación: que si el DNI actualizado, que si justificar lo que gano con una copia de la nómina, que si una fe de vida…Pero … ¿a qué viene tanto papeleo?
Lo sabemos, a veces es una lata. Pero, como es totalmente necesario, tal vez al menos cambiaría un poco la película si nos explican bien el porqué, para que tomemos mayor conciencia de la importancia de tener al día nuestra documentación. Entendiéndolo, es posible que veamos estas solicitudes desde otro prisma y, en vez de sentirnos molestos, nos mostremos colaboradores e, incluso, agradecidos.
Existen dos poderosas razones para todo ello.
1.Cumplir con la normativa vigente
Los bancos no deciden, en la mayoría de los casos, qué documentación tienen que pedir a un cliente para abrir y mantener una cuenta operativa. Hay distintas leyes que dictan una serie de requisitos que las entidades no pueden obviar.
En concreto, la Ley 10/2010 sobre prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo establece una serie de exigencias encaminadas a que los bancos tengan perfectamente identificados a todos sus clientes.
Suena fuerte: “blanqueo de capitales”, “financiación del terrorismo”, y más cuando el 99,9% de los clientes de una entidad financiera son gente honrada, que se dedica a trabajar y a intentar sacar el máximo partido a sus ahorros, y jamás se le ha pasado por la cabeza cometer ningún acto delictivo.
Pero, por desgracia, siempre existe ese 0,01% que sí puede dedicarse potencialmente a estas actividades y uno de los canales más habituales para hacerlo son los bancos. Y los bancos, por tanto, tienen una gran responsabilidad en este tema y la obligación de poner todos los medios a su alcance para detectar si ese 0,01% se encuentra entre sus clientes.
No olvidemos que la contratación de servicios online ha traído innumerables ventajas para todos: rapidez, comodidad, poder hacer trámites desde cualquier sitio… Pero esta cara tiene su cruz y es que, la mayoría de las veces, las entidades financieras nunca conocen en persona a sus clientes, por lo que resulta mucho más complicado saber si existen y si son quienes dicen ser.
Por ese motivo, a modo de ejemplo, a veces es necesario:
- Pedir el DNI en vigor (ya que podrían darse casos como que la cuenta se hubiera abierto en su momento con su documento robado).
- Solicitar una nómina u otro tipo de justificación (especialmente cuando el cliente declara que tiene unos ingresos que no cuadran con la cantidad de dinero que tiene en su cuenta. Ese dinero bien podría venir de una herencia o del Gordo de Navidad, pero el banco tiene que asegurarse de que es así).
- Recabar una fe de vida (para evitar que se esté utilizando a una persona fallecida como pantalla para el cometimiento de algún delito).
- Identificar con nombre y dos apellidos al destinatario de una transferencia (ya que, a la hora de validar ciertas transacciones, las entidades consultan a una gran base de datos en la que figuran los datos de personas que han cometido actividades ilícitas).
- Justificar la procedencia de transferencias en cuenta que no tienen sentido (por ejemplo, cientos de pequeñas transferencias de pequeños importes, transferencias procedentes de países con leyes laxas…).
Al margen de otras implicaciones muy graves, no cumplir con estas obligaciones puede suponer para las entidades financieras fortísimas multas, que podrían hacer incluso tambalear su balance.
2.Velar por tu seguridad
Los que desean llevar a cabo actividades contrarias a la ley se las saben todas y pueden aprovechar cualquier descuido en su favor. En ocasiones, por no tomar todas las precauciones debidas, se han dado casos como estos:
- Cuentas abiertas a un titular sin que esta tuviera conocimiento.
- Utilización de una cuenta antigua que se nos había olvidado que teníamos para blanqueo de capitales.
- Cuentas abiertas a nombre de personas ya fallecidas.
- Mantenimiento de cuentas después de haber ocurrido cambios relevantes (ejemplo, divorcio).
¿Significa esto que tengamos que sentir “miedo” a la hora de abrir una cuenta en un banco? No, ni mucho menos. Pero sí que tenemos que adoptar unas medidas de cautela para evitar riesgos y colaborar activamente con nuestra entidad bancaria para que nos proteja. Nuestro banco es el primer interesado en cuidar de nosotros y de nuestros ahorros y, por eso, en ocasiones necesita hacer ciertas comprobaciones, tanto en la apertura de la cuenta como en el transcurso de la relación comercial.
Por todos estos motivos, podría ocurrir que, si no cuentas con tu DNI actualizado, tu banco bloquee tu cuenta o, incluso, te comunique que se ve obligado a cancelar tu cuenta.
Sigue siendo una lata…pero al menos ahora ya sabes que, si tu banco te pide que le envíes el DNI en vigor, lo hace por una razón de peso. Es un asunto importante y cada uno de nosotros podemos contribuir a que nuestro sistema financiero sea más seguro y más transparente.