Desde Robeco, en líneas generales, seguimos siendo moderadamente optimistas en renta variable de países desarrollados en el corto plazo, aunque somos conscientes de que el mercado no está exento de riesgos. Respecto a Europa, las cifras macroeconómicas, los resultados empresariales y el apoyo del Banco Central Europeo han sido factores que han contribuido al optimismo, si bien se comprueba una cierta pérdida de momentum en algunos de los últimos datos publicados. El sentimiento positivo no puede, en cualquier caso, ocultar que existen incertidumbres políticas y económicas que podrían cambiar esta situación en el continente europeo durante los próximos meses. Nos preocupa la posición de Alemania y Francia por la debilidad política de Merkel en Alemania, tras la obtención de un resultado electoral inferior al esperado, y la popularidad a la baja de Emmanuel Macron en Francia, que pudiera posibilitar una renovación política del núcleo franco-alemán, núcleo de la Unión Europea. La política monetaria del BCE, con el cambio de su presidente Mario Draghi en Octubre 2019 y las medidas continuistas o no del que será nuevo presidente del BCE, suponen otro riesgo para la eurozona. Y, por último, los diversos frentes abiertos en distintos países, desde la gestión del Brexit hasta la evolución política en España e Italia, son difíciles de valorar y seguro que van a tener influencia en el futuro de los mercados.
El PIB, PMIs y paro han ido mejorando en los últimos años, tras unos años de crecimiento más tenue. Y aun cuando algunos de los últimos datos macroeconómicos eurozona podrían aumentar el escepticismo sobre la fortaleza de la economía en la zona euro, el crecimiento económico en China y en USA contribuirá a que Europa siga creciendo a un ritmo razonable.
Generó algo de desconcierto en los mercados la última reunión de tipos del BCE de junio. El discurso de Draghi cumplió más o menos con las expectativas, pero sí es cierto que le supo a poco a los que esperaban un mensaje más claro sobre una subida de tipos en 2019. Draghi se limitó a decir que esta subida podría producirse a partir del próximo verano siempre y cuando la inflación lo permita. En relación a la actualización de su cuadro macro, se ha revisado a la baja la previsión de PIB para 2018 desde el 2,4% hasta el 2,1% y al alza la de IPC desde el 1,4% al 1,7%.
Así, una primera subida de tipos en Europa permanece lejana todavía, pero no debería dejarnos indiferentes la evolución de las distintas políticas monetarias globales, así como la evolución del mercado de bonos. Y, claro está, un factor a seguir de cerca, el alcance de la guerra comercial entre China y EEUU y el efecto que pueda tener en el crecimiento global.
Por tanto, si bien las cifras económicas a nivel global y en Europa siguen apoyando un cierto optimismo, habrá que seguir de cerca si la desaceleración en los últimos datos es coyuntural o no, y tener un ojo puesto tanto en la geopolítica (no olvidemos los “cisnes negros” acontecidos en los últimos años) y también en la evolución de las políticas monetarias y de los tipos de interés.
Una vez introducidas esas variables en nuestras predicciones, y si miramos la relativa calma de los mercados en los últimos meses, podríamos seguir siendo complacientes y estar confiados mirando al futuro. Sin embargo, el repunte de la volatilidad en febrero de este año, un suceso aislado por el momento, nos ha dado una oportunidad extraordinaria para ver cómo reaccionaban nuestras carteras ante tal circunstancia. Es un buen recordatorio de cómo el escenario puede cambiar de la noche a la mañana y pillarnos con el pie cambiado, y nos ayuda a recordar que no debemos asumir mayor riesgo del que por nuestro perfil nos corresponde. No es cuestión de vivir con miedo, pero tampoco que la falta de rentabilidad en inversiones tradicionalmente más seguras nos empuje a tomar riesgos excesivos.
Volviendo al mercado de renta variable, no se trata de ponernos en lo peor, pero sí de ser conscientes de que podemos asistir a nuevos episodios de repunte de la volatilidad y caídas de mercado. Lo dicho, no es querer ver la botella medio vacía, sino actuar con cierta cautela y en especial si consideramos que las valoraciones en determinadas áreas del mercado parecen cuando menos ajustadas.
Deberíamos preguntarnos si el episodio de febrero fue un repunte puntual de volatilidad, o esta vez sí de verdad ha venido para quedarse. Cada vez más se parece esto de la volatilidad al cuento de “Pedro y el lobo”…que vieneee!!! que vieneeee!!! y la realidad es que en los últimos meses la volatilidad ha brillado por su ausencia salvo en momentos puntuales como el de febrero…. Es probable que estos episodios se repitan tarde o temprano, y hay que estar de alguna manera preparados.
Las estrategias Conservative de Robeco, sesgadas hacia valores de menor volatilidad y menores betas, además de otros factores reductores del riesgo, nos pueden ofrecer hasta cierto punto una protección relativa en tiempos de caídas y descorrelacionar con otras estrategias de betas y volatilidades más altas. Hay que ser claros, las estrategias Conservative son estrategias de inversión en renta variable, y siempre tendrá riesgos similares a los observados en aquellos activos, si bien el carácter más “conservador” de los valores en cartera, ha llevado a un mejor comportamiento relativo de la cartera (frente a su índice de referencia) en momentos de alta volatilidad y caídas del mercado. Siempre recordando la máxima de que rendimientos pasados no garantizan rendimientos futuros… podemos enumerar, sin ánimo de ser exhaustivos, como características interesantes de los productos Conservative de Robeco:
- Reducción sustancial de la volatilidad (aprox un 20%-30% en términos anuales): el europeo desde Septiembre 2007, reducción del 26% de la volatilidad y en emergentes desde marzo 2011, reducción del 21% de la volatilidad.
- Reducción significativa de los “drawdowns” en momentos de estrés de mercado (ver 2008, 2011), y rendimiento comparable a los índices en años de subidas suaves
- Efecto descorrelacionador, lo que lo hace interesante para carteras conservadoras y también como complemento a carteras de betas más agresivas.
- Cartera de dividendos altos vs el índice de referencia.
- Aplicación combinada del factor value: control de los precios y o ratios a pagar vs el resto del activo de referenciaEl interés por la baja volatilidad solo empezó a crecer como resultado de la mayor demanda de prudencia de los inversores durante la crisis financiera internacional de 2008-2009. Ese período demostró claramente lo volátiles que los mercados pueden ser. La ventaja de la estrategia Conservative de Robeco es que, en un mercado a la baja, normalmente la caída de los valores afectados es inferior a la del resto. Cuando el mercado se recupera, las acciones de baja volatilidad tienen menos terreno que recuperar, y vuelven a tener rendimientos atractivos. Esta estrategia (Robeco QI European Conservative Equities) se propone reducir la volatilidad en un 20% – 30% invirtiendo en acciones de menor riesgo, pero que además tengan una valoración atractiva (altos dividendos y bajos P/Es principalmente) y una buena tendencia bien a nivel de precio o de revisión de beneficios, tratando de preservar capital. El objetivo sería obtener retornos ajustados al riesgo superiores al MSCI Europe. El fondo trata de proteger en las caídas, acompañando al mercado cuando sube moderadamente y quedándose algo atrás ante subidas más verticales o cíclicas. Puede resultar interesante para inversores de medio largo plazo conservadores que quieran tener exposición a renta variable europea de calidad o que quieran diversificar la exposición a Europa con una cartera de menor beta y de baja volatilidad.