El Gobierno ha iniciado la negociación de los Presupuestos Generales del Estado de 2021 (PGE 2021), presentando su techo de gasto y su cuadro macroeconómico. En este sentido, el Ejecutivo empeora sus perspectivas económicas en 2020 con una contracción del PIB de un 11,2% anual, 2 pp superior a la estimada en abril (-9,2% anual). Así, sitúa el desplome de la producción en un nivel intermedio respecto al rango fijado por el Banco de España de entre un -10,5% (escenario base) y un -12,6% anual (escenario adverso).

Esta revisión a la baja se explica principalmente por una caída mayor de lo esperado del consumo privado de un 12,6% anual (vs. -8,8% en abril), lastrado no sólo por una menor reactivación del turismo internacional, sino también por el impacto en la confianza de los ciudadanos del repunte de los casos de contagio y del deterioro de las perspectivas laborales. Paralelamente, la inversión experimentaría una contracción de un 18,3% anual, 7,2 pp menor a la estimada en abril (-25,5% anual), al mismo tiempo que el gasto público crecería un 6,3% anual, más del doble que en su anterior previsión (2,5% anual).
Por su parte, en la demanda externa, el Gobierno reduce el desplome de las exportaciones a un 22,7% anual (vs. -27,1% anual en abril), al mismo tiempo que prevé que la caída de las importaciones alcance un 20% anual, 11 pp inferior a su estimación anterior. Todo ello en un contexto en el que la evolución del comercio exterior está sujeta a la previsible moderación de la senda de recuperación de la Eurozona.
En 2021, el cuadro macroeconómico presentado refleja un avance del PIB de un 7,2% anual (vs. 6,8% anual en abril), apoyado principalmente por un repunte mayor del proyectado en sus estimaciones anteriores del consumo privado hasta un 8,3% anual (+3,6 pp), mientras que el incremento de la formación bruta de capital se reduce a un 7,2% anual, frente al 16,7% anual proyectado anteriormente. A su vez, el crecimiento del gasto público se situaría en un 0,5% anual. Paralelamente, el sector exterior presentaría un patrón de recuperación similar al previsto en el mes de abril con un avance de las exportaciones de un 11,7% anual y de un 8,6% anual en el caso de las importaciones.
No obstante, el Gobierno proyecta que el ritmo de crecimiento económico podría acelerarse el próximo año hasta un 9,8% anual (vs. 7,2% en su escenario base) por el efecto de la aportación de los fondos de europeos Next Generation, estimación que contrasta con la del Banco de España que señala que su contribución se limitaría a entre 0,1 pp y 0,3 pp anuales a largo plazo.
En términos laborales, según el Gobierno, el desplome del PIB español en 2020 produciría un descenso del empleo equivalente a tiempo completo de un 8,7% (-1,7 millones de puestos de trabajo). En concreto, la tasa de desempleo repuntaría hasta un 17,1% de la población activa, 1,9 pp inferior a la prevista anteriormente (19%), explicada por la prolongación de la vigencia de los programas de ERTE. Sin embargo, a pesar del fuerte avance económico previsto en 2021 ésta sólo retrocedería a un 16,7% de la población activa.
Paralelamente, la tramitación de los PGE 2021 se inicia con la aprobación del Consejo de Ministros de un techo de gasto que asciende a 196.097 millones de €, tras incorporar los fondos Next Generation de la UE (27.432 millones de €) y las transferencias extraordinarias a la Seguridad Social (18.396 millones de €) y a las CCAA (13.486 millones de €). Una cifra total aproximadamente un 54% superior a su límite base de 2020, y un 7,5% mayor a su cuantía en 2010 en un entorno marcado por la recesión a raíz de la crisis financiera global. Sin embargo, según las estimaciones del Gobierno, eliminando el impacto de la pandemia su importe se situaría en 136.799 millones de €, lo que representaría un aumento de un 9,4% respecto al techo de gasto de los PGE 2018 vigentes actualmente (125.065 millones de €), explicado por el incremento de los fondos destinados al Ingreso Mínimo Vital y a las partidas de dependencia, educación y aportaciones a la UE.

En este contexto, el déficit público alcanzaría un 7,7% del PIB en 2021, tras proyectarse que se sitúe en un 11,3% del PIB a cierre de este año, 8,5 pp superior al de 2019 y en línea con el registrado en 2009 (-11,3% del PIB). Paralelamente, la deuda pública repuntaría hasta un 118% del PIB en 2020, 22,5 pp superior al del año anterior (95,5% del PIB).

Plan de Recuperación del Gobierno de España
El Gobierno de España ha presentado las líneas maestras del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española, con el objetivo de movilizar entre 2021-2023 los 72.000 millones de € en ayudas directas del total de 140.000 millones de € otorgados a nuestro país en el Fondo Next Generation de la UE. Una cifra a la que se unen 79.000 millones de € de los fondos estructurales y de la Política Agraria Común que España recibirá hasta 2027.
El plan se construye en torno a 4 ejes, destinando un 70% de su importe a dos de las áreas consideradas prioritarias por la UE: la inversión verde para acelerar la transición ecológica (37% del total) y la digitalización (33% del total). El resto se distribuirá a impulsar la cohesión social y territorial, y la igualdad de género.

Evolución de los mercados de deuda soberana hasta el 3T de 2020
En un año marcado por el doble shock de oferta y demanda del Covid-19, los principales bancos centrales y gobiernos a nivel global han puesto en marcha ambiciosos programas de estímulos para mitigar el impacto económico de la crisis y apoyar la recuperación económica en el corto y medio plazo.
En este sentido, las políticas monetarias se han dirigido a recortar los tipos de interés oficiales o mantenerlos en niveles reducidos, con el objetivo de incentivar el acceso a nueva financiación y permitir la refinanciación de la deuda ya existente a menores tipos de interés. Adicionalmente, las autoridades monetarias de las principales economías avanzadas han ampliado y prolongado sus programas de compra de deuda soberana y corporativa (Quantitative Easing), lo que ha llevado a una significativa expansión de sus balances y una reducción de los costes financieros de la deuda.
En este contexto, en el mercado secundario de renta fija los bonos soberanos a 10 años registraron una caída generalizada de sus niveles de rentabilidad en los 9 primeros meses del año, a excepción del bono japonés (+3,1 pb). Los mayores retrocesos se produjeron en EEUU y Reino Unido, en un escenario marcado por la elevada incertidumbre ante las elecciones presidenciales estadounidenses y el Brexit, respectivamente. En concreto, la TIRdel Treasury de EEUU a 10 años disminuyó 123,4 pb year-to-date (YTD), mientras que la del Gilt británicoa 10 años cayó 58,9 pb.

En el caso de la Eurozona, la yield del bono italiano a 10 años retrocedió 54,4 pb YTD, mientras que la del bono griego a 10 años se situó 41,2 pb por debajo de sus niveles de comienzos de año. A su vez, entre los países de menor riesgo de crédito según las agencias de calificación crediticia, las TIRes de los bonos francés y alemán a 10 años disminuyeron en 35,9 y 33,5 pb, respectivamente.
Así, las primas de riesgo de las economías del sur de Europa se redujeron significativamente, especialmente tras la puesta en marcha del Programa de Compra de Emergencia Pandémica (PEPP) del BCE el pasado 18 de marzo por un importe de 750.000 millones de € y su posterior ampliación en 600.000 millones de € adicionales el 3 de junio. A ello se unió el impacto del anuncio del plan de recuperación Next Generation en la UE el 18 de mayo tras el acuerdo preliminar alcanzado por el presidente de Francia y la canciller alemana, finalmente aprobado el 21 de julio por 750.000 millones de €.

En el 3T de 2020, los rendimientos de los bonos soberanos de las principales economías avanzadas mostraron una tendencia divergente en sus referencias a 10 años. En concreto, la tendencia a la baja de las TIRes de los bonos de la Eurozona contrastó con la mayor estabilidad en Japón y los avances experimentados en los mercados secundarios de EEUU y Reino Unido. Todo ello ante el repunte de los casos de contagio, especialmente en Europa, que ha llevado a la adopción de nuevas medidas de restricción de la movilidad y distanciamiento social en algunos núcleos de población.
Las economías de mayor riesgo de crédito experimentaron los descensos de yield más significativos en la renta fija a 10 años en el último trimestre: Italia (-39,1 pp), España (-21,8 pb), Portugal (-21,1 pb) y Grecia (-18,1 pb). Destacó especialmente la evolución del bono italiano, cuya rentabilidad alcanzó un mínimo histórico de un 0,850% a cierre del 23 de septiembre y se ha reducido en la primera semana de octubre por debajo de un 0,8%, en un contexto marcado por su mayor prima de riesgo frente Portugal, de igual calificación crediticia (BBB según S&P), y España (A) y la mejor evolución la pandemia en Italia en los últimos meses. En contraste, la caída de la TIR del bono alemán a 10 años en el 3T se limitó a 6,7 pb.


Fuera de la Eurozona, la rentabilidad del bono británico a 10 años se situó en mínimos históricos a principios de agosto. Sin embargo, la incertidumbre sobre el desenlace del Brexit y la implantación de medidas de movilidad más restrictivas en Reino Unido para frenar la propagación del virus impulsaron las ventas de bonos británicos, incrementando la TIR del Gilt a 10 años en 5,8 pb entre julio y septiembre.
Asimismo, la rentabilidad del Treasury estadounidensea 10 años repuntó 2,8 pb en el 3T, a pesar de la depreciación del dólar en su cruce frente al euro de un 4,2% entre julio y septiembre, ante la elevada incertidumbre en torno a las elecciones presidenciales de noviembre y las negociaciones de un nuevo programa de estímulos fiscales en el Congreso. Una tendencia que se ha acelerado en la primera semana de octubre tras el positivo por Covid-19 del presidente Donald Trump y la confirmación de la suspensión parcial de las negociaciones sobre la ampliación de las ayudas fiscales.
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