No es infrecuente que algunos inversores, especialmente aquellos que están iniciándose en el mundo de la inversión, consideren que comprar pequeñas compañías puede suponer un riesgo más alto que si apostamos por compañías de gran capitalización.
Pero no, esto no es siempre así. Es cierto que invertir en compañías grandes puede tener algunas ventajas; por ejemplo, en periodos de crisis pueden tener más facilidad para acceder a financiación y al tener una gran estructura puede resultarles más sencillo acometer grandes procesos de reestructuración del negocio en momentos complicados. Más recursos también significa en ocasiones más posibilidades de atraer talento a la empresa o para dedicar más capital a investigación, expansión…
Ahora bien, todos hemos visto empresas muy grandes caer y, del mismo modo, hay pequeñas compañías con una gestión envidiable, un modelo de negocio único, e incluso, en ciertos casos, estas compañías aportan algunas ventajas que no siempre tienen las grandes. Sí, ellas también tienen algunos ases guardados en la manga.
- Modelo de negocio único: es frecuente que algunas grandes compañías tengan su actividad bien diversificada, en distintas áreas de negocio, y esto puede ayudarlas en ciertos momentos de inestabilidad económica. Pero a cambio, algunas pequeñas compañías se centran de forma exclusiva en una determinada actividad; al estar concentradas en dar solución a un tema concreto, lo hacen realmente bien y se convierten en líderes en su segmento.
- Negocio local: empresa pequeña no es sinónimo de empresa local, ya que algunas realizan ventas en varias partes del mundo. Pero en otros casos, sí nos encontramos con algunas small caps enfocadas al negocio local, algo que les ayuda a aislarse en cierto modo del ruido macroeconómico global. Por poner un ejemplo: EEUU es un país en el que el 70% del PIB viene del consumo interno; es este caso, ¿qué más le da a una empresa que vende el 100% en EEUU si los emergentes se desaceleran o si Bruselas da o no el visto bueno a los presupuestos de Italia? Es verdad que hay una globalización de los mercados y que todo influye, pero a estas compañías lo que les importa es que su mercado de referencia vaya bien, por lo que gozan de una mayor independencia de los eventos macroeconómicos y políticos externos.
- Grandes desconocidas: ¿Es bueno que una compañía sea desconocida por los inversores y por los analistas? Puede serlo, sí. Las compañías pequeñas no suelen estar tan seguidas por las casas de análisis y esto hace posible que se puedan encontrar, si se saben buscar, compañías extraordinarias y desconocidas por el gran público que ofrecen buenas oportunidades, a precios interesantes. Una menor cobertura de analistas implica menor información disponible para inversores y, por tanto, mayor ineficiencia en el precio de las acciones.
- Representatividad de la economía: quedarse solo con las grandes compañías supone ponerse restricciones a uno mismo. Se estima que un 70-80% de las compañías que cotizan son de pequeña o mediana capitalización. Obviar un universo tan amplio implica perder un montón de buenas oportunidades. Pensemos en esto: en los últimos tiempos hemos oído en numerosas ocasiones que la economía española está a la cabeza del crecimiento en Europa, pero nuestro selectivo no ha sido de los más aventajados, ni mucho menos. Esto nos hace preguntarnos, ¿y cuáles son las empresas que están sacando partido de este crecimiento? ¿Es el IBEX 35 representativo de la economía española? Podríamos responder “no” a esta última pregunta; la economía española es algo más que bancos, sin olvidar además que cerca del 75% de los ingresos de las empresas de nuestro selectivo se generan fuera de nuestras fronteras.
Así, es en muchas de las pequeñas compañías en las que podríamos encontrar el reflejo de la buena salud de una economía.
- Accionariado: en las empresas pequeñas la propiedad del capital está muchas veces más concentrada. En muchos casos, incluso, podemos hablar de compañías familiares, por lo que la implicación en la gestión de la empresa es también mayor. No dudamos que los presidentes de las grandes del IBEX 35 estén implicados, pero cuando lo que nos estamos jugando es el patrimonio familiar, la cuestión se ve desde otro prisma.
- Mayor probabilidad de operaciones corporativas: a veces vemos en las noticias económicas operaciones de gran tamaño (compra de Aetna por CVS Health por casi 70.000 Mn$, la de Abertis por ACS por más de 18.000 Mn€…), pero mucho más frecuentes son las operaciones sobre compañías de menor capitalización. Y estas operaciones a veces suponen un auténtico golpe de fortuna para los accionistas de la empresa que es comprada, especialmente cuando esta compra viene derivada de su buen hacer.
- Potencial de crecimiento: esto no significa mayor volumen de ingresos, pero sí un crecimiento superior de los mismos. No es fácil que una empresa madura consiga crecimientos estratosféricos de su beneficio; en cambio, esto sí pueden lograrlo en ocasiones las pequeñas compañías. Arrancar un nuevo producto o conseguir un nuevo cliente supone a veces un apalancamiento extraordinario para estos negocios, pudiendo con ello ganarse el reconocimiento del inversor.