Mantener una cartera de inversión diversificada no consiste tanto en tener muchos tipos diferentes de activos, sino en lograr una exposición a clases de activos diferentes. Especialmente en tiempos de inflación, el rebalanceo de las carteras aumenta posiciones en activos reales, donde el oro juega un papel muy destacado.
Cuando se trata de invertir en metales preciosos (oro, plata, platino, paladio, rodio, etc.) ya sea comprando directamente el material de forma física o a través de productos cotizados —ETC con réplica física o sintética—, resulta imprescindible cuantificar de forma precisa su masa y su pureza.
Aleaciones de oro: menos pureza y mayor resistencia
El oro es un material muy blando, empecemos por aquí. Esto implica que en la fabricación de joyas o monedas de inversión puede ser mezclado con otros metales para lograr una mayor dureza y maleabilidad que facilite su tallado y aumente su resistencia a los diferentes elementos.
Esta aleación da como resultado diferentes tonalidades: verde, rojo o blanco, según se añada un porcentaje determinado de plata, cobre o paladio, respectivamente. En cuanto a los bullion o monedas de inversión, suelen acuñarse en oro de máxima pureza (999,9 milésimas o 99,99% de oro puro), pero hay otras, como el Krugerrand de Sudáfrica —probablemente la moneda de inversión más conocida, acuñada desde 1967—, que contienen una aleación de oro y otros metales; oro (91,67%) y cobre (8,33%) en el caso del bullion sudafricano.
Onza troy y onza: origen y diferencias
En la antigüedad, antes de la estandarización de las unidades de medida, en cada parte del mundo se medía de una forma diferente. Las onzas tienen su punto de partida en el sistema monetario de la Antigua Roma. De hecho, la uncia —que luego derivaría a ounce en inglés y onza en español— pesaba la duodécima parte de un as romano.
Onza troy
El término troy se vincula con la ciudad francesa Troyes, punto de encuentro de comerciantes ingleses desde el siglo IX y donde por primera vez se utilizó la palabra troy junto a unidades de masa.
La onza troy es la unidad de medida básica de metales preciosos, pertenece al sistema imperial británico y se usa como estándar en todo el mundo. Fue en Inglaterra donde se hizo oficial como unidad de medida para la plata y el oro en 1527, se incorporó al sistema oficial de masas y medidas británico en 1824 y en 1835 se limitó su uso exclusivo para metales preciosos.
Una onza troy llevada al sistema métrico decimal equivale a 31,1035 gramos.
Onza
Una onza avoirdupois y más comúnmente conocida como onza (oz) es una unidad de masa que no se debe confundir con onza líquida (fl oz). Una onza equivale a 28,3495 gramos. Una onza líquida contiene 28,4131 mililitros.
Quilates para medir la pureza
Hemos visto que la onza troy es la unidad de masa para metales preciosos, pues bien, para cuantificar su ley o medir su pureza se utilizan los quilates. No obstante, los quilates también se usan como unidad de masa para piedras preciosas y perlas.
Quilate o kilate como unidad de pureza
Quilate, kilate o karat en inglés y abreviado como Kt o K, es la veinticuatroava parte (1/24) del total de masa que compone la aleación de un metal. Más quilates significa mayor pureza, siendo 24/24 o 24 quilates la cantidad máxima posible de metal puro en una aleación.
Como resultado de las diferentes fracciones que indican la pureza de una aleación, y a modo de ejemplo, tenemos que: 24 quilates (24/24) contiene más de un 99,99% de metal puro, 21 quilates (21/24) el 87,50%, 18 quilates (18/24) el 75%, hasta llegar a un quilate (1/24), con solo un 4,17% de pureza.
Quilate como unidad de masa de piedras preciosas y perlas
Quilate (no kilate) o carat en inglés y abreviado como ct, se utiliza para medir la masa de piedras preciosas y perlas. Un quilate aquí equivale a 200 miligramos (0,20 gramos). Sin embargo, es importante señalar que en el mercado de estos materiales no solo se tiene en cuenta su masa, sino también otras características más específicas como su brillo, su forma, su origen, etc.