Los fondos de inversión son a menudo un producto que impone cierto respeto al inversor particular, como si se tratara de una modalidad de inversión reservada únicamente a perfiles con conocimientos financieros avanzados, cuando en realidad la inversión en fondos es sencilla y está al alcance de la mayoría de los inversores, independiente de su perfil de riesgo o de su capacidad económica.
Por norma general, a un inversor particular que únicamente pretende sacarle algo de rentabilidad a sus ahorros le parece mucho más fácil y accesible comprar unas acciones de Repsol o de Telefónica que seleccionar un fondo de inversión de una lista casi interminable y contratarlo, pero ni se imagina a lo que está renunciado por una simple percepción errónea.
¿Qué son los fondos de inversión?
Los fondos de inversión son un producto financiero de inversión colectiva. Es decir, diversos ahorradores ponen en común sus ahorros para constituir un patrimonio mayor que será gestionado por una entidad profesional que invertirá ese fondo común en diferentes activos financieros (acciones, bonos, materias primas…), según ciertos criterios de inversión conocidos de antemano.
Por poner un ejemplo básico, si yo participo con 10.000 € de capital en un fondo de inversión cuyo patrimonio es de 1 millón de euros, estaré participando en un 1% del fondo de inversión en cuestión. Pero también podría poner únicamente 1.000 € y participar solo en un 0,1%. En cualquiera de los dos casos, estoy formando parte de una cartera de inversión de 1 millón de euros gestionada profesionalmente.
Las ventajas de los fondos de inversión
Son diversas las ventajas de invertir nuestros ahorros en fondos de inversión, pero entre todas ellas destacan las siguientes:
- Se puede acceder a carteras adecuadamente diversificadas y con un buen equilibrio entre diferentes mercados financieros desde una cantidad de dinero muy reducida.
- Se tiene acceso a sectores y mercados en los que podría resultar especialmente dificultoso (e incluso en determinados casos, imposible) invertir de manera directa.
- Podemos acceder a una inversión gestionada profesionalmente sin tener conocimientos avanzados en mercados financieros.
- los traspasos de fondos de inversión está exento de pagar impuestos, siempre que se cumplan los requisitos marcados en la ley (fundamentalmente, que el fondo tenga más de 500 partícipes). Al tributar únicamente cuando se rescata el fondo de inversión, se puede planificar el momento de la venta cuando convenga, por lo que es una inversión que encaja en una adecuada planificación fiscal del ahorro.
- La oferta de fondos de inversión es muy extensa, existiendo casi con toda seguridad multitud de fondos que se adaptan a tu perfil inversor: más o menos agresivos, con exposición a ciertos sectores de alta volatilidad, etc.
- Al estar gestionados profesionalmente, se dispone de un seguimiento de la inversión profundo y actualizado, lo que facilita la toma de decisiones en cualquier momento en base a los informes periódicos que se reciben.
Conceptos básicos sobre los fondos de inversión
Para empezar, hay que saber que el gestor del fondo es independiente de la entidad de contratación. Un mismo fondo de inversión gestionado por el gestor A puede ser comercializado por diversas entidades. Por ejemplo, Self Bank comercializa cerca de 1.800 fondos de inversión de diferentes entidades gestoras.
Cuando uno “contrata” un fondo de inversión, en realidad está suscribiendo participaciones del mismo. El número de participaciones de cada fondo es variable, y depende de cuánta gente se haya interesado por confiar sus ahorros al mismo.
De la misma forma, cuando uno vende su participación en un fondo de inversión se dice que la está reembolsando. Es en el momento de reembolso del fondo de inversión cuando se tributa por las plusvalías/minusvalías del mismo. Existe la interesante acción del traspaso de fondos, con impacto fiscal nulo, consistente en el reembolso de un fondo determinado seguido de la inmediata suscripción de un nuevo fondo sin pagar impuestos por las plusvalías generadas en el primer fondo.
También es importante saber que la gestión profesional de los fondos de inversión exige el pago de comisiones por esos servicios, tanto las que puede cargar el gestor por su labor profesional como la entidad depositaria, conceptos por los que se reduce la rentabilidad final del fondo.
Incluso en algunos fondos la entidad gestora puede cobrar comisiones por suscripción y reembolso del mismo. Todas las comisiones deben estar convenientemente detalladas en el folleto informativo que todo fondo de inversión debe facilitar.
Al margen de los costes intrínsecos que cobran los fondos de inversión, es importante que vigiles si la entidad que comercializa los fondos también tiene algún tipo de comisión (traspaso, abono de dividendos, suscripción y traspaso…). Por ejemplo, en Self Bank no te cobramos comisiones ni por custodia, ni por cambio de comercializador, ni por traspaso de tus fondos de inversión, además de disponer de una cuenta de fondos totalmente gratuita: sin comisión de apertura, de mantenimiento y cancelación.