El verano ya nos ha invadido por completo, con olas de calor incluidas. Los estragos de las temperaturas ya los estamos sufriendo y los intentamos sofocar entre chapuzón y chapuzón. Un calor que también provoca cambios en nuestra alimentación, ya que suele dejar a muchas personas sin hambre o solo con ganas de comer cosas frescas.
Y ese es el objetivo, tomar productos frescos y de temporada. En verano se suelen cometer muchos excesos y, entre ellos, los de la comida tienen un papel preponderante, pues muchos se relajan y descuidan su alimentación. Así, salimos más y muchas comidas se hacen también fuera de casa, abusando de productos calóricos, grasos y, además, caros.
Esto no solo afecta a nuestro físico, sino también al bolsillo, puesto que gastamos más dinero del que debemos en esas comidas y cenas con amigos fuera. Evidentemente, no se trata de aislarse del mundo y pasarnos el verano encerrados entre cuatro paredes, pero sí de llevar una alimentación consciente no solo desde el plano nutricional, si no también del financiero.
Por ello, los productos típicos de temporada pueden ser una gran ayuda para alimentarse correctamente en estos meses y, además, ahorrar. O, al menos, no derrochar.
Compras, menús y presupuesto
El presupuesto tiene que ser básico en nuestra vida. Repartir bien cada mes los recursos con los que contamos es imprescindible para tener unas finanzas saneadas. Por ello, el hábito del resto del año debe mantenerse en verano y establecer un presupuesto para no descontrolar los gastos, incluyendo las comidas y las salidas a restaurantes.
Aunque hay que tener en cuenta que en estos meses el presupuesto es especial, ya que están las vacaciones de por medio, salimos más, tenemos más tiempo libre y, en consecuencia, los gastos se elevan.
En verano solemos pasar más tiempo fuera de casa, lo que se traduce en más comidas en bares, terrazas, restaurantes, etc. Eso conlleva un mayor gasto, que podría acabar con nuestro ahorro del resto de año. De este modo, además del presupuesto de gastos, conviene intentar organizar bien las compras, el menú en casa y, en general, las comidas, para no tirar demasiado de comidas en la calle.
En cuanto a las compras de comida, los productos de temporada pueden resultar de una gran ayuda, ya que al ser de este tiempo están más baratos ahora que el resto del año. Haz la prueba: elabora una lista de la compra compuesta por ellos en su mayoría y síguela cuando vayas al supermercado. Tu bolsillo lo notará.
Hablamos de alimentos como sandía, melón, plátano, piña, coco, lechuga, tomate, el pepino, el calabacín, la judía verde, el aguacate, las sardinas, el atún o las anchoas entre otros. Están ahora en su mejor momento, es decir, recién producidos, con todos sus nutrientes y a mejor precio. Además, muchos de ellos ayudan a sobrellevar las altas temperaturas de estos meses, por ser muy refrescantes.
No es nada difícil ahorrar y comer bien en verano si se parte de la idea de hacer la mayor parte de las comidas en casa (sin ser estrictos, que es verano y apetece salir a comer fuera) y pensando recetas con alimentos de temporada antes de ir al supermercado.
Además, en verano este tipo de alimentos son ideales para llevar al trabajo, puesto que con ellos se pueden hacer ricas y diferentes combinaciones y ensaladas, perfectas para esta época y de fácil elaboración.
Igualmente, por las noches, en casa se preparan cenas rápidas a partir de ellos, y de paso nos ayudan a mantener la línea en verano. La mayor parte de estos productos son bajos en grasas, algo que viene muy bien para elaborar menús semanales que mitiguen los excesos que hacemos normalmente los fines de semana.
La naturaleza nos da la oportunidad de comer bien y no hacer grandes gastos en la cesta de la compra en verano, una época en la que los gastos fácilmente se multiplican. Aprovechar la calidad de los alimentos en recetas fáciles, dejando de lado los procesados y controlando las comidas fuera de casa no solo ayudará a nuestro bolsillo, también servirá para pasar unas vacaciones más saludables.