¡Vuelta al cole! Es la frase más típica y escuchada del mes de septiembre y que la mayoría de estudiantes detesta. Pero sí, toca volver a las aulas y a abrir los libros. Y también a comprar nuevo material, ropa, apuntarse a clases particulares o actividades extraescolares… Un sinfín de gastos que pueden dejar las finanzas de los estudiantes (o de sus padres) muy maltrechas.
Pero no solo es el inicio de curso. La vida de estudiante también tiene múltiples gastos, sobre todo a medida que van creciendo y van teniendo más vida social. Por eso, pensando en aquellos que ya empiezan a pagarse sus caprichos sin depender de sus padres, vamos a dar una serie de tips para que puedan tener ‘vida social’ sin arruinarse y sin tener que pedir paga.
Ocho trucos sin necesidad de magia para estudiantes
- Presupuesto: mucho venimos hablando por aquí de la importancia y necesidad de elaborar un presupuesto mensual con los ingresos y gastos para controlar nuestras finanzas y poder ahorrar. Por el hecho de que seas estudiante y no tengas una nómina no quiere decir que no puedas (y debas) elaborarte uno, pues si lo haces podrás repartir mejor tus gastos y ver cómo puedes hacer que el dinero te dure más e incluso ahorres. No lo pases por alto.
- Colaboración máxima: si se trata de estirar el dinero lo máximo posible, apúntate a la economía colaborativa. Precisamente son los jóvenes los que más han contribuido a extender esta nueva forma de entender las relaciones socioeconómicas, por ello si estudias le podrás sacar aún más partido.
Comparte coche siempre que puedas para ahorrar gasolina; cuando viajes opta por estas plataformas de alquiler vacacional o alójate en casa de amigos o conocidos; comparte piso, porque así también podrás compartir gastos; pide prestados los libros y todo el material escolar que puedas; opta por reunirte con tus amigos para cenar y aportad algo cada uno… Hay una y mil maneras de tener ocio compartiendo gastos, no lo desaproveches.
- Saca partido a las rebajas: aunque las rebajas están perdiendo cada vez más su significado, ya que la liberalización del comercio permite que haya descuentos constantemente durante todo el año, los periodos de rebajas siguen existiendo, por lo que debes aprovecharlos para renovar tu armario y conseguir productos buenos sin gastar tanto. Hablamos, sobre todo, de prendas de fondo de armario (como abrigos, pantalones vaqueros, calzado…) o aparatos de electrónica. No pienses que en rebajas solo hay prendas inservibles que las marcas quieren sacar de su stock; si buscas un poco seguro que encuentras una buena ganga.
- Vende lo que no uses: todos acumulamos montones de cosas que ya no usamos sin atrevernos a deshacernos de ellas “por si acaso”. Craso error. Aferrarse a cosas que no utilizas solo te ocupará espacio y, encima, estás perdiendo dinero. Saca a la venta todo lo que no uses en portales webs de venta de segunda mano o en mercadillos, seguro que te sacas un extra y te deshaces de todo aquello que solo está cogiendo polvo en tu casa.
- Pequeños trabajos: no serás ni el primero ni el último que se pone a trabajar en sus ratos libres para sacarse un dinero. Piensa en lo que se te da bien y aprovéchalo para ganar unos euros. Puedes dar clases, trabajar como dependiente, como camarero… e incluso como repartidor a domicilio si tienes bici. Aunque te dé mucha pereza, tu bolsillo lo agradecerá.
- El gimnasio en la calle: muchos nos apuntamos al gimnasio y pagamos religiosamente la cuota mensual y no le pisamos ni un par de veces al mes. Si eres de esos, no te apuntes y opta por hacer deportes al aire libre como el running, montar en bici, patinar o solo caminar. Con estas disciplinas también estarás en forma, socializarás y encima ahorrarás.
- Se creativo: no te duermas en los laureles y saca tu vena creativa. Seguro que si le das vueltas a tu imaginación puedes hacer mil cosas con las que lograr ahorrar. Tanto a la hora de comer (aprovechar los alimentos para hacer diferentes platos) como de tener ratos de ocio (sesiones de cine gratis o actividades al aire libre), si le echas un poco de imaginación, podrás disfrutar igualmente sin necesidad de derrochar.
- Piensa en el futuro: cuando se es joven no se suele pensar en el momento de la vejez, porque es algo que horroriza a la mayoría. Pero aunque no lo tengas constantemente en la cabeza, sí que es bueno que empieces a pensar un poco más a largo plazo y en que cuanto antes empieces a ahorrar, mejor vivirás ese momento. Ábrete una cuenta de ahorro y empieza a meter en ella el dinero que puedas mes a mes. Cuando pasen unos años, te alegrarás de haberlo hecho. Sobre todo si es de las que hacen crecer tu dinero, como la Cuenta Ahorro Self, que te remunera a un 0,15% desde el primer euro que ingreses y no tiene ningún tipo de gasto o comisión.