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Los japoneses quieren que ahorres tanto como ellos con el revolucionario Kakebo

No es ningún secreto que los japoneses siempre han sido una referencia recurrente a la hora de ilustrar un perfil ahorrador ejemplar. No en vano, siempre se ha asegurado que la cultura japonesa es de las que mayores porcentajes mensuales destinan al ahorro personal, con medias muy por encima del resto de países que, según algunos expertos, podrían estar alrededor del 20% del salario mensual.

Para todo aquel que encuentra todo un reto el llegar a fin de mes con su salario mensual, sin tan siquiera poder reservar para su ahorro apenas unos euros, la pregunta es muy evidente: ¿cómo se lo montan los japoneses para ser capaces de vivir pese a contar, de partida, con ese 20% menos de su salario que destinan al ahorro?

El secreto mejor guardado por los japoneses para tener estos hábitos de ahorro no es otro que la educación financiera, materializada en forma de “libro de cuentas para el ahorro doméstico” o, como es más comúnmente conocido, el Kakebo.


¿Qué es el Kakebo?

El Kakebo no es más que un pequeño diario contable que pretende acercar la gestión de las finanzas personales a cualquier ciudadano de a pie. De hecho, el Kakebo se ha convertido en mucho más que un simple libro de contabilidad doméstica, pues a día de hoy sus principios son considerados un método de finanzas personales.

Sin embargo, el método propuesto por el Kakebo no dista demasiado del más occidental método de gestionar nuestros ingresos y gastos con un presupuesto personal. Sí es cierto que al tratarse de una modalidad mucho más visual y atractiva se favorece la constancia a la hora de completar periódicamente los diferentes apartados que plantea esta especie de diario de cuentas. Y en el ejercicio del ahorro y el control financiero, como todos sabemos, ser constante es fundamental.

Del mismo modo que en el caso del presupuesto, disponemos de diferentes categorías de gastos personales donde debemos ir apuntando nuestros gastos diarios, para a partir de ellos poder hacer sumatorios e ir calculando nuestros balances. Una vez hecho eso, es fácil detectar las categorías en las que gastamos más de lo que debemos y aquellas en las que estamos haciendo un buen trabajo.

Mediante el uso de este sencillo diario desde bien pequeñitos, los japoneses adquieren el hábito de tener totalmente organizadas y controladas sus finanzas personales, condición que facilita el ejercicio del ahorro a medida que los ingresos van creciendo con el paso de los años.

Del libro tradicional a las app móviles

El primer kakebo que se puso a la venta en Japón data de principios del siglo XX, pues su creadora, Motoko Hani, publicó la primera versión física del tradicional Kakebo en 1904. Desde entonces, y pese al paso de los años, la esencia de esa primera versión comercializada de Kakebo sigue siendo la misma.

Aunque en los orígenes el Kakebo era un libro físico que se compraba anualmente para gestionar los gastos domésticos, como cuando en España se compraban aquellas agendas de pomposa encuadernación cada mes de diciembre, en la actualidad existen multitud de aplicaciones móviles y servicios online que facilitan a las nuevas generaciones el seguimiento de las finanzas personales mediante el método japonés.

Aunque, bien sea mediante el Kakebo o el tradicional método de los presupuestos de gastos personales, el principal secreto para tener un buen control de las finanzas personales sigue siendo la constancia y el compromiso. Si no nos comprometemos a anotar nuestros gastos e ingresos de manera periódica, ni el exitoso kakebo japonés podrá ayudarte en tu día a día.


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