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Los datos más aterradores

Es momento de pasar miedo. Octubre ya se ha convertido en el mes del terror por excelencia debido a la festividad de Halloween, una tradición anglosajona que en España hemos adoptado con todo lo que supone. En estos días se estrenan multitud de películas de terror, se ponen a la venta artículos temáticos y se realizan numerosos eventos para celebrar lo que nosotros conocemos como la festividad de Todos los Muertos.

Pero en España, además de toda esta parafernalia, hay otra serie de cosas por las que sentir verdadero pavor y que están directamente relacionadas con la economía y las finanzas en el plano doméstico. Porque, por desgracia, tenemos costumbres relacionadas con el dinero que pueden asustar a cualquiera, sobre todo a los países vecinos, con unos hábitos muy diferentes.

Empezando por el ahorro, que en la cultura mediterránea escasea, pero que la crisis ha demostrado ser fundamental para sobrellevar las épocas duras. A pesar de todo, todavía registramos indicadores que dan más miedo que muchas películas de Halloween. Por ello, hemos recopilado los datos más aterradores para hacernos una idea de la situación y así poder revertirla:

  1. Adictos a la financiación

Para adquirir cosas tan caras e importantes como una vivienda o un coche, lo más habitual en España es pedir un préstamo o crédito bancario para poder hacer frente al pago. Lo que viene siendo, pedir financiación. El problema, que se vio con la crisis, es que en muchas ocasiones solicitamos financiación por encima de nuestras posibilidades y de lo que vamos a poder devolver.

El pasado año, los españoles pedimos financiación por una cantidad total de 3.063 millones de euros, según el INE, cifra que, aunque está lejos de la registrada en la época de la burbuja inmobiliaria, da buena idea de que hemos vuelto a animarnos con eso de pedir créditos al banco. Y si la tendencia sigue al alza, se nos podría volver a ir de las manos.

  1. Ahorro negativo

Tan confiados estamos, o eso parece, en que no vamos a tener problemas para que nos presten dinero, que el ahorro lo dejamos de lado. Prueba de ello es que la cantidad de ahorro registrada en 2017 fue negativa. Sí, pedimos más de lo que guardamos, pues el ahorro cayó a -3.833 millones, según el INE. Esta es la cifra más baja desde 2007, sí, un año antes de que estallara la burbuja.

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Por lo tanto, se trata de otro síntoma muy claro de que ahorrar no es lo nuestro y estamos volviendo a confiar demasiado en que en el futuro no vamos a tener problemas financieros. Esperemos que sea así…

  1. Los meses no dan abasto

Siguiendo con datos que prueban nuestra falta de ahorro tenemos el porcentaje de ahorro que hacemos respecto a la renta neta de la que disponemos. En 2017 este porcentaje cayó al 5,7% de media por familia, como señaló el Instituto de Estadística. Lo que significa que gastamos más de lo que guardamos.

Aquí tiene mucho que ver también, siendo realistas, los bajos salarios de los que gozamos –ahora el salario mínimo ha subido a 900 euros– y los altos costes en vivienda -sobre todo los alquileres- y suministros, como la luz, que no para de escalar. Todo esto, unido a lo poco acostumbrados que estamos ahorrar, ha propiciado esta cifra tan baja.

  1. La deuda baja, pero no lo valoramos

El siguiente dato se podría considerar beneficioso, el problema es que en España tiene el efecto contrario al deseado. Poco a poco, la tasa de endeudamiento de las familias va decayendo, pues en el mes de julio -últimos datos disponibles-, se redujo en 6.812 millones de euros, según el Banco de España.

Esto supone que nuestro endeudamiento neto queda en 706.889 millones, una cifra que no es baladí. Pero, que a tenor de las cifras de necesidad de financiación, no parece suficiente para concienciarnos de que todavía estamos lo bastante endeudados como para pedir más.

  1. Consumistas sin remedio

Y es que parece que nos gusta gastar demasiado. Bien sea en caprichos, ocio o cosas que realmente necesitamos, gastamos sin freno. Mucho más que nuestros vecinos, que son más austeros y hormiguitas.

Los créditos al consumo crecieron cerca de un 15% la pasada primavera, según el Banco de España. Dato que representa el doble que en el resto de Europa donde, según el Banco Central Europeo (BCE), los créditos para consumo personal solo aumentaron un 7% de media. De este modo, volvemos a ver cómo nos confiamos demasiado en que todo irá bien y no dudamos en financiar gastos como las vacaciones, un festejo -las bodas, bautizos y comuniones, por ejemplo-  la compra de electrodomésticos y útiles para decorar el hogar.

Hemos recopilado unos cuantos datos que bien podrían servir para el guión de cualquier película de terror para este Halloween. Cifras económicas que asustan, pero en nuestra mano está que dejen de dar tanto miedo, gracias al ahorro, nuestro mejor aliado.