La elección de una política de inversiones nos ofrece muchas alternativas. Existe el análisis técnico, que elige dónde invertir basándose en los gráficos de evolución de índices y acciones; frente a éste está el fundamental, que, por el contrario, estudia los datos económicos de las empresas para ver cuál es su potencial de ganancias y revalorización.
En base a estas dos grandes formas de análisis se han ido desarrollando distintas teorías. Una de las más utilizadas es el análisis fundamental, el que determina el valor de las acciones y otras inversiones en los “fundamentos” económicos del activo en el que se invierte. Es decir, en información como solvencia, perspectivas de ingresos, ventas, etc. El adalid del análisis fundamental es Warren Buffett, uno de los inversores más famosos del mundo lo es por haber desarrollado el llamado value investing creado por Benjamin Graham. En el value investing se da un paso más allá del análisis fundamental ya que busca encontrar algo más de los datos económicos y evolución: analiza la existencia de valores intangibles y no detectados por el mercado (como equipo directivo de la empresa, perspectivas del producto), que tienen un gran potencial de revalorización.
En el otro extremo, buscando anticipar el movimiento de las acciones o índices, mediante un un sistema desarrollado de análisis técnico tenemos los CTA, o fondos buscadores de tendencia. Este tipo de inversión busca conseguir ganancias, especialmente en momentos con muchas oscilaciones del mercado, pero todas muy pequeñas.
Qué son y cómo funcionan los CTA
Los CTA son ante todo una forma alternativa de inversión. Los CTA, utilizan sofisticados modelos algorítmicos, capaces de analizar gran cantidad de información, que seleccionan los activos en los que invertir de forma automática, eliminando así el factor psicológico. El gestor del fondo CTA crea y perfecciona el algoritmo, hasta el punto en el que el sistema sea capaz de detectar tendencias, incluso antes de que comiencen, y sea capaz gestionar la compra del valor, tomando posiciones a través de derivados o accione. A medida que se cumplen las expectativas, se van aumentando las compras. Ha encontrado una tendencia y la explota al máximo.
El grado de diversificación de este sistema de inversión es sumamente elevado, gestionando además la descorrelación de los activos, por lo que busca conseguir resultado positivos incluso en años en los que la bolsa se comporta mal o de forma muy estable.
La tecnología y los CTA
La tecnología es fundamental para los CTA. En primer lugar, por el algoritmo del que hemos hablado y en el que se basa la política de inversión. El algoritmo, poniendo una comparación algo arriesgada, es como un ser vivo. Se “alimenta” de la experiencia, de los aciertos y los errores, y con este conocimiento mejorado elige las mejores oportunidades en el futuro.
Otro punto en el que está basada la tecnología es el control del riesgo. Aunque es una inversión considerada arriesgada, también tiene aspectos positivos en su cuidado y está basada especialmente en la poca correlación de las inversiones. Si por ejemplo invertimos en países emergentes y hay una caída del precio de las materias primas, casi todas nuestras inversiones relacionadas directa o indirectamente caerán. Los CTA al elegir inversiones independientes disminuyen el riesgo.
Pero lo más importante es el resultado. Los CTA buscan dar resultados positivos a lo largo de los ciclos completos de mercado, ya sean ejercicios malos, buenos y regulares, aunque no siempre lo consiguen. Por ello, además de ser una forma alternativa de inversión, es muy recomendada para el inversor a largo plazo, como es el caso de Planes de Pensiones. Todo ello, les convierte en otra forma alternativa de inversión atractiva si no tienes miedo al riesgo y te centras en el largo plazo.