El pasado 1 de enero de 2019 entró en vigor la normativa NIIF 16, sin embargo, todavía hay muchos inversores que desconocen sus efectos. Esta reforma se implanta buscando una unificación de criterios contables en el ámbito económico europeo para aumentar la transparencia y homogeneidad en los estados financieros de las empresas europeas.
Las implicaciones de esta nueva normativa son significativas, principalmente en los balances ya que podemos ver reflejados notables incrementos de la deuda de las empresas. Es importante conocer bien qué obligaciones conlleva la normativa para comprender si las alteraciones en los estados financieros suponen un peligro real o no para nuestras inversiones.
¿Qué es la normativa NIIF 16?
La normativa NIIF 16 afecta principalmente al sistema de contabilidad que aplican las empresas sobre sus contratos de alquiler. Anteriormente las empresas podían tener contratos de alquiler de todo tipo y su efecto en los estados financieros se veía solamente reflejado en la cuenta de resultados.
Los pagos de arrendamiento se consideraban un gasto operativo y por tanto afectaban al beneficio presentado en la cuenta de resultados. Con la nueva normativa las empresas se ven obligadas a reflejar el contrato de alquiler en su balance, a la vez que incorporan en su pasivo el valor presente de todos los pagos futuros del contrato.
La consecuencia evidente de esta nueva normativa es que las empresas experimentarán un aumento del tamaño de su balance.
¿A qué empresas afecta realmente la NIIF 16?
La normativa afectará principalmente a las empresas que tienen la obligación de presentar sus estados financieros consolidados ante los organismos reguladores, y que están sujetas a la normativa internacional. Esto quiere decir que todas las empresas cotizadas en bolsa española se verán afectadas por esta nueva normativa contable.
No obstante, no tendrán obligación de atenerse a la normativa aquellos contratos de arrendamiento con duración inferior a los 12 meses, o los contratos que sean de un importe inferior a 5.000 dólares estadounidenses.
La normativa tendrá un impacto en todas las empresas grandes. En cambio, las pequeñas y medianas empresas no tendrán que ajustarse a esta nueva normativa, por ahora. Si lo extrapolamos al mercado español, sólo afectará a un 1% del tejido empresarial. Aunque actualmente se está estudiando modificar el Plan General Contable Español al que se tienen que ajustar las pymes, no va a ser fácil homogeneizar criterios teniendo en cuenta los elevados costes que previsiblemente supondría implementar este tipo de cambios.
Lógicamente, los sectores que más se verán afectados por la normativa son aquellos que tengan un gran número de activos en alquiler. Característicamente esto incluye sectores como el retail, el logístico, el aeronáutico, etc. Algunos inversores deberán estar atentos y analizar sus carteras, ya que la posibilidad que tenían hasta ahora las empresas de sacar del balance obligaciones futuras mediante contratos de alquiler o leasing ya no es una opción. Dentro de las cotizadas españolas, las que previsiblemente sufrirán más por la implantación de la norma contable serán Telefónica y Repsol, ya que serán las que registren un mayor incremento de deuda asociado a este cambio contable.
¿Cuáles son los principales efectos y consecuencias de la NIIF 16?
La obligación de capitalizar el valor de los contratos de alquiler en el balance de las empresas tendrá una serie de efectos inmediatos en los estados financieros de las empresas. El más evidente es que las empresas con muchos contratos de alquiler experimentarán una expansión importante de su balance. Naturalmente esto afectará a los ratios de endeudamiento. Las empresas pasarán a estar mucho más endeudadas ya que tendrán que reflejar como deuda el valor de todos los pagos futuros del contrato de alquiler.
Esto también tiene un impacto evidente en el cálculo de todo tipo de ratios financieros que utilicen una magnitud del balance. Los ratios de endeudamiento son frecuentemente utilizados por los analistas profesionales, pero también los ratios de eficiencia sobre los activos, como el ROCE o ROIC oscilarán notablemente.
Este cambio de estructura financiera de las empresas puede tener además repercusiones más allá de alterar la perspectiva de los analistas. Las empresas verán como su endeudamiento aumenta y esto puede complicar su acceso a crédito y nueva financiación. También, previsiblemente puede haber un incremento del coste financiero, lo cual podría trascender al balance y llegar a afectar a la cuenta de pérdidas y ganancias y, en consecuencia, a los beneficios netos finales.
A pesar del aspecto retroactivo que supone el incremento en deuda, la implantación de la norma NIIF 16 tiene un beneficio en el cálculo del Ebitda. Con la antigua norma contable, el gasto por arrendamiento era un gasto operativo que se incluía en el cálculo del Ebitda, y ahora pasa a ser un gasto por amortización (por la amortización del nuevo asiento del balance) y un gasto financiero (por el pasivo), que se encuentran fuera del cálculo del Ebitda. El Ebitda o resultado operativo es una métrica muy utilizada actualmente por los analistas.
¿Cómo modificará la NIIF 16 la estrategia de las empresas?
Todo cambio normativo tiene un impacto en la estrategia de cualquier empresa y en cómo organiza su actividad. En el caso de la NIIF16, las empresas previsiblemente al tener menos incentivo para alquilar sus activos podrían pasar a comprarlos. Sin embargo, no necesariamente tiene por qué producirse este cambio. Lo que sí que es de esperar es que las empresas serán más escrupulosas en diferenciar entre gastos de mantenimiento y gastos de servicio en sus contratos de arrendamiento ya que estos conceptos tendrán diferentes implicaciones en los estados financieros.
Como conclusión, las empresas se deben adaptar realizando un trabajo de reestructuración de sus contratos de arrendamiento, renegociando sus características y, en definitiva, ajustando su balance a la nueva normativa NIIF 16.
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