Hasta no hace mucho, pocos clientes particulares se planteaban tener una cuenta en divisas, y éstas estaban básicamente enfocadas a empresas que hacían negocios de forma recurrente con otras monedas (vía exportaciones o importaciones). Sin embargo, cada vez son más los que la tienen o se plantean tenerla. Vamos a ver qué usos le podemos dar.
Qué son las cuentas en divisas
Las cuentas en divisas son cuentas en las que podemos tener una o diferentes divisas. Si tenemos una cuenta en dólares, podremos tener dólares, de la misma forma que tenemos euros en una cuenta normal. Es importante aclarar que para ingresar o traspasar lo tendremos que hacer en dólares. Y, ¿cómo podemos ingresar dólares si tenemos euros? En el banco nos harán el cambio al tipo de cambio que haya en ese momento en el mercado, aunque normalmente nos aplicarán una comisión.
Además, esas cuentas no admiten domiciliaciones y suelen liquidar con periodicidad mensual. Las comisiones suelen ser más elevadas que las de una cuenta en euros, pero todo dependerá de la vinculación que tengamos con el banco.
Deberemos estar alerta, porque esa comisión es “invisible” habitualmente. Se nos aplicará en el tipo de cambio. Vamos a ver un ejemplo. Si el tipo de cambio es de 1,18, y nos aplican un 3% de comisión y queremos comprar dólares, el tipo de cambio que nos aplicarán será de 1,1445. Si queremos comprar 1.000 dólares, sin comisión nos costaría 847 euros, y con la comisión nos costaría 874 euros. Es decir, aunque no veamos en el extracto de nuestra cuenta en euros un concepto de comisión, de forma implícita nos habrán cobrado 27 euros.
Además, en algunas entidades podría ofrecernos una cuenta multidivisas. Aunque no es habitual, sí que puede llegar a suceder, En ese caso, en una misma cuenta podríamos tener diferentes divisas.
Cuándo es interesante tenerlas
Normalmente, cuando alguien piensa en una cuenta en divisas, lo primero que viene a la mente es contratarla cuando vamos a tener un uso intensivo de esa divisa. Por ejemplo, si viajamos mucho a Estados Unidos, o hacemos muchos pedidos de cierto volumen, puede interesarnos tener una cuenta en dólares y así podremos hacer transferencias en esa divisa.
Lógicamente debería ser una operativa de cierto volumen, ya que si no la mayoría de gestiones las podremos realizar mediante tarjeta de crédito u otros sistema de envío de dinero que ahora proliferan en internet (el universo fintech ha entrado fuerte en este nicho de negocio). Además, podremos aprovechar esa cuenta para sacar dinero en el país de la divisa, ya que muchos de los bancos nacionales tienen sucursales en el extranjero, que podemos utilizar.
Para qué sirven y son prácticas para un particular
Aunque inicialmente el uso que le daban los inversores particulares era el de inversión en divisas, cada vez más estas cuentas sirven de apoyo para invertir en empresas en moneda local. Vamos a ver cómo funcionan y qué ventajas puede tener:
Cuenta en divisas como inversión: Cuando un inversor quería diversificar su exposición a divisas, sobre todo cuando teníamos pesetas, mucha gente buscaba tener su dinero protegido en dólares o libras. Para ello, mucho mejor que tener los billetes físicos era tener una cuenta en divisas. Otra opción es una simple pura apuesta especulativa. Si creo que el dólar va a subir, una forma de tener exposición a la moneda en alza era esa: abrir una cuenta en dólares y acumular. Sin embargo, en la actualidad este uso pierde algo de fuerza, ya que si queremos tener exposición en dólares tenemos otras opciones, como pueden ser los derivados, o fondos monetarios o de renta fija en dólares, y que no estén cubiertos. En Self Bank puedes buscarlos a través del buscador de fondos, entre los casi 2.000 disponibles.
Cuenta divisas para comprar activos en moneda local: Una opción que se está popularizando entre los inversores es la de tener una cuenta en divisas para invertir directamente en acciones o etf. En este caso, hay dos grandes ventajas:
- Podemos escoger el momento en el que se hace el cambio de divisas, ya que la tenemos que hacer de forma manual. Por ejemplo, cuando el dólar cotizaba a 1,4 podíamos haber acumulado dólares, y ahora podríamos ir comprando empresas USA tirando de ese saldo. En cambio, si nuestra cuenta es en euros, en cada operación nuestro bróker hace un cambio de divisa en cada compraventa.
- Menores costes: Si tenemos una cartera con acciones en euros, cada vez que cobramos un dividendo, este se convierte a euros, con la consiguiente comisión. Además, si queremos reinvertir ese dividendo, otra vez tendremos que pagar la comisión de cambio de divisas. En cambio, si tenemos una cuenta en divisas, cobraremos en dólares, y reinvertiremos en dólares. Eso a largo plazo puede ser una ventaja muy interesante.