La jornada de hoy ha sido un resumen de lo que le ha venido sucediendo a las bolsas durante el segundo trimestre del año: los mercados han bailado al ritmo de Grecia. Como no podía ser de otra forma, la elevada volatilidad que hemos visto en los últimos meses ha vuelto a hacer acto de presencia hoy. Las bolsas han sufrido fuertes vaivenes a medida que se conocían informaciones sobre el estado de las negociaciones entre Grecia y sus acreedores.
En un intento desesperado por llegar a un acuerdo, Juncker (presidente de la Comisión Europea) y Tsipras (primer ministro griego) han tratado de acercar posturas hasta el último momento. Y es que hoy, además de cierre trimestral, era la fecha límite para que Grecia pagase al FMI los famosos 1.560 Mn€ que le adeuda. Además, expiraba la prórroga que le otorgaron las instituciones el pasado mes de febrero. Tras esta, el BCE no tendría por qué mantener la línea de financiación de emergencia a la banca griega.
Las bolsas europeas han continuado la senda bajista iniciada ayer. Aunque más moderadas, las pérdidas ha vuelto a ser abultadas: el DAX alemán se ha dejado un -1,2% y el CAC francés un -1,6%, ya que cuenta con varias firmas de moda dentro del índice y éstas ha sufrido fuertes caídas después de que los analistas de Bank of America rebajasen su recomendación sobre el sector.
Al contrario que ayer, los países periféricos han aguantado mejor el chaparrón: el MIB italiano ha perdido un -0,4% y nuestro Ibex un -0,78%, que le han hecho perder los 10.800 puntos. Las primas de riesgo de ambos países han logrado mantenerse estables en torno a los 155 puntos básicos.
Ensombrecidos por Grecia, hoy hemos conocido algunos indicadores macroeconómicos como la tasa de desempleo de la zona euro, que repite en el 11,1%. No ha habido sorpresas en el dato de IPC, que se ha situado en el 0,2% tal y como esperaba el consenso.
En Estados Unidos las bolsas de Wall Street rebotan tras conocerse la confianza del consumidor. Esta ha aumentado hasta marcar una lectura del 101,4, muy superior tanto al dato del mes anterior (94,6) como a la cifra que había pronosticado el consenso: 97,4.
Cerramos un trimestre en el que las bolsas europeas se han dejado de media un -7%. Tras registrar un primer trimestre récord, en el segundo los inversores han puesto los pies en la tierra.
La tendencia alcista de los primeros meses del año se mantuvo hasta mediados del mes de abril, momento desde el cuál Grecia volvió a adquirir protagonismo como el principal foco de preocupación. Desde entonces, las bolsas europeas cambiaron de rumbo y comenzaron a sufrir caídas.
Tampoco han ayudado otros factores, como el clima político en España, la subida del euro o el aumento de la rentabilidad de la renta fija, que es cada vez más atractiva y por tanto desincentiva la inversión acciones.