Innovar es un símbolo del crecimiento económico y del desarrollo. Hasta ahora el gasto de los países y empresas en Innovación y en I+D+i ha estado asociado a su crecimiento económico.
La innovación tecnológica es una fuerza importante en el crecimiento económico. Se estima que explica el 85% del crecimiento económico en el mundo. Se toma como un axioma que la actividad innovadora ha sido el componente más importante del crecimiento económico a largo plazo.
El Banco Mundial señala los factores que son necesarios para el crecimiento basado en la innovación. Por ejemplo, cabe destacar que ¨existe una brecha sustancial y crónica en términos de innovación entre países en vías de desarrollo como, por ejemplo, en Latinoamérica y los países y regiones desarrollados comparables. Esta brecha existe no solo en el ámbito de la I+D y las patentes, sino también en el contexto de la innovación de productos y procesos; además, la sufren las empresas grandes y pequeñas por igual. De hecho, incluso las estrellas emprendedoras de la región —las empresas exportadoras y las multilatinas—están atrasadas en aspectos importantes relativos a la innovación¨.
Para intentar salir de esta situación es necesario establecer una estrategia sobre los siguientes factores:
1) Capital humano: Aumentar la promoción del talento en el ámbito de la ingeniería y el emprendimiento.
Los graduados universitarios en ciencia y tecnología y los ingenieros escasean en algunos países, y esta escasez tiene un impacto directo en la innovación. Este hecho está relacionado estrechamente con la calidad de la educación, y fundamentalmente con el mantenimiento de un modelo educativo obsoleto del siglo pasado, nacido de las sociedades industriales en las que el conocimiento memorístico es la “estrella” del plan educativo, algo que ya se encuentra a golpe de click para cualquier persona y que su facilidad de acceso hace que tengamos que plantearnos un cambio de paradigma en este modelo.
Los países que han abordado este cambio de modelo educativo, como por ejemplo Corea del Sur o Finlandia, son los que hoy en día están arrojando un mayor índice de innovación mundial y, por ende, un mayor crecimiento económico sostenible.
En el aspecto económico se nos plantea otra disyuntiva importante ¿cómo capacitar a los alumnos para el trabajo si no sabemos cómo estará el mercado laboral la próxima semana, tal y como demuestra la actual crisis? Hay más de 50 nuevas profesiones que no existían hace solo 15 años. El cambio en el sistema educativo, especialmente el universitario, hacen necesario abordar sin dilación estos cambios que están produciendo también una expulsión del mercado laboral de profesiones tradicionales.
Sirva como ejemplo el coche autónomo que Google y marcas como Lexus, Mercedes o BMW están comenzando a fabricar, ahora como prototipos pero en breves fechas estarán en el mercado. ¿Qué pasará con profesiones como la de taxista o conductor de autobús o de camión en los próximos años, cuando un 80% de la flota de vehículos en los países desarrollados sea sin conductor? Se tendrán que reconvertir millones de profesionales. O ¿qué está pasando con la llamada economía compartida en el sector del hospedaje, por ejemplo, con la aparición de AIRBNB, la red de alojamientos compartidos, que ya supera a cadenas como Hilton o Intercontinental en número de hospedajes en el mundo sin poseer ni una sola habitación en propiedad? Algo tiene que cambiar… porque la innovación todo lo está cambiando.
2) Propiedad intelectual: Dado que cada país cuenta con sus propias leyes en torno al tema, garantizar los derechos de propiedad intelectual puede llegar a convertirse en una ardua tarea burocrática para los emprendedores y para desarrollar una innovación.
Este panorama complicado brinda menos protección a los creadores de un producto, desalentando la tan necesaria inversión en investigación y desarrollo de nuevos servicios o innovaciones. Es necesario no sólo invertir más en innovación para crecer, sino también hacer que los productos fruto de la realización de patentes en I+D sean tangibles, comercializables y tengan una mayor protección por parte de los estados.
El Copy-Paste generalizado en algunas economías no aumenta sino el riesgo y la inseguridad jurídica para la Innovación. En este sentido, los acuerdos internacionales deben garantizar una mayor protección, aunque no lo deben hacer a costa de aumentar las trabas burocráticas para las patentes.
3) Asunción de riesgos: A nadie le gusta el fracaso, pero sobre todo en los países llamados latinos la profunda vergüenza social asociada al fracaso frena la innovación, desalentando la asunción de riesgos por parte de los emprendedores.
Esto es evidente tanto en la reticencia individual a nivel empresario como en el bajo nivel de inversión en investigación y desarrollo, especialmente en el sector privado. El hecho de que entre la cultura de los países más desarrollados esté afincado y arraigado el hecho de que “unas veces se gana y otras se aprende” facilita la asunción de riesgos.
Este aspecto muy cultural y relacionado con la economía de la innovación debe ser estimulado desde la escuela hasta la universidad, desde el cine hasta la televisión, y desde las empresas privadas hasta las públicas.
4) Logística: La modernización de los puertos, el transporte y el sistema aduanero podría mejorar las ventajas competitivas de los productos regionales.
Actualmente, la baja calidad de los servicios públicos, los enlaces de comunicación e infraestructura de transporte multiplican los obstáculos que enfrentan muchos países a la hora de mejorar su capacidad de producción y crecimiento económico. La innovación en los sistemas logísticos con la llegada de la robótica y de la realidad virtual mejorará, sin duda alguna, el desarrollo económico de determinadas regiones.
5) La innovación en el sector público: El peso del sector público en algunos países, especialmente en Europa, hacen muy necesaria la introducción de la intrainnovación en la administración.
Las barreras burocráticas hacen de freno para el desarrollo del crecimiento económico y de la innovación. Un plan para la mejora de la administración, especialmente la maquinaria de la justicia y de la burocracia de acceso a ayudas públicas a la innovación y al I+D, ayudarían mucho a los sectores ligados a la innovación. Ejemplo paradigmático está siendo el mundo de las Apps en el sector de la eHealth. Mientras se visan en estados Unidos unas 400.000 Apps para su aplicación a la salud por parte de la FDA (organismo relacionado con la validación de los medicamentos para el uso ciudadano), otro millón de Apps están naciendo y vuelven obsoletas a las ya validadas. Se llega tarde a la propia evolución de la innovación en el sector de la Salud Digital.
La innovación es por tanto la capacidad de crear y poner en práctica ideas novedosas que se ha comprobado que ofrecen algún valor sobre las existentes, y adquieren un carácter económico y por tanto de desarrollo social por el tipo de valor que la innovación tiende a entregar, más centrado en los beneficios en la mejora de la calidad de vida y el bienestar de la comunidad.
La tecnología y la innovación serían un buen acicate para el progreso social de la humanidad. Sin igualdad de oportunidades no hay educación, y por consiguiente no hay socialización del conocimiento y hay menos probabilidad de que haya innovación, y menos desarrollo humano.