No hace mucho reservar las vacaciones por internet era la opción elegida solo por aquellos que querían organizar el viaje por su cuenta y evitar intermediarios. A día de hoy, el 87% de los españoles ya reservan sus viajes de forma telemática. Los ciberdelincuentes han puesto el foco en este mayor volumen de reservas online.
Según la encuesta de Musement:
● el 58% prefiere reservar por internet porque permite una mayor flexibilidad y personalización del viaje.
● Un 25% lo hace porque ahorra tiempo
● Un 17% porque es más económico.
Sea por el motivo que sea, la realidad es que este número creciente de usuarios confirmando viajes en la red requiere una capa extra de seguridad, para garantizar las transacciones ante métodos de estafa cada vez más refinados.
Y no solo es una tarea de la plataforma de reservas y de las pasarelas de pago, también lo es de cada uno de los viajeros que se decide a pagar el alojamiento, el transporte o las actividades de sus próximas vacaciones.
¿Cómo detectar una posible estafa al reservar online las vacaciones?
La clave para no caer ante una posible estafa es muy fácil de entender. Quizá lo más complicado sea tenerla siempre presente y no olvidarla:
Reservar online implica pagar por algo que aparece en una pantalla. Por tanto, lo más importante es estar 100% seguros de que lo que hay en la pantalla es real y lo ofrece una empresa fiable.
Las plataformas de reservas más conocidas y copias falsas de sus anuncios
Ana tiene una vivienda vacacional en Marbella. Un martes de julio a mediodía recibe una llamada del portero del edificio avisándole que hay unos extranjeros que preguntan por ella, que tienen una foto de su piso y que pone su nombre. “Me sorprendió la llamada, pues en ese momento ya tenía inquilinos alojados, era imposible que tuviera otro check-in ese día”, aclara la propietaria.
A ambos lados del teléfono la situación era legítima. Los recién llegados a la Costa del Sol mostraban su reserva, aparentemente correcta y Ana revisaba su calendario comprobando que, con total seguridad, esa reserva no existía.
Tras una llamada al portal de reservas, quedó confirmado lo que parecía evidente: los turistas habían reservado en una web falsa que había duplicado el anuncio de Ana.
“Me sorprendió la llamada, pues en ese momento ya tenía inquilinos alojados, era imposible que tuviera otro check-in ese día”
Airbnb y Booking son las más conocidas para alquiler de pisos vacacionales. Hay otras, pero la inmensa mayoría están en estas plataformas.
En cuanto a los hoteles, además de ofrecer reservas en portales (como Booking, Expedia, Destinia…), también es posible reservar directamente en su propia página web.
El fraude se produce cuando inconscientemente el viajero accede a páginas que simulan ser las oficiales, pero no son más que una réplica bien lograda.
Comprobar que la dirección web es correcta
El dominio debe coincidir con el de la plataforma que se está usando: por ejemplo, https://www.airbnb.es/ Y debe empezar por https://, con s, que indica que es un sitio seguro.
¿Cómo hemos llegado a este anuncio?
Esta simple pregunta puede evitar muchos problemas. Las páginas falsas no suelen estar bien posicionadas en los buscadores, pues se crean y desaparecen a los pocos días, una vez que han logrado engañar a suficientes incautos.
Así que lo más habitual es captar la atención de la víctima mediante una oferta que llegue por email, por WhatsApp o que aparezca como publicidad en una red social o en otra página web.
Verificar comentarios
Los alojamientos suelen tener referencias de estancias anteriores. Leerlas no solo es útil para comprobar que es real, sino para verificar que las fotos y las características coinciden con lo que efectivamente encuentra el huésped a su llegada.
También es interesante buscar las fotos y las reseñas de Google y Tripadvisor, pues corresponderán con la experiencia de huéspedes que ya se han alojado en ese lugar.
Llamar por teléfono
Ante cualquier duda, todo hotel y, en general, toda empresa fiable tiene un teléfono de contacto al que llamar. Comprobar que coincide el precio que vemos en internet y su disponibilidad y preguntar por la plataforma donde hemos visto su anuncio es una forma de verificar que vamos a pagar por algo que existe.
Nadie da duros por cuatro pesetas
El viejo refranero sigue siendo útil. Reiteramos que el objetivo del delincuente digital es captar la atención de su posible víctima. Un alojamiento excepcional a un precio bajo es una forma efectiva de lograrlo. Por tanto, aunque los chollos existen, conviene desconfiar a priori y verificar que lo que se ofrece es cierto.
Las prisas no son buenas consejeras
Todos estamos ansiosos por reservar las vacaciones, especialmente cuando se acerca el verano, pero hacerlo con prisas puede llevar a omitir ciertas comprobaciones básicas, como las mencionadas en este artículo. Mejor sentarse un rato, abrir varias pestañas del navegador, anotar en un Excel las fechas, diferentes opciones y precios y, finalmente, decidir con calma.