El progreso de la sociedad de consumo ofrece muchas ventajas, pero también trae aparejados algunos inconvenientes, siendo uno de los principales la gestión de los residuos que se producen. En general, existe una relación entre el volumen de desechos que se originan y la renta del país. En España se generan 449 kilogramos por habitante y año, según el informe publicado en julio de 2015 por Eurostat, ligeramente por debajo de la media de la Unión Europea (481), y lejos de países como Dinamarca (747) o Alemania (617).
Un mejor uso de los medios con los que contamos y una adecuada gestión de los residuos son aspectos que contribuyen a la conservación del medio ambiente, con efectos incluso en la salubridad, ya que hay muchos materiales y componentes que pueden resultar tóxicos o contaminantes si no se procesan adecuadamente.
Pero, además, existe un componente económico claro, porque, ¿qué es la economía, sino la ciencia que se ocupa del mejor aprovechamiento de los recursos?
Tipos de residuos
Según su origen, se puede distinguir entre:
- Residuos industriales.
- Residuos agrícolas.
- Residuos sanitarios.
- Residuos sólidos urbanos.
Ésta última es una categoría muy importante, ya que sobre ella todos tenemos cierto potencial de actuación. Dentro de los residuos sólidos urbanos podemos encontrar:
- Vidrio.
- Papel y cartón.
- Basura orgánica.
- Plásticos.
- Textiles.
- Metales.
- Madera
- Escombros.
Aproximadamente un 60% de los residuos sólidos urbanos son materia orgánica.
Por otra parte, existen otros elementos generados por los hogares, pero que contienen componentes potencialmente peligrosos, por lo que necesitan ser tratados de otra manera, como por ejemplo:
- Aceites minerales y baterías procedentes de vehículos.
- Material electrónico.
- Electrodomésticos de línea blanca.
- Medicamentos.
- Pilas.
- Productos químicos.
- Termómetros.
- Lámparas fluorescentes y bombillas de bajo consumo.
Dentro de estos, hay algunos que llevan incluido en su precio la ecotasa para costear su tratamiento, de modo que el propio distribuidor se encarga de recoger los viejos, como sucede, por ejemplo, con los neumáticos o las neveras.
La normativa en materia de reciclaje
A raíz de la Directiva 2008/98/CE, de 19 de noviembre de 2008, España renovó su Ley de Residuos, siendo la actual de 28 de julio de 2011. Hay dos ideas subyacentes en estas normas: la prevención (el mejor residuo es el que no se genera) y el reciclaje (reutilización, retorno de envases…). En base a estos parámetros, se establecieron varios objetivos:
- Antes de 2015 deberá hacerse una recogida separada de los residuos (papel, plástico, vidrio, metales) y se fomenta la separación en origen de los residuos orgánicos biodegradables.
- Antes de 2020 la prevención deberá ser del 10% (las Administraciones Públicas deberán aprobar programas y planes para ello) y la reutilización y reciclaje de los residuos domésticos deberá alcanzar el 50%.
- Las bolsas comerciales de un solo uso de plástico no biodegradable desaparecerán de forma progresiva hasta su prohibición en 2018. Desde 2015 deberán llevar un mensaje sobre sus efectos en el medio ambiente.
Por qué es importante el reciclaje
Por otra parte, el reciclaje contribuye al ahorro de energía y a la reducción de la emisión de CO2 a la atmósfera. En España se reciclan cada año más de un millón de toneladas de envases (aproximadamente un 73%, superando claramente el objetivo del 55% establecido por la UE), lo que supone un ahorro de tres millones de MWh y de 24,5 millones de m3 de agua, así como una reducción de 1,2 millones de toneladas de CO2 (como si se retiraran el 25% de los coches que circulan en Madrid).
Por tipos de envase, según los datos de Ecoembes, se han reciclado un 83,6% de los envases de metal, un 81,7% de los de papel y cartón, y un 61,4% de los de plástico, cifras todas ellas por encima de los parámetros establecidos en la Directiva de la Unión Europea, y que sitúan a nuestro país entre los diez primeros de la Unión en este ámbito. Para ello, tenemos a nuestra disposición más de 300.000 contenedores amarillos y casi 200.000 azules, además de 95 plantas de selección de residuos, de las cuales 54 están automatizadas.
También se ahorra en el uso de materias primas, tanto a través del reciclaje como mediante el rediseño de envases, más ligeros y sostenibles, lo que ha permitido una reducción de 440.000 toneladas de materiales.
La economía circular
La concienciación hacia el cuidado del medio ambiente tiene un apoyo importante en otra vigorosa tendencia que existe en la actualidad. Hemos pasado en unos años de la obsolescencia programada (aparatos con fecha de caducidad proyectada en su software), de los cuales nos deshacíamos sin más (impresoras, móviles…), hacia la economía circular: se trata de extender el ciclo de vida de los productos mediante las reparaciones, la reutilización y la refabricación de artículos viejos. También surgen de ahí nuevos modelos de negocio, basados en alquilar, compartir y en productos de segunda mano. La Eurocámara debatió en diciembre de 2015 diversas propuestas para promocionar la economía circular.