alphabet

El androide que poco a poco se va comiendo la manzana. La batalla de Alphabet y Apple también en bolsa

Los dos gigantes de la tecnología luchan mano a mano, peleando para que tu próximo teléfono lleve su software, al mismo tiempo que tratan de diversificar su negocio y de mantener contentos a sus accionistas.  

Alphabet partió de un buscador, Apple de un ordenador.

Google nació de un proyecto de la universidad de Stanford. Los estudiantes Larry Page y Sergey Brin querían clasificar y mejorar el acceso a la gigantesca masa de información online que ya había a mediados de los noventa. En septiembre de 1998 lanzaron el buscador que pronto se convirtió en la principal forma de acceso a las páginas web de todo el mundo.

La historia de Jobs y Wozniak en el garaje donde surgió Apple es de sobra conocida. Sus fundadores, tirando más de electrónica que de informática sacaron el Apple I en julio de 1976. Éste y su versión mejorada Apple II fueron productos de enorme éxito que llevaron a la compañía a salir a bolsa muy temprano, en 1980.

Antes de la hegemonía de iOS y Android.

alphabet

Los últimos años del siglo XX fueron los de penetración de los teléfonos móviles en la sociedad. Marcas como Nokia, Siemens, Motorola o Ericsson competían en un mercado nuevo donde el móvil dejaba de ser un elemento de comunicación exclusivo para convertirse en un accesorio cotidiano más, necesario para la comunicación diaria de todo ciudadano.

En esa época cada marca desarrollaba su propio firmware (sistema operativo), hasta la aparición de Symbian, en 1997. Éste tenía sus raíces en el software de las PDA y estuvo presente en los primeros teléfonos inteligentes, principalmente respaldado por Nokia. Los terminales de BlackBerry, con su propio sistema operativo, entraron en escena en 1999 y lograron ocupar una importante cuota de mercado durante la siguiente década.

Microsoft llegó tarde. Nokia daba sus últimos coletazos como compañía líder cuando alcanzó un acuerdo en 2011 con Microsoft para integrar en los dispositivos de la marca finlandesa el firmware Windows Phone. En 2013, Microsoft adquiría las divisiones de telefonía de Nokia.

En 2017 Microsoft anunciaba que dejaba de fabricar teléfonos móviles y, a día de hoy, las ventas de BlackBerry son prácticamente testimoniales.

iPhone, punto de inflexión. Y punto de partida para Android.

alphabet

Los smartphones empezaban el siglo XXI bien equipados: internet en el teléfono, mensajes multimedia, cámara de vídeo… No parecía faltar nada, hasta que, en 2007, aparece Steve Jobs con un gadget nuevo: el primer iPhone era un teléfono muy bonito, fácil de utilizar y ¡con pantalla táctil! La tecnología subía varios peldaños de una vez y desde ese momento, cada vez más personas no querían un móvil, sino un iPhone.

A diferencia de otras compañías, Apple sólo fabrica dispositivos con su propio sistema operativo: iOS para iPhone y para iPad (y más adelante watchOS para Apple Watch), siguiendo la filosofía con la que triunfó con sus ordenadores Apple, y sigue haciéndolo con sus Mac.

Android Inc. nació en 2003. Sus cuatro fundadores querían mejorar el sistema integrado en las cámaras digitales de la época y con ese pretexto lanzaron su primera ronda de financiación en 2004. Pronto vieron que software de código abierto que estaban desarrollando podía abarcar mucho más y reorientaron el proyecto hacia los teléfonos móviles, hasta entonces prácticamente monopolizado por Symbian.

Google compró Android en julio de 2005. Poco se sabía esos primeros años de aquella misteriosa sección de Google, salvo que estaba desarrollando software para dispositivos móviles, aunque se especulaba con que tras la modesta adquisición el buscador pretendía entrar con fuerza en el sector.

En 2007 Google lo tenía todo listo para lanzar el sistema operativo móvil. Parecía ser un dispositivo similar a una BlackBerry pero vitaminada con Android, sin embargo, la irrupción del iPhone con una pantalla totalmente táctil frenó el lanzamiento.

Finalmente el sistema operativo de Google salió después del de Apple, en septiembre de 2008, instalado en el HTC Dream (T-Mobile G1 en el mercado norteamericano), un terminal que combinaba pantalla táctil y teclado.

Diez años con Android.

alphabet

Apple se adelantó a Google más de un año (primer iPhone, junio 2007; primer teléfono con Android, septiembre 2008). La fiebre por adquirir el iPhone solo dio a Apple un cuartelillo de año y medio, porque ya en 2010 había más terminales corriendo bajo Android que dispositivos con iOS. El declive de Symbian era ya evidente y fue superado por Android antes de terminar ese mismo año, lo que significaba que el sistema de Google estaba en la mayoría de los teléfonos del momento.

La apuesta de Apple y Google por sus sistemas operativos para móviles rápidamente se tradujo en mejoras técnicas y características inimaginables dentro de un teléfono móvil, lo que paralelamente condenó a BlackBerry y Symbian a su desaparición. Pero, y si comparamos Android con iOS, ¿por qué el androide tiene una mayor cuota de mercado desde 2010? La respuesta es fácil de entender. iOS solo está en dispositivos de Apple (iPhone y iPad), mientras cientos de fabricantes de todo el mundo instalan Android en sus teléfonos.

Observando su evolución, la cuota de mercado de iOS se mantiene constante, en torno al 20%. Concretamente, los últimos datos de Statcounter, cifran en un 22% el número de terminales con iOS, mientras que Android está en un 76% de los terminales. Se estima unos 2.500 millones de usuarios activos al mes en Android y más de 20.000 modelos diferentes de teléfonos, fabricados por unas 1.300 empresas. En cuanto a las cifras de Apple, sumando teléfonos y tablets no alcanzan los 50 modelos diferentes (desde el lanzamiento del primer iPhone), con un total de 1.400 millones de usuarios.

Alphabet vs. Apple en bolsa.

Se suele decir que de haber invertido en alguna de estas dos empresas en sus orígenes, cuando todavía eran unicornios, o poco después de su debut en bolsa, hubiera sido todo un éxito, llegando a multiplicar por diez el valor de valor de la cartera.

Las acciones de ambas compañías han seguido una estela ascendente desde su lanzamiento. No en vano, los inversores suelen mirar estos dos valores como referente del sector, especialmente su capitalización bursátil, que ha sufrido altibajos en los últimos años.

En 2012 Apple era la compañía con mayor valor de la historia. Con las ventas de iPhones y iPads superando cualquier expectativa, ese año, no obstante, los analistas empezaban a dudar sobre su futuro, considerando que la creatividad e innovación de la compañía ya había alcanzado su máximo.

Por su parte, Alphabet, en 2016, tras los buenos resultados obtenidos el ejercicio anterior, se convertía en la empresa cotizada de mayor valor del mundo, superando a Apple. Sus acciones subieron un 8% y su capitalización llegó a los 558.000 millones de dólares (Apple entonces contaba con 535.000 millones).

Ambos han seguido avanzando y, por primera vez, Apple alcanzó el billón de dólares de capitalización en agosto de 2018. En 2019, tras la última Keynote donde presentó sus últimos terminales, volvió a recuperar esta cifra récord.

A mediados de 2019, aunque Alphabet todavía mira de lejos a su rival tecnológico con una diferencia de 150.000 millones de capitalización, la matriz de Google supera a Apple en reservas de efectivo: Alphabet es la empresa con más cash del mundo, 117.000 millones de dólares (102.000 millones declara Apple).

Según los analistas del Financial Times, los accionistas podrían interpretar este elevado volumen de recursos disponibles como una garantía para el futuro, a la misma vez que podrían exigir más reinversión y un dividendo más generoso. Sin olvidar que ese efectivo está en gran parte repartido en países de baja tributación, y que podría haber nuevas sanciones para frenar su ingeniería fiscal.

Self Bank ha obtenido los datos contenidos en esta comunicación a través de otras fuentes de información que considera fiables pero no se hace responsable de la completa exactitud de los mismos. Estos datos solo tienen una finalidad informativa y no deben interpretarse como una recomendación de compra o venta.

Self Bank no se hace responsable de: (i) cualquier pérdida derivada de la utilización directa o indirecta de la información contenida en esta comunicación ni; (ii) del uso que se haga de dicha información. Las decisiones que cada inversor adopte, tanto de inversión como de nivel de delegación y asesoramiento, son su responsabilidad. 

Self Bank no se hace responsable del tratamiento fiscal de los productos de inversión.  Antes de efectuar cualquier contratación, es recomendable informarse legal, regulatoria y fiscalmente sobre las consecuencias de una inversión.

Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.

Ninguna parte de este documento puede ser copiada o duplicada de cualquier forma o medio o redistribuida sin el previo consentimiento por escrito de Self Bank.