¿Cuándo invertir en oro? ¿Qué circunstancias son favorables para este activo? ¿Cómo materializar la inversión? Estas son algunas de las preguntas que podría hacerse un inversor atraído por la posibilidad de comprar el metal precioso.
Son varios los argumentos que podrían justificar la inversión en oro:
– el primero, es un activo que aporta una buena diversificación a una cartera, ya que tiene una baja correlación con otros activos.
– por otro lado, es uno de los activos refugio por excelencia, por lo que en momentos de incertidumbre o inestabilidad económica suele comportarse positivamente.
– además, al ser un activo físico también suele servir de protección en periodos inflacionistas. Aunque la correlación no es perfecta, históricamente el precio del oro se ha comportado de forma inversa a la evolución de los tipos de interés. Cuando los tipos de interés están muy bajos y se inyecta liquidez por las autoridades monetarias de un país para estimular el crecimiento económico, uno de los riesgos que se crea es la posible generación de inflación, que algunos inversores intentar amortiguar comprando activos como el oro.
Cómo invertir en oro
Cuando pensamos en oro, tal vez lo primero que nos viene a la mente es la conocida imagen de un lingote, pero seamos prácticos: invertir directamente en el metal es más complicado, trae aparejadas otras dificultades como la de la custodia física y además no está al alcance de todos los bolsillos.
¿Cómo podemos, pues, hacerlo? Aquí te informamos sobre algunas alternativas.
Fondos de Inversión
Esta alternativa tiene algunas ventajas adicionales. Para empezar, permite diversificar la inversión a partir de cantidades pequeñas, sin olvidar la utilidad de poder traspasar de un fondo a otro sin tributar fiscalmente por ello (solo habrá que declarar las plusvalías o minusvalías de la operación cuando se venda el fondo).
Eso sí, los fondos suelen invertir en empresas de todo el mundo involucradas en el proceso de extracción de minerales preciosos como el oro o los diamantes, no directamente en lingotes, por lo que aunque su correlación con el precio del oro es muy alta, no equivale a comprar la materia prima.
Certificados
Los certificados son instrumentos que cotizan en bolsa y replican la evolución del precio del oro. No tienen fecha de vencimiento, son líquidos (se pueden vender en cualqueir momento) y tienen el riesgo divisa cubierto.
ETF
Otra opción son los ETF (Exchange Traded Fund) o Fondos Cotizados. Estos utilizan el oro como subyacente, replicando su comportamiento. La ventaja de esta forma de invertir, respecto a los fondos de inversión tradicionales, es que puede hacerse en cualquier momento de la sesión bursátil, conociéndose en todo momento su precio.
Warrants
También se puede apostar al alza o a la baja sobre la cotización del oro mediante Warrants, siendo varios los emisores que emiten productos sobre este subyacente. En concreto, existen Warrants y Turbo Warrants sobre el oro, tanto en su modalidad call como put, permitiendo todos ellos operar con apalancamiento. Recordemos que el apalancamiento nos da la posibilidad de ganar más que si invirtiéramos al contado, pero también las pérdidas pueden ser mayores; hay que tenerlo siempre en cuenta, estos productos conllevan un nivel de riesgo alto y solo se recomiendan a inversores con experiencia y con alta tolerancia a la volatilidad.
CFDs
Son contratos por diferencias que también permiten posicionarse en el oro. Lo hacen con apalancamiento, lo que eleva el riesgo de la inversión